6 de septiembre del 2023
Estaba absorta en mis pensamientos, tratando de organizar el caos de mi mente cuando una risa fuerte y despreocupada me sacó de mi ensimismamiento. Dos personas se habían sentado a mi lado, riendo y hablando como si el mundo entero fuera una broma privada entre ellos.
—¡No puedes estar hablando en serio! —dijo una chica de cabello corto, oscuro y lacio, aún riendo—. ¿Quién en su sano juicio preferiría una cámara vintage que pesa como cinco ladrillos?
—Yo, por supuesto —respondió el chico que la acompañaba, alzando las cejas en un gesto de diversión y orgullo—. Es la única manera de demostrar compromiso con el arte, Miriam.
No pude evitar reírme un poco, llamando sin querer su atención.
—¡Vaya! Parece que alguien también aprecia el valor de una cámara pesada —dijo Miriam, sonriéndome con una expresión cálida.
—No, para nada —respondí, sintiéndome un poco avergonzada—. Solo me dio gracia cómo lo dijo.
—¿Ves? Incluso la desconocida se ríe de tu lógica extraña, Teo —replicó Miriam, dándole un ligero golpe en el hombro al chico.
Él miró a Maya, con una sonrisa casi imperceptible.
—Me llamo Teo —dijo, sin más rodeos—. Y esta es Miriam, quien, como puedes ver, no entiende el poder de las reliquias.
—Eso es porque nadie en este siglo quiere cargar cinco kilos de cámara solo para tomar una foto de una hoja —añadió Miriam, poniendo los ojos en blanco—. ¿Y tú, cómo te llamas?
respondí, sorprendida por la calidez de ambos—. Un gusto, soy Maya.
—Entonces, Maya, ¿eres fan de las reliquias, o eres más del equipo de la lógica? —preguntó Teo, con una chispa de curiosidad en los ojos.
Esos ojos... tenían tanto brillo, a pesar de que los cubrían sus lentes redondos, en sí me recordaban un poco a los lentes de harry potter pero él no era nada parecido a harry, era más como draco o cedric, seguro de sí mismo, no le importaba el echo de que alguien podría pensar que está loco, era él y solo le importaba su felicidad y su mundo.
Ver como sus ojos me miraban fijamente me hizo recorrer un escalofrío por todo mi cuerpo y regrese en sí.
—Bueno... —dude, divertida—. Creo que no soy fan de cargar cosas pesadas, pero puedo entender el valor de lo clásico.
Teo asintió, satisfecho.
—Me agradas. Me dijo con una mirada pícara y juguetona.Mientras Teo y yo nos mirábamos pude percatarme que Miriam notaba algo entre los dos así que para romper ese momento supongo que algo incómodo para ella dijo..
-Entonces Maya, ¿qué haces por aquí? ¿Eres estudiante o algo más interesante? —preguntó Miriam, apoyando la barbilla en sus manos con una curiosidad sincera.
Me encogí de hombros, sintiéndome un poco expuesta, pero decidí dejar que la conversación fluyera.
—Estudiante, sí. Aunque... la mayor parte del tiempo estoy en el estudio de danza. Es lo que más me gusta hacer.
—¿Danza? —repitió Teo, con un brillo de interés en los ojos, aunque su expresión seguía siendo reservada—. Eso suena... apasionado. Todo lo contrario de cargar una cámara vieja, ¿no?
—Oh, créeme, también implica cargar cosas pesadas —respondí, soltando una risa ligera—. Como tus piernas y el peso de tus pensamientos.
Miriam se rió, encantada con la respuesta.
—Ya veo que tenemos una filósofa aquí —dijo Miriam, divertida—. Pero dime, ¿qué tipo de danza haces?
—Ballet, principalmente —explique, un poco más cómoda—. Aunque me gusta explorar otros estilos de vez en cuando. Siento que cada uno expresa algo diferente, ¿saben? Como... como si cada movimiento hablara.
Teo asintió, pensativo.
—Eso tiene sentido. La fotografía y el arte también son así, cada detalle comunica algo. Aunque, claro, en mi caso, hablo con luz y sombras en vez de movimientos.
lo mire con interés.
—¿Eres fotógrafo entonces?
Teo asintió, aunque sin mucho alarde.
—Es mi escape, supongo. Una forma de ver lo que otros pasan por alto.
Miriam, que había estado observando el intercambio entre ambos, intervino con una sonrisa.
—¿Y tú, Maya? ¿Qué te motiva? Ya sabemos que el ballet es importante para ti, pero... ¿hay algo más?
dude un instante. Nunca me gustó profundizar en mis emociones, pero había algo en la mirada de Teo y Miriam que me transmitía confianza.
—Creo que... más que nada, busco pertenecer a algo. No sé, tal vez es una tontería, pero el baile es lo más cercano que tengo a eso. Es como si fuera mi lugar seguro, donde no tengo que pretender.
Teo me miró, y por un segundo, su mirada parecía menos fría, casi empática.
—No es una tontería —dijo en voz baja—. Todos buscamos algo así, aunque nos cueste admitirlo.
Miriam sonrió con ternura, dándole un suave codazo a Teo.
—¿Ves? Ya estamos formando un buen grupo aquí. Entre la fotógrafa de la vida, el bailarín de la luz y la pensadora que habla con sus movimientos. Me gusta. Dijo de manera divertida mientras se percataba del revoltijo qué había dicho.
Nos quedamos en silencio analizando. Hasta que Teo soltó una carcajada extremadamente fuerte y Miriam le siguió. Yo volteo a ver si no había nadie que pudiera vernos y juzgarnos por el ruido que estaban haciendo hasta que un tono de celular interrumpió el momento.
Rápidamente me percaté de que era mi celular lo tome con algo de torpeza y respondí -bueno. Dije algo apenada. Mientras Teo le tapaba la boca a Miriam y le hacía señas para que guardará silencio.
-hola, ¿mamá?. Pregunté -okey, si.., ya voy.., okey.., bye. Dije mientras colgaba.
-es mi mamá, ya vino por mi, me tengo que ir, dije de manera nerviosa.
-ya vez la asustaste con tus carcarjadotas!!!! Exclamó Teo, mientras le daba un pequeño golpe en el hombro a Miriam.
-¿yooo? Tal vez se asustó por que no la dejas de ver idiota!! Dijo Miriam.
Al instante de oír eso me sonroje y parece que Teo también lo hizo por que volteo su rostro hacia otro lado. -ejem, ya te tienes que ir ¿no? Tu mamá te espera. Dijo Teo algo nervioso.
-esteee, si, si, si, eee bueno adiós, fue un gusto. Dije tomando mi mochila algo torpe y nerviosa.
-hasta mañana!! Bailarina filosofa!!! Grito Miriam agitando su mano y sonriendo.
Teo solo se dedicó a mirarme y darme una leve sonrisa y agitando un poco su mano para decir adiós.