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Ya no me acuerdo que iba ante de los capítulos bro

Denle a Enciso 4 novias más.





🇵🇾💓















El entrenamiento del día estaba por terminar, los primeros días de septiembre se empezaban a notar los destellos del verdadero frío que golpeaba Londres en esos meses ya le hacía extrañar el clima caluroso de Paraguay nuevamente. 
Suspiro mientras miraba sus pies, de hecho él no estaba en la cancha entrenando como era debido. Por órdenes de su Técnico se había ido al área de salud, encargado de todas las cuestiones que suceden tanto con alfas y omegas. 
Ya habían pasado literalmente tres meses desde que dejó de usar supresores a diario, y su aroma era libre. Su omega se había vuelto muy comunicativo, diciendo todo lo que siente como si todo fuese permitido aquí. 
Sabiendo que si da un paso en falso y terminará otra vez en él fútbol paraguayo, mismo lugar en donde le dijeron que nunca saldría adelante. 

De pronto unas lágrimas se apoderaron de sus ojitos cafés, deslizándose por sus mejillas hasta mojar el abrigo que traía puesto. 

— Julio Enciso. — levantó la cabeza limpiándose el rastro de líquido de su cara para levantarse y caminar hacía el doctor que lo llamaba. 
No vendría por ningún chequeo, solamente le entregaría los resultados de sus estudios del día anterior y después la dosis y posología de los nuevos supresores que usaría. 
No tardó demasiado, simplemente fueron cortos minutos donde el doctor se esmeró en ser extremadamente claro con lo que debía de hacer, las horas y todo eso. 
Cuando salió del lugar cargaba una bolsita con todo lo necesario entre vitaminas y otras cosas que lo ayudarían a adaptarse al cambio de medicación si era eso. 
También le cedieron parches para controlar su aroma en tiempos aproximados a su celo. 
Fue directo a los vestidores, encontrándose únicamente con Facu y Alexis que ya estaba de salida. Pero al verlo se detuvo. 


— ¿Qué traes en esas bolsas? — preguntó el argentino menor mientras se acercaba a curiosear. 

— Cosas... — dijo en un tono bajito, mirando en dirección al otro alfa que realmente no apartaba la mirada de él. — El doctor me los dio. — explicó, el alfa pequeño pareció comprenderlo. Entonces, asintió antes de regresar a lo suyo. Julio también procedió a cambiarse de ropa, sintiendo la mirada del mayor puesta en él, pero cada vez que daba la vuelta el mismo desviaba la mirada a otra parte. 
Hasta que salió del lugar y dejó a los dos más jóvenes. 

— Che, ¿qué te pasa con Alexis? — el menor preguntó ingresando en su espacio personal. Únicamente para ver qué es lo que guardaba en su mochila. 

— ¿Qué? ¿Debería pasar algo? — preguntó de manera curiosa, sus mejillas levemente coloreandose por los recuerdos que tiene. Últimamente ha estado más cercano al argentino mayor. Por lo cual la sospecha del menor le avergonzó un poco. 

— Es que a él le gustas. — y ahí de nuevo, el menor se lo había dicho ya varias veces. Como si fuera lo más normal, pero él tampoco se atrevería a preguntarle al otro para saber si lo que decía Buonanotte era verdad. 
No pasaría pelada por una curiosidad tonta. 


— Deja de decir macanada nde bobaso. — Facundo se rió con ganas antes de alejarse, eso causó intriga en el omega. 
¿Será que itavyma el tipo? 
En fin, guardó todas sus cosas y se dispuso a salir, pero nuevamente el menor se colgó de sus hombros. Lo intentó apartar y ofendido el argentino le dijo: 

— Pero para andar regalando abrazos a Alexis si estás todo. — 

La cara de Enciso fue una obra de arte total, la respuesta de Facundo lo tomó desprevenido y no tuvo palabras para replicarle lo que parecía ser un reclamo. 
Vio al más joven adelantarse mucho de él, dejándolo totalmente atrás. Julio suspiró, capaz alguien más además de su mamá los había visto. 






