Capítulo 1
La curiosidad de un niño
—Heret-Esfergen—
—No sabré todo sobre el sabio, pero sé lo suficiente. Lo odio y no quiero volver a verlo. Por otra parte, estoy fuera del Etéreo y puedo hacer lo que quiera.
Evan se arrastró durante horas, desde la entrada de Brethlumen hasta Heret-Esfergen, creyendo que las plantas iban a ayudarlo a llegar, pero no fué así. La única forma de trasladarse, eran sus pequeños pies.
El sol había surcado el cielo por completo y cayó la fría niebla junto con la negra noche. El niño se había quedado dormido agazapado sobre una mata de ramas, enrollado en la túnica Ethereum, hasta escuchar el rugido de los lobos. Uno de ellos asomó su mirada entre la oscuridad, como dos faros perlados apuntando directo hacia el niño. La bestia intentó abalanzarse a él, pero una flecha lo interrumpió. Unos cazadores estaban desesperados por vender piel de lobo. Evan se mantuvo quieto en su lugar, mientras ellos continuaron su camino.
Cuando volvió el amanecer, estaba dando batalla arrastrándose en la tierra húmeda, hasta ver a lo lejos; al pueblo Ventaldea —así conocido por los Pradenses—
ya tenía la cara sucia y sus pies calzados de pequeñas botas disipaba el sonido del agua escurrida por el barro.
Ventaldea resuena en todo Evellir por su arquitectura, todas las casas están hechas de barro y además con la forma de una cacerola invertida. Con el tiempo se volvió un centro turístico y también un dolor de cabeza para la ley. Es el mayor nido de estafadores, donde se hacen las más excéntricas subastas, apuestas y batallas. Cada ciudadano llevaba un casco que lo hacía distinguirse de los demás. Algunos estaban decorados con alas, otros con ojos, metales, piedras, colores o hasta emblemas propios. El niño los miraba maravillado, mientras se acercaba a la entrada.
Un pequeño niño robusto que poseía un casco de cuernos, se acercó a Evan.
—wel wel, ¿Le gustaría que le dé un recorrido? Por un pequeño precio claro.
—¿recorrido?
—wel wel, ¿No sabe usted, que significa recorrido, señor?
—no, es decir si. Pero no quiero. Solo quiero llegar a la habitación blanca que se mueve para viajar.
—¿Habitación blanca? ¿Que se mueve?
—si, eso que usé una vez para llegar hasta mi hogar.
—Yo no sé a que usted se refiere. Pero ¡Espero que pueda encontrarlo! —el niño de casco se volteó a atender a otros.
Evan continuó caminando hasta llegar al edificio más grande de todos. Una gran esfera gigante con muchas ventanas con formas rúbicas y chimeneas. El ruido dentro del salón era escandaloso, estaba repleto de gente y en el fondo había un escenario con un pedestal en el centro; que cubría un yelmo blanco con cuernos curvos apuntando hacia abajo.
El operador de la subasta mostraba unos gestos tan exagerados, que era imposible no quedarse a ver el show.
“Tenemos veinte mil lidios aquí, ¿Alguien pondrá más sobre la mesa?”.
Varias personas levantaron sus manos. Dos hombres destacaban del resto, uno era muy alto y el otro de estatura promedio, sus túnicas verdes bordadas con líneas y formas doradas, podrían hacerle creer a cualquiera, que forman parte de la realeza. Uno de ellos levantó la mano con dos dedos levantados ante al público.
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Utopía del Bosque II Evanescentia
Espiritualesta historia continúa luego del Eterlipsis. El rey Forgtten está cada vez más obsesivo con tener el control sobre la hermandad, Ninfa debe recuperar su daga, Trino quiere encontrar a Evan, mientras que aquél niño, decide explorar el mundo tras habe...