Naruto: ONI

Despertar.

Normalmente, la gente piensa que la muerte es el fin de todo que un día morirás, que incluso el planeta morirá, que el sol explotará y, por consecuencia, desaparecerá. Que el universo, en algún momento, dejará de existir y también morirá.

El cielo, el infierno, el limbo, la reencarnación, el purgatorio, la resurrección... Son solo algunas de las muchas creencias que, a lo largo del tiempo, los seres humanos han formado según sus propias creencias y culturas.

¿Pero por qué? ¿Por qué aferrarse a la vida de esa forma? ¿Por qué siempre hay una "vida después de la muerte"? ¿Acaso la gente no puede imaginar el momento en el que simplemente dejarán de existir para siempre? ¿Será miedo o pavor? ¿O tal vez incluso el temor a ser olvidados?

Todo se irá una vez que pase: tu familia, tus amigos, tanto los peores momentos como los mejores se quedarán lentamente en el olvido, atrapados en el infinito pasar del tiempo.

Realmente...

Tantas... tantas cosas que me hubiera gustado hacer. Tantas, antes de morir.

No sé... ¿tal vez graduarme?

¿Tal vez casarme?

¿Viajar? Sí, definitivamente sí.

No sé... ¿Japón? Siempre me gustó el rollo tipo samurái de ese país, su cultura, sus templos y todas esas cosas.

¿Noruega? Pacífico... relajante... hermoso... Sí, definitivamente otro sí. Lleno de montañas, ventiscas heladas y paisajes increíbles.

Realmente me perdí de tantas cosas.

¿Y todo por qué?

¿Por una tonta bala?

Si es así, ¿entonces por qué? Nunca me metí en malos pasos, nunca me relacioné con personas problemáticas, nunca le debí dinero a alguien peligroso. ¿Sabes? Solo estaba comiendo tranquilamente en mi puesto de comida favorito al que iba todos los viernes.

"Tacos Don Güero".

Sí, ya sé que mi ciudad natal era algo peligrosa. Lo sé. Pero nada tan grave. Como mucho, tal vez uno que otro asesinato por ahí, algún secuestro por allá... Nada tan raro en México.

Nunca pensé que llegaría a ser uno de ellos. Uno de esos pobres tipos que se encuentran en medio del fuego cruzado entre narcos y la policía.

Realmente, todo puede pasar, ¿eh?

Si tuviera algún arrepentimiento sería... ¿mi familia? Naaa, ellos estarán bien. Aunque, ciertamente, me gustaría verlos por última vez.

Así que definitivamente mi único arrepentimiento es... no vivir lo suficiente.

Pero bueno... ¿qué se le va a hacer?

Era extraño saber que lo último que iba a ver antes de morir era a la gente corriendo por sus vidas. Algunos se cubrían con lo que podían, carros, paredes, lo que fuera que les permitiera sobrevivir. Otros, desesperados, incluso se tiraron al suelo, pensando que tal vez así lograrían vivir ese día.

Algunos valientes intentaron atacar a los responsables de aquella balacera. ¿Valientes o estúpidos? Realmente no lo sé.

Pero, ¿sabes? No había nadie más valiente que aquellos que cubrían con sus propios cuerpos a sus hijos. Incluso al borde de la muerte, pude verlos claramente y no pude evitar sentir admiración por ellos.

¿Y yo? Estaba tumbado en la barra del pequeño puesto de tacos. Aún sentado, con la cabeza inclinada sobre la orden de tacos al pastor que había pedido. Aunque, además de los exquisitos condimentos que llevaba, ahora estaban adornados con chorros de sangre y trozos de mis vísceras que sobresalían encima de todo.