𝙺𝚒𝚖 𝙱𝚘𝚐𝚐𝚜

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Kimberly Boggs

Heather-Connan Gray

Neutral Reader

Habían pasado dos meses desde el incidente con Edward. Es una pena, la verdad. No era muy cercano a él, pero convivimos algunas veces. No se veía como una mala persona, al contrario, parecía un niño atrapado en el cuerpo de un adulto joven.

Su partida no me afectó mucho porque, como dije, no éramos muy cercanos. A quien sí ha golpeado fuerte es a mi amiga y vecina Kim. Es doloroso verla tan decaída. Aunque con ella aplicaría lo mismo que con Edward, nuestra relación no era tan cercana, esta situación ha estrechado bastante nuestro vínculo. Mis amigos me dijeron que la ayudara, ya que siempre se me ha considerado un buen oyente y pensaban que podría serle de apoyo. Siendo honesto, lo hice de buena fe, aunque tal vez no lo pensé mucho. Bueno, es Kim Boggs de quien estamos hablando.

Jim era muy posesivo con Kim, sin duda alguna. Por eso prefería no acercarme mucho a ella cuando él estaba vivo, para evitar problemas. Todos piensan que Edward era un asesino y un pervertido, o bueno, "lo era". Kim me confesó que, en realidad, él aún está vivo, pero obviamente no puede salir.

Kim es una joven encantadora. De hecho, solía tener un grupo grande de personas interesadas en Ella. Pero sabiendo que Jim era su novio, intentar convivir con ella era prácticamente un suicidio.

Nos dirigíamos al condominio en mi auto. Yo conducía mientras ella iba de copiloto.

-Lo extraño tanto -dijo abatida.
-Lo sé, me lo has repetido tantas veces- le sonreí, tratando de mostrarle mi comprensión. Me esfuerzo al máximo por entenderla y ser un buen apoyo para ella en estos momentos.
-Debo tenerte tan cansado con lo mismo de siempre, ¿no es así?
-Para nada. Sabes que siempre estoy dispuesto a escucharte.

Por el rabillo del ojo noté cómo me miraba con cierta dulzura mezclada con tristeza. Fue difícil identificarlo, ya que las luces intermitentes me cegaron unos instantes.

-Eres tan bueno conmigo. A veces me recuerdas un poco a Edward por tu amabilidad.

Sonreí levemente. No sabía muy bien si aquello era un halago, pero se sintió como uno. Él era muy especial para Kim, y que me comparara con una de sus cualidades más apreciadas se sentía bien. ¿Yo también seré especial para ella? Estaba demasiado nervioso para responder algo, así que dejé la conversación allí. Aun así, el silencio que siguió fue sorprendentemente cómodo.

Aparqué el auto frente a la casa de Kim, pero ella me hizo señas para que bajara con ella. Lo dudé un momento, pero acepté rápidamente.

-Ven a pasar un rato. ¿O tienes cosas que hacer mañana? -Negué con la cabeza y la seguí. Saludé a sus padres y a Kevin. Después, Kim tiró de mi brazo y me llevó a su habitación. Me senté en su cama, algo confundido por su actitud impaciente.

-Hay algo que quiero darte.

Ella sacó del armario un suéter ancho, claramente usado.

-Era de Jim. Me lo dio una vez como regalo de aniversario por alguna razón, pero nunca lo usé. No es mi estilo, y cuando me lo probé me veía fatal. Vamos, pruébatelo.

Insistió de forma tan tierna que no pude negarme. Me lo puse, y ella me miró un par de veces antes de sonreír satisfecha.

-Se te ve mucho mejor que a mí... o que a él.

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⏰ Última actualización: 12 hours ago ⏰

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ᴅᴇᴊᴇᴍᴏs ǫᴜᴇ ʟᴀ ɪᴍᴀɢɪɴᴀᴄɪᴏ́ɴ ɴᴏs ʟʟᴇᴠᴇ~ | ᴏɴᴇ sʜᴏᴛsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora