vamos a reírnos (de mí)

11 3 5
                                    

después de la intensidad del capítulo anterior, vengo con un par de anécdotas graciosas que me han pasado estos años y que, curiosamente, tienen que ver con coger un avión.
sois libres de reíros de mí, yo soy la primera que lo hace.

la primera historia se titula: ojalá hubiera sido un alsa

en España se conoce que las lesbianas nos movemos mucho en alsa, que es una empresa de autobuses que hay por toda la península, porque las lesbianas no sabemos tener relaciones que no sean a distancia al principio. podéis encontrar cientos y cientos de historias de bolleras que se cruzan el mundo por una chica guapa.

yo no solamente tenía que pillar un alsa, sino también un avión para ver a la que era mi novia en ese momento (gracias a los dioses ya no). ella vivía en una isla y yo iba allá cada seis meses. si os lo preguntáis, ella no vino a la península ni una vez a verme. pero bueno, la historia no es que yo sea tonta por eso, sino que soy tonta por otras cosas.

la primera vez que fui pasé diez idílicos días con María en esa islita atlántica y cuando tuve que volver a mi casa, me puse a llorar. soy una chica muy sentida, muy llorona y muy lerda.
me pasé el último día llorando y me llené los bolsillos de pañuelos.

llevaba unos pantalones que se me caían sin el cinturón. cuando digo que se me caían era que hacían caída libre por mis piernas, dejándome en bragas en un segundo. good for the chicahuahua, bad for el control del aeropuerto.

en ese momento, llevaba un tratamiento de ampollas para la anemia. soy culpable del déficit de hierro en mi sangre y es mi cruz porque no puedo donar, pero eso es otro tema.
cuando viajas en avión llevas los líquidos en una bolsa transparente, pero los líquidos que sean medicina pueden ir fuera de la bolsa. yo llevaba mi hierro en chupitos en la mochila sin más.

ahora, imaginad esto: a una chica en el control con todo en orden, agarrándose los pantalones como si su modestia dependiera de ello, llorando como una magdalena, con los bolsillos llenos de pañuelos... la para la tipa de seguridad para preguntar qué lleva en los bolsillos del pantalón. en ese momento saqué un pañuelo y dije "es que estoy llorando".
sin más preguntas por el momento, señoría.

entonces el del control me abre la mochila, saca mi medicina y dice "¿esto qué es?"
y yo, en un semisollozo dramático, temiendo por mis pantalones porque había dejado el cinturón lo último y no salía de la cinta porque el pavardo de seguridad no avanzaba, contesté "es mi medicina. es que soy AMNÉSICA"

soy anémica. y disléxica al parecer.

la cara del tipo de seguridad fue orito en paño y me dejó pasar porque claramente yo era tonta, pero no una amenaza para el avión de ryanair.

cuando me senté a esperar en la puerta de embarque me di cuenta y me dio la risa.

la segunda historia se titula: qué hace un oso polar en arlington texas

chicas, yo no entiendo que la gente hable bien de París.

hace un par de meses me fui con unas amigas a Bélgica. lo digo desde ya porque dije que toda narrativa sería verídica: fuimos a ver el show de Dan y Phil, que asumo que nadie sabe quiénes son, pero bueno para mí fue muy importante y cuando hable de la adolescente interior hablaré más de ellos, pero los conocí en persona.

abrazar a los que salvaron tu adolescencia es algo un tanto heavy y motivo de júbilo. yo estaba muy feliz en Bélgica. llegamos allá y todo fue bien, todo fue perfecto, hasta las últimas tres horas.

éramos 6 personas, pero 3 cogían un vuelo y las otras 3 otro. llamemos a mis dos amigas y yo la subunidad parisina. teníamos que ir hasta el aeropuerto de Charleroi a medio día para coger el avión a Madrid. estábamos en un extremo de Bruselas y teníamos que llegar hasta Bruselas Midi, que es una estación, para coger un autobús al aeropuerto. fácil y sencillo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 20 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

¿mi diario de gorda?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora