I LOVE YOU, BOY | YOONMIN [COMPLETA]

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Capitulo 48: Secreto revelado

El aire frío del invierno envolvía a Woonyoung mientras tiritaba cerca de la orilla del mar. La isla de Jeju era hermosa, pero la decisión de acompañar a Jake en su aventura invernal parecía menos acertada con cada ráfaga de viento helado. Sus manos se escondían en los bolsillos de su abrigo mientras veía a Jake posar con una sonrisa despreocupada, tomando fotos con su cámara para capturar la belleza del paisaje. 

A pesar del frío, Woonyoung se quedó quieta observándolo. Jake irradiaba felicidad, y esa energía cálida era justo lo que ella necesitaba. Desde hace semanas, se había sentido atrapada en una espiral de culpa y remordimiento, pero estar junto a Jake le daba una paz que no encontraba en ningún otro lugar. 

Decidió acercarse a él y, cuando lo abrazó, Jake la envolvió con sus brazos de inmediato, plantándole un beso en la frente. 

—¿Te imaginas nuestra boda aquí, en invierno? —le preguntó Jake con entusiasmo, mirando el mar mientras acariciaba su cabello. 

Woonyoung soltó una risa ligera y negó con la cabeza. 

—Ni loca. No pienso casarme en este clima, aunque el lugar sea hermoso. 

Jake fingió estar ofendido, pero ambos terminaron riendo. A pesar de su sonrisa, Woonyoung no podía evitar que en el fondo de su mente algo la inquietara. La idea de casarse le parecía menos emocionante que antes, no porque no amara a Jake, sino porque últimamente había estado considerando la posibilidad de dejar Corea y mudarse con él a su ciudad natal. Quizá un cambio radical sería lo que necesitaba para sanar, aunque no estaba segura si eso era lo correcto. 

Decidió cambiar de tema, sacudiendo los pensamientos incómodos de su cabeza.

—Tengo hambre —le dijo, mientras su estómago daba un pequeño gruñido. 

Jake tomó su mano con cariño. 

—Entonces, vamos a buscar un lugar cálido donde podamos comer algo rico. 

Llegaron a un pequeño restaurante cercano, un lugar acogedor con luces cálidas y un ventanal amplio que daba hacia una plaza. El frío parecía haberse colado incluso dentro del restaurante, porque varios de los comensales lucían tan congelados como Woonyoung. No había nevado aún, pero el aire helaba hasta los huesos. 

Se sentaron en una mesa junto al ventanal, y después de hojear el menú, pidieron un par de platos calientes para entrar en calor. Mientras esperaban, Woonyoung y Jake miraron hacia afuera, observando la vida cotidiana de las personas que pasaban por la plaza. 

Había parejas paseando de la mano, ancianos con sus bufandas bien apretadas al cuello, y algunos niños jugando, protegidos con abrigos voluminosos. Pero lo que más llamó su atención fueron los hombres que recolectaban botellas y cartones apilados junto al restaurante. Sus movimientos eran rápidos y precisos, como si estuvieran acostumbrados a luchar contra el frío mientras trabajaban.

La comida llegó justo en ese momento, y Jake fue el primero en probarla. 

—¡Esto es lo mejor que he comido en días! —exclamó con entusiasmo. 

Woonyoung sonrió mientras lo veía alardear sobre servir un plato de estofado similar en su boda. Jake siempre encontraba una forma de hacerla reír, y eso era algo que valoraba profundamente. Sin embargo, mientras lo escuchaba hablar, su atención comenzó a desviarse. 

La mirada de Woonyoung se perdió nuevamente en el ventanal. Observó cómo la gente seguía su camino, el humo del aliento escapando de sus bocas en cada exhalación. Fue entonces cuando algo capturó su atención.