Capítulo 1

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Advertencia: Micro Capítulo

Un hermoso hombre de no más que veinticinco años lloraba nuevamente en aquella cama que siempre veía sus penas.

La amplia habitación destellaba en lujo, aunque para el Omega de cabellos rojos era una prisión, su lucha contra el dominio alfil no había resultado, había perdido y su enemigo y antiguo amigo lo había reclamado para sí.

Su antiguo esposo Newt Scamander fue reducido, su compañero recibió una maldición imperdonable frente a sus ojos y fue tomado allí mismo.

Ni siquiera pudo despedirse de su bebé de cinco años llamado como su amado. Newt, quien era un amante de los animales.

No sabía que había sido de el. Y lloraba por eso, lo carcomia y por no haber podido ganar. Por aunque lo negara el la mundo mágico era dominado por alfas, crueles y déspotas.

El solo había sido otro pobre Omega con delirios de grandeza como se lo repetía su ahora Alfa.

Lloraba sobandose su hermoso vientre de cinco meses, sabía que ese nuevo bebé no tenía la culpa de nada, que el por querer cambiar su mundo sus seres amados fueron asesinados.

Miro el grillete mágico que reducía su magia y fuerzas.

Cerro los ojos volviendo a sus días felices, donde el y su esposo y bebé eran felices.

El ruido de la puerta al abrirse lo saco de sus recuerdos y miro a su verdugo con temor.

-he vuelto mi amor- le dijo con un destello de sinismo en su voz y Albus solo pudo estremecerce. Paso a paso el miedo carcomia su ser.

Quien pensara que uno de los Magos más poderosos de los tiempos, estaría reducido a temblores y temores. Era solo un simple Omega que estaba a merced de un Alfa.

-como se portó mi bebé hoy- puso su mano en el redondo vientre. Y Albus se estremeció ante el acto.

La mano empezó a bajar hacia la parte íntima del Omega asustado y cuando se dio cuenta estaba recostado en la cama con Gellert besando su cuello, su pijama fue bajado y retirado de su cuerpo.

-P.. Por favor. N... No- intento rogar al Alfa.

-shhh- fue la respuesta al Omega.

Albus sabía que los castigos eran horrendos, no quería ser golpeado otra vez, no quería que lo asfixiara, ni que lo violara brutalmente.

Lloro y esas mismas lágrimas fueron bebidas por el otro, sintiendo la virilidad del Rubio adentrarse en sus entrañas.

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⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

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