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Las olas de la marea se escuchaban y el aire frío se colaba en su habitación. Dos meses desde que partió a Maelia.
—¿Cielo, estás listo? —Sa-rang entró de manera silenciosa a la habitación de su cachorro, el olor a tristeza y desolación era demasiado fuerte y recostado en medio de la cama de sábanas blancas estaba el omega rizado, su vientre demasiado grande para las semanas que llevaba, sus pies demasiados hinchados como para caminar por más de veinte minutos por los jardines.— Déjame ver.
A petición de la omega mayor y sin dar una respuesta verbal simplemente ladeo su rostro para dejar a la vista su cuello, su marca su lazo roto, la que en algún momento era una mordida roja y sana ahora simplemente quedaba un recuerdo oscuro un recuerdo de que alguna vez tuvo un Alfa. El padre de su cachorro. Mimo de manera sigilosa comenzó a limpiarla intentado quitar las costras que se formaban alrededor.
—Seung ¿Cómo te has sentido? —Sa-rang volvió a preguntar y como todas las ocasiones pasada, su hijo, no respondía ni una sola palabra. Demasiado consumido por la tristeza. —El médico real ha dicho que es probable que el cachorro nazca en cualquier momento, incluso en estos días. Entiendo que puedas estar nervioso pero nuestro cuerpo es muy sabio, lo sabrás cuando estés en labor.
—Mi cachorro debe regresar con su padre, no puedo destruir la fe de su pueblo.— Fue un susurro muy pequeño y bajo, probablemente Sa-rang no hubiera escuchado si no estuviera tan cercas de su hijo. Una lágrima silenciosa recorrió la mejilla pálida del omega —Ningún omega sobrevive aun parto sin un lazo, lo siento. Sé que Hyunjin cuidara bien de mi bebé.
—Amor, no debe ser de esta forma, podemos enviar una carta y estoy segura que su majestad el rey Hwang tomará el primer barco en tu búsqueda. —Sa-rang dice, sus dedos largos y suaves acarician los rizos de su cachorro. Seungmin nunca mencionó el motivo de su huida ni tampoco Sa-rang pregunto, permitió que su cachorro tomara las cosas con calma.
—Mamá, Hyunjin no me ama.— Los ojos verdes chocaron con los de Sa-rang y el corazón de la omega se rompió cuando vio el corazón roto de su cachorro.
—No puede ser de esa manera, Seung- —Sa-rang negó, y fue interrumpida por el grito del rizado.
—Mamá, el fingio.— sus ojos verdes cayeron en su vientre. —Fingió para obtener a mi cachorro, todo fue su plan. Todo para dárselo a su ex amante y obtener un heredero.
Unos pasos resonaron en el piso de mármol de la habitación, los omegas llevaron sus ojos a la entrada y ahí estaba SangHyun en su mano un vaso de alcohol. —Si no te amara lo suficiente, no hubiera enviado una carta al consejo. Una carta donde rechazaba la corona.
—No puede rechazar la corona, es el rey. —Sa-rang susurro sin entender muy bien lo que deseaba decir su esposo.—¿Quién tomaría su lugar?
SangHyun llevo sus ojos en dirección de Seungmin.— La corona puede ser tomado por su consorte, solo si este es un heredero a la corona. Escucha Seungmin, Hwang te está entregando su reinado, es para ti y no para ese ex amante del que tanto mencionas.
