"..Ella no había cambiado en absolutamente nada. Su forma de ser era casi idéntica a la que tenía hace ocho años. Ella seguía siendo su primer amor..."
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Inicio:14/11/24
Final:-
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Aún con la mente en blanco, miraba al techo en la madrugada. Estaba realmente cansado, pero no físicamente, más bien, mentalmente. Incluso aunque no duerma bien, su cuerpo lograba resistir el peso de ser el nuevo ceo de la empresa Hwang. Pero, el agotamiento mental, no era fácil de controlar. Hyunjin sabía que no lloraría tan fácil, pero era capaz de no hablar durante días para tragarse su tristeza.
— ¿Hyunjin?—preguntó somnolienta la muchacha que estaba a su lado en la cama—. ¿Sucede algo?
— No..—negó secó.
— Son las cuatro de la madrugada. Debes dormir—regañó mientras prendía una lamparita—. Iré a buscar tus pastillas, ya vuelvo—dijo antes de irse de la habitación.
— Claro, como si importará—rió de su propia amargura.
Minutos después, la muchacha de cabello corto, apareció con un vaso lleno de agua, y unas pastillas en su mano. Se sentó suavemente a un lado de Hyunjin, y lo ayudó a sentarse. La chica, tocó la frente del hombre y suspiró al notar lo caliente que estaba. Se mordió el labio inferior y avisó que vendría en un momento. Cuando volvió, lo hizo, pero junto con un termómetro y una pequeña toalla húmeda. Nuevamente, se sentó a un lado de él, y lo obligó a qué se pusiera el termómetro, y cuando finalmente lo logró, bajó al piso de abajo a buscar un poco de las medicinas que le había dado el médico a Hyunjin. Al subir, el termómetro ya había sonado, y al ver que sí tenía fiebre, le puso la toalla húmeda en la frente. Mientras lo hacía, no pudo evitar fijarse en lo lindo que era.
— ¿Por qué haces esto?—preguntó abriendo con esfuerzo sus decaídos ojos.
— Después de todo, soy tu esposa—murmuró sin prestar atención.
— Mi esposa, ja—soltó sarcástico.
— Ya cállate y toma estás pastillas—interrumpio.
— Cómo tú digas—respondió Hyunjin tragando las pastillas junto con el agua, y cuando menos se lo espero, cayó dormido.
La jóven, apagó la luz de la mesita y volvió a acostarse. Cerro sus ojos, y después, solo durmió profundamente.
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Estaba en su oficina leyendo algunas cosas desde su tablet. Aún se sentía cansado, pero al menos había logrado dormir.
Toc, toc..
— Pasé—ordenó Hyunjin.
— Te traje el almuerzo—declaró su "esposa" entrando.
