La noche se había sentido larga, se me había hecho casi imposible conciliar el sueño por completo, la decisión que debía tomar ocupaba todos mis pensamientos, por un lado, estaba mi deseo de superación profesional que hace mucho tiempo había estado esperando, y por otro lado el hecho de aguantar a una histérica y prepotente que cree que tiene el mundo a sus pies ¿Realmente valía la pena? Me pregunté una y otra vez, no merecía ser tratada de esa manera, conocía mi potencial y por eso había llegado a la conclusión de no hacer la historia completa tal como Regina quería, no podría soportar a esa engreída por tanto tiempo.
- ¿Entonces sólo entregarás el resultado de la entrevista? -Me preguntó Edwin, le estaba contando absolutamente todo, con lujos de detalles, mientras tomábamos un café en una cafetería cerca del trabajo.
-Así es, es que no conoces a esa chica, pero es... Exasperante, tú me conoces mejor que nadie, no voy a aguantar mucho para soltarle sus verdades, prefiero dejar todo por la paz. -Dije para luego dar un sorbo a mi café.
-Bueno, habrá que esperar a saber qué opina Regina sobre eso... -Opinó, ambos sabíamos el problema que sería.
Al llegar al trabajo me dirigí hasta la oficia de Regina, el reloj aun no marcaba el media día por lo que tenía muchas posibilidades de encontrarla, efectivamente, al llegar a su oficina su asistente le hizo saber que yo la buscaba y autorizó mi ingreso.
-Buenos días Señora Cranston. -Saludé al ingresar.
-Norah. -Me recibió con una sonrisa, muy extraño gesto. -Toma asiento.
-Ayer se llevó a cabo la entrevista con Adelaine... -Empecé a decir.
-Y fue todo un éxito. -Me interrumpió.
-Si, bueno... Sobre eso... Creo que fue bastante buena y no quisiera arruinarla, creo que documentar su vida por un mes no es buena idea para ninguna de las partes, podríamos arruinar lo que ya tenemos.
-Norah Geller... ¿Cómo te hago entender?... -Dijo más para sí misma. -El trabajo ya lo comenzaste y debes de terminarlo, necesito que sigas adelante con esto, es una orden. -Dijo con firmeza, ahora ya no estaba sonriente. -No está a tu consideración, es eso o quedas despedida.
-Señora Regina, no sé si en algún momento ha tenido la oportunidad de tratar con Adelaine.
-La he tratado. -Dijo mirándome con seriedad y casi que interrumpiendo mis palabras.
-Bien pues, debe saber que no es alguien con quien se pueda llevar una agradable conversación, siendo sincera, somos como el agua y el aceite, creo que si seguimos adelante con el trabajo en algún punto vamos a discrepar tanto que podría terminar mal. -Le solté.
-Es una orden, Norah ¿Vas a seguir adelante con el proyecto? -Su mirada era terriblemente intimidante, parecía que salían rayos de ella.
- Si no tengo otra opción, acepto, pero sería necesario que vacíe mi agenda laboral en la oficina, dudo mucho que pueda llevar ambas cosas a la vez. -Terminé por aceptar, aunque intentando poner mis límites ¿En qué me estaba metiendo? Me pregunté.
-Me parece justo, tu trabajo por ahora solo será ese. -Aceptó.
-Está bien, entonces me retiro, Adelaine tiene una sesión de fotos en una hora. -Me puse de pie y salí de su oficina, odiaba a Adelaine y odiaba a Regina por ponerme en esta situación.
***
Mientras Adelaine posaba con aires de diva yo me dediqué a tomar apuntes de lo que observaba, del proceso, lo que se utilizaba, y del trabajo profesional que Adelaine realizaba, me generaba náuseas esa última parte. Luego de aquello empecé a realizar cortas entrevistas al personal que estaba disponible dentro del estudio, ya iba por la tercera persona y con esto sería suficiente por hoy.
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RECUERDOS PERDIDOS, AMORES ENCONTRADOS
RomanceNorah, quien siempre se ha caracterizado por ser impulsiva, directa y con grandes deseos de ser exitosa, no duda en aprovechar la oferta de ser autora de un prometedor artículo que impulsaría su carrera, lo que ella no esperaba, era que este promete...