♡Ciudad♡

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La ciudad era como otro mundo. Habían muchas más personas yendo de un lado para otro. Las luces de los edificios brillaban mucho. Todo era diferente que el campo.

_ Tu tía María nos espera en el departamento_ informo mi padre. Mi tía María era la única familia a parte de mi papá que tenía. No la eh visto desde que mi madre murió.

Doblamos en una esquina y entramos por un callejón solitario. Había mucha basura alrededor y unas cuantas ratas. Era horrible ver aquello. A lo lejos se podía ver un edificio más pequeños que el resto, me imagino que ese debe ser el departamento donde vivía mi tía.

_ Llegamos_ dijo mi padre y nos bajamos, subimos unos escalones para llegar al pequeño edificio y tocar el timbre.

_ Buenas tardes,¿que se les ofrece?_ nos recibió una anciana con cara de amargura y con lentes grandes, sus arrugas se notaban mucho y más en su frente.

_ Buscamos a María Hernandez_ respondió mi padre con amabilidad. La anciana volteo los ojos y ajusto sus lentes redondos.

_ Habitación número cinco_ dijo la señora y nos dirigimos a tal habitación.
Los pasillo tenían un olor raro, era muy silencioso y solitario. Parecía que nadie vivía por aquí.

Nos encontrábamos frente a una puerta de madera descuidada con un número en grande en la parte de arriba que tenia el número "5".

_ Creo que es aquí_ toco la puerta mi padre y esperamos unos segundos. La puerta fue abierta y dejo ver a una chica de estatura pequeña y apariencia extraña; su cara estaba pintada en algunos lugares de negro, en su labios tenía algo redondo que brillaba, nunca había visto algo similar. Todo en ella era negro.

La chica nos miró de arriba abajo mientras masticaba haciendo sonar sus dientes, reí al recordar que mi caballo masticaba igual cuando le daba de comer manzanas. La chica de apariencia extraña levantó una ceja.

_ ¿Es Antonio?_ pregunto a mi padre, el asintió y sonrió.

_ Y tu debes ser Mariana, me da mucho gusto conocerte sobrina_ saludo mi padre tendiendo su mano hacia ella. La chica miró la mano y no la recibió. Frunci el ceño ante su actitud. Mi padre retiro la mano al no ser recibida. Estaba confundido al igual que yo.

_ Mi madre no se encuentra, pero pueden pasar_ hablo luego de unos minutos de silencio, uno muy incómodo. La chica se hizo a un lado y nos dio pasada, entramos a aquella pequeña sala que tenía muchos aparatos extraños, uno de ellos se parecia a una televisión de las que habia en el pueblo nada más que esta era más grande y más plana . Seguimos a la chica donde sea cual sea el destino que nos llevaba_ Por el momento se pueden quedar aquí_ señaló el lugar que contenía una cama, una mesa pequeña, un sofá pequeño y un pequeño armario.

_ Muchas gracias por..._ mi padre volteo a ver a la chica para agradecerle pero ella ya no se encontraba_ Bueno, tendremos que esperar a tu tía María para que vuelva_ dijo mi padre acomodándose en la cama.

_ ¿En que me dijo que trabajaba ella?_ pregunte sentándome en aquel sofá pequeño.

_ Es enfermera y según lo que me ha contado creo que tendremos que esperar hasta la noche_ miró su reloj y asintió estando de acuerdo con el mismo. Cerré los ojos y tire mi cabeza para atrás bufando.

_ ¿Usted cree que nos reciba mejor que su...?_ guarde silencio al escuchar los ronquidos de mi padre. Se había dormido. Perfecto, ahora ¿que se supone que haga yo?.

Mire para todos lados y todo era tan estrecho, me daba algo de desesperación ver aquello. Me levanté y me dirigí al marco de la puerta donde se podía observar todo el parámetro. Observe todo el lugar y en un sofá se encontraba La chica de apariencia extraña con un aparato extraño en sus manos qué conectaba con sus oídos. Ella tenía cerrado los ojos y movía la cabeza varias veces. Esa chica si que era extraña. Quede observándola por más tiempo. De un momento a otro abrió los ojos y me miro con enojo.

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