×××× 




El timbre sonaba insistentemente, Alexis suspiró. Facu había dicho que no vendría hoy para las clases por lo cual le pareció muy raro que alguien esté tocando de manera insistente el timbre. Estaba haciendo algunos ejercicios por lo cual sudaba de manera exagerada, y estaba sin la remera puesta. Porque sentía mucho calor. A pesar del clima fresco de afuera. 



— Voy... — anunció, el silencio ocurrió de pronto haciendo de cuenta que la insistente persona lo escuchó. Abrió la puerta y grata fue su sorpresa cuando vio al omega paraguayo. 


— ¿Facu ya vino? Es que fui a buscarle y no estaba más en su departamento. — Enciso se adentra al hogar contrario, con una notoria carita roja por la forma en que lo recibió el dueño de casa. Alexis suspiró, avergonzandose instantáneamente por como estaba expuesto. 
Cerró la puerta y se encontró a un confundido Enciso que venía de hacia el comedor. — ¿Dónde está Facu? — lo que parecía nerviosismo según el alfa venía acompañando la pregunta del menor. 

— Facu me dijo que no venía. ¿No te aviso? — preguntó mientras buscaba con la mirada donde había tirado su remera minutos atrás. 

— No. — Julio apartó la mirada del sudoroso cuerpo del argentino, que estaba exageradamente rojo. Como un tómate. — Entonces, mevoyairya. — dijo de manera apresurada antes de caminar hacia la puerta. Alexis le cedió el paso sin dudar, pero Julio se detuvo. Pensando en las constantes molestias por parte de Buonanotte, era ahora o nunca. 

— ¿Sucede algo? — preguntó el alfa, mirando como el omega parecía pensar en algo de manera seria. 

— ¿Te gusto? O sea... ¿gustas de mi? ¿Como omega? — 

— ¿Eh? — confundido el alfa lo miró. Una sonrisa nerviosa se formó en su rostro mientras Enciso parecía prestarle toda la atención del mundo esperando su respuesta. 
Su corazón latió de manera acelerada, su aroma expandiéndose de manera exagerada. Viendo al omega fruncir la nariz ante lo mismo. 

— Solo responde. — la manera en que Julio decía cada palabra, seguro de sí mismo lo puso totalmente nervioso. Causando un escalofrío ante lo que quería decir y lo que debía hacer. — Alexis... — la insistencia lo estaba haciendo marearse, retrocedió unos pasos cuando el aroma del omega se hizo un poco más fuerte. 


— Vete... — dijo con la voz ronca, acompañado de un gruñido. El sudor frío se convierte en un calor inexplicable. — Vete, vete ya. — repitió, empujó en repetidas ocasiones sin ninguna fuerza al omega para que salga de su rango. Hasta que Enciso se quedó fuera de la casa y con la puerta cerrada en su cara. 
Pero sin su mochila que quedó en sala junto a su abrigo más grande. Debía de ir corriendo o se congelaría. 
La extraña reacción de Alexis a su pregunta le dejó dudoso, Facu debía de mentir. Si te gusta alguien no lo vas a sacar a empujones de tu casa. 


Alexis suspiró, recostándose por la puerta mientras se sentía sofocado por el aroma muy presente de Julio. 



"Omega, mi omega


La voz de su alfa lo golpeó. Una corriente eléctrica golpeando todo su cuerpo hasta instalarse en la parte baja de su vientre. 
Había entrado en celo y en el peor momento, sus instintos se iban activando de a poco mientras pensaba en lo inoportuno de la llegada del mismo. 

Julio, Julio, Julio. 


Su aroma, sus mejillas rosáceas. Todo de él, malditamente perfecto. Su aroma, se detuvo. Su aroma, levantó la vista y lo busco. 
El origen estaba a una corta distancia, abandonado sobre el sofá. Desprendiendo el dulce aroma contrario. 
Su alfa gruño tomó el control de sí mismo, y se levantó. Pidiendo disculpas por lo que haría a continuación con la prenda, cuyo dueño era su más recóndita fantasía desde adolescente. 

Su omega destinado. 







Continuará...



Q rabia me da Mac Allister siempre




Pato💓

¡Dale Kurepa! [Julio Enciso] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora