02. PERDIENDO EL JUICIO - [KookMin]

Six

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Silencio.

Solo hubo silencio y una soledad inmensa en aquella celda maloliente, alejada y temida. Lo único que lo tenia cuerdo era tocar la pared cada vez que podía para escuchar algo más que su propia respiración. Tenía cuéntala cuenta de los días al igual que de los aproximados de horas pico, pero aun así la alarma que avisaba que los reclusos ya podían salir de sus celdas y misma que sonaba cuando era necesario que se encerraran para dormir fue lo que le ayudó a tener centralidad. Una noción del tiempo más clara.

Si sus cálculos no fallaban... Jungkook estaba cumpliendo su décimo cuarto día de encierro.

No hubieron golpes esta vez, ni visitas no deseadas. Apenas si traían su pobre ración de comida al día de pan agua y, si estaban de buenas, una fruta y algo de arroz con puré o ensalada.
Todo olía mal en la celda. Y pues vaya que él era como un invitado muy querido por la misma porque no había nada distinguible entre los malos olores de las esquinas y el.

En la tarde de ese día la celda se abrió e ingresó una mujer bien vestida escoltada por un par de guardias. Ella hizo ademán para que se fueran y así lo hicieron pero no se alejaron demasiado del lugar.

-Mirate Jeon, luces realmente fatal.-...-Ella entró y Jungkook se quedo bien apegado a la pared con sus brazos cruzados sobre su pecho. Podía estar oliendo peor que la mierda, pero ya no sentía dolor ni había algo que le impidiera esforzarse.-...-Como una cochina y mugrienta rata. Te sienta bien. Este es el lugar en el que mereces estar.-

-Han pasado casi quince días directora ¿no se supone que debió liberarme hace tiempo ya?-

-Mmmm asumí que te encantaba tanto este lugar que por eso me desafiaste ¿enserio deseabas volver a estar encerrado? Me lo hubieses dicho y yo te traía de vuelta sin problemas. Como verás, esta celda no la ocupa nadie. A las escorias como tú hay que mantenerlas encerradas, privadas de todo sin derecho a nada-...-Da un paso, luego otro y otro hasta quedar cerca del hombre, pero no demasiado.-...-Pero ya no será aquí.-...-Jeon arquea una ceja mostrando su confusión. Jihyo sonríe con sus ojos fríos como el hielo mismo.-...-He arreglado todo para que seas trasladado a otra penitenciaria.-

-Apenas llego y ya me quiere fuera, vaya.-...-No se lo esperaba, esperaba de todo menos esto-

-Deberías agradecer que no te he matado. No sabes las ganas que tengo de perforarte la puta cabeza con muchas balas.-

-Vocabulario directora no se rebaje.-...-La mujer alzo su mentón con desafío esta vez sin ninguna sonrisa.-...-Honestamente creí que estaría aquí para sermonearme y sacarme, o para ejecutarme ¿Que la detiene de hacerme todo eso que desea mhm? Venga, estoy esperando que lo cumpla.-

-No mereces mi tiempo ni mi esfuerzo, así de insignificante eres para mí, Jeon Jungkook.-

-Si me deja salir de esta celda sea por el motivo que sea...-...-Clavó sus oscuros ojos en los ajenos queriendo tener la atención de esa mujer enserio, hablar con la mayor seguridad posible porque lo que estaba a punto de decir era lo mas verdadero que diría jamás, como un juramento que llevaba consigo la devastadora promesa de guerra que se encargaría de ganar por cualquier medio, condición y escenario.-...-La voy a destruir y cuando no quede nada de usted Jimin quedará solo y desamparado y me encargaré de que sea mío.-

Quería al muchacho, estaba... cargado de el de forma insana e inexplicable y Jungkook no buscaría un significado ni un motivo razonable porque no le importaba que tan descabellado podría resultar este interés, esta ansia loca por ganarse a ese chico con el que siquiera ha podido tener una verdadera conversación, con el que no ha podido tener un contacto visual que sobrepase unos cuantos y malditos segundos.
Pero sea lo que sea lo tenía cometiendo una de las mayores locuras de su vida, y eso que él ha cometido demasiadas.