XII; Mil maneras de morir

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Habíamos dormido somo un poco,pero luego de unas cuantas horas,llegamos.

Sabíamos que esto no sería para nada fácil,pero aún así,no hemos perdido la esperanza.

Ambos nos bajamos del tren y comenzamos a caminar.

—¿Que harás cuando veas a Maddy si es que la encontramos?—

—Necesito ver como es que reacciona al verme—

—Se ha de poner feliz—

—No lo se—

—¿Paso algo?—

—Me declaré—

—Oh...Entonces será un poco difícil,Bill...Aún así,estoy seguro de que te quiere—

—Como amigo...—

—Si,bueno,no lo sabes—

—Ella lo ha dicho—

—¿Y si miente?—

—No tendría porqué haberme mentido—

—Vas a buscarla porque no quieres que nada de esto termine aquí.—

—Solo...Solo necesito saber donde está,y si está bien...—

—Estoy seguro que si,Bill,seguro está bien—
—Tengo miedo,Gustav—

—¿Que es a lo que le tienes miedo?—

—De que haya encontrado a alguien mucho mejor que yo—

—Si ella te quiere,aunque sea como amigo,nunca nadie será mejor que tu—

—Pero tengo ese miedo,ese pequeño dolor en el pecho—

—Tranquilízate,Bill...No pienses en ese tipo de cosas—

—¿Alguna vez te has sentido así?—

—Muchas veces,chico,muchas veces...Pero me he dado cuenta que para ella nadie era mejor que yo,y para mi,nadie era mejor que ella—

—Me hubiera gustado conocerte antes...Me hubiera gustado ayudarte con tus locuras—

—Si,pero no nos hemos conocido...Ahora yo te acompañaré en tu locura,porque alguna vez,en algún lugar,en aquel momento,también tuve la misma locura por una chica—

—La sonrisa es mía,pero la razón siempre será Maddy—

Gustav me dio palmadas en la espalda.

No puedo creer como es que el sigue en pie después de su muerte. El día en el que Maddy se vaya de este mundo,buscaré mil maneras de morir,porque prefiero matarme de mil formas a que vivir sin ella.

Mientras tanto nosotros íbamos caminando,charlando,claro,pero nos fijabamos en cada lugar de ésta provincia.

—¿Como hiciste para seguir sin ella?—

—Fue difícil...Lloraba todas las noches,me hacía tanta falta su presencia,me dolía tanto el corazón que hasta tenía ganas de arrancarlo y morirme,quería irme con ella—

—Mil maneras de morir— Dije sin pensarlo.

—Si...Y una de ellas era arrancarme el maldito corazón...Me sentí tan culpable...Ella se veía tan feliz y yo tan triste,pero Barbara por dentro estaba muerta,y yo...Yo nunca me di cuenta...Yo nunca fui lo suficiente para llenar su vacío,para curar su dolor...Pero ella,ella lo fue todo para mí,fue el sol en el medio de la tormenta,fue ese pequeño rayito de luz en medio de la oscuridad...Ese día,siete de abril del dosmil tres,fue el peor día de toda mi vida. Ese día me enteré que,el amor de mi vida,la razón de mi sonrisa,la razón de mi existencia,se había quitado la vida—

I Mɪss Yᴏᴜ; Bill KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora