#1

36 4 1
                                    

🇲 🇮 🇨 🇦 🇭  🇾 🇺 🇯 🇮 🇳

Era un día soleado, no tanto como para ser insoportable

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Era un día soleado, no tanto como para ser insoportable. Tú y Micah estaban caminando por el parque, paseando como cualquier pareja. Él llevaba una camiseta ajustada que resaltaba más de lo que debería, al menos según tus pensamientos, y unas gafas de sol que lo hacían parecer un modelo casual. Por supuesto, eso no pasaba desapercibido para nadie.

Mientras compartían un helado, de repente, un niño pequeño corrió hacia Micah, abrazándolo por la pierna.

—¡Papá! ¡Te encontré!— Exclamó el pequeño. Micah se congeló, bajó la mirada hacia el niño con una mezcla de sorpresa y confusión, mientras tú te cubrías la boca para no reírte.

—Uh… pequeño, creo que te has confundido de persona. No soy tu papá— Explico. El niño frunce el ceño y se aferra aún más a su pierna.

—¡Sí lo eres! Mamá dijo que tenías el cabello bonito y que eras alto. ¡Eres tú!— Argumento, haciendo que te lleves la mano al pecho mientras te acercas a Micah con una sonrisa traviesa.

—Micah, cariño, ¿hay algo que deberías decirme? ¿Hijos secretos? ¿Un pasado de abandono? Estoy empezando a pensar que no te conozco tan bien como creía— Dijiste con tono ofendido. Micah te lanza una mirada de "en serio, ¿vas a seguirle el juego a esto?", pero no puede evitar que sus labios se curven en una pequeña sonrisa.

—Angel, no le des ideas. Este niño ya está convencido de que soy su padre; no necesito que tú también lo creas— Te cruzas de brazos, fingiendo estar ofendida.

—¿Y por qué no me lo contaste? Podríamos haber tenido un reencuentro familiar más épico. ¿Qué clase de telenovela es esta?— El niño, ajeno a la broma, señala hacia un banco cercano.

—Mamá está allá. ¿Vienes con nosotros?— Pregunta el niño, mirándolo. Micah suspira, claramente sin saber cómo manejar la situación. Sin embargo, tú le das un codazo suave.

—Vamos, papá. Lidiemos con esto antes de que alguien te denuncie por abandono de hogar— Dijiste, a lo que Micah rueda los ojos, pero te sigue hasta el banco donde la madre del niño, avergonzada, se disculpa rápidamente por la confusión.

Cuando la situación termina y ustedes dos se alejan, tú sigues molestándolo con una sonrisa maliciosa.

—¿Ves? Siempre supe que tenías pinta de padre. Aunque, honestamente, pensé que serías más del estilo ‘papá gato’.— Micah te mira de reojo, sacudiendo la cabeza con una risa ligera.

—Eres imposible, ¿lo sabías? Pero no te preocupes, mamá; si alguna vez tenemos hijos, ellos sabrán quién manda aquí.

—Claro, cariño. Solo asegúrate de no abandonarlos también.

•𝙼𝚒𝚌𝚊𝚑 𝚈𝚞𝚓𝚒𝚗•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora