Capítulo 4: Magma.
Gyomei estaba llorando y no tenía manera de detener sus lágrimas. Sanemi recordaba todo. No tuvo dudas cuando olió sus feromonas de terror, dolor e ira desplegarse por los aires como un enjambre de abejas asesinas. No tuvo dudas cuando lo sintió correr en dirección contraria a él, escapando del repudio que debía causar el verlo.
No lo culpaba, él mismo habría reaccionado así de estar en la misma situación. Con el corazón hecho trizas limpio sus lágrimas con el dorso de su mano, escuchando a Uzui maldecir al aire viendo que el albino menor se había ido.
Himejima jamás podía olvidar el terror que sintió cuando, esperando el semáforo, había sentido el aroma de Sanemi, acercándose junto a Uzui. Dada la personalidad extravagante (Y algo clasista) del ex Shinobi, la posibilidad de que fuera amigo del menor por coincidencia era prácticamente nula, la única respuesta a la pregunta de qué hacían juntos era que Shinazugawa lo hubiera recordado todo. El pánico lo paralizó en su lugar, impidiéndole moverse, más cuando la estridente voz del albino mayor lo llamó, haciendo que todas las miradas se dirigieran hacia él.
Y ahora estaba ahí, con el alma desgarrada por el dolor, sintiendo el aroma de Sanemi alejarse más y más de él. Sintió ganas de correr detrás del pequeño cuerpo del ex cazador, de disculparse, de ponerse de rodillas implorando por su perdón, de pedirle compensar el daño que le había hecho. Pero sus pies parecían de plomo en ese momento y sentía que podía desmayarse por la conmoción.
-¿Por qué te disculpaste? - La venenosa voz de Iguro lo sacó de sus pensamientos, el olor del menor era de curiosidad pura - ¿Le hiciste algo?
Respingo dando un paso atrás, por un momento, mientras la conmoción de oler a Sanemi junto a Uzui hacía estragos en su mente se olvidó de que ambos alfas estaban presentes.
-¡¿Cómo crees que Himejima...?! - Hablo Uzui, como si la posibilidad de que el moreno pudiera lastimar a alguien fuera tan lejana como el sol. -¡Si ellos eran buenos amigos en el pasado! De hecho me parecía raro que Shinazugawa no hubiera ido corriendo a buscar a Himejima desde el primer día de la universidad, siendo que van a la misma facultad.
-¿A la misma facultad? -Dijo Obanai confundido, miró al mayor, quien aún lagrimeaba-Himejima ¿Quieres decir que ustedes dos ya se habían encontrado en los pasillos de la universidad?
Gyomei asintió robóticamente sintiendo que había algún tipo de información en el aire que no estaba captando todavía. Sintió el pequeño cuerpo de Obanai acercarse a él, como si buscara enfrentarlo.
-Si, casi a diario las últimas semanas.
-¿Y jamás hablaron?
El moreno suspiro, derrotado, a sabiendas de que se sabría tarde o temprano que el menor lo repudiaba de sobre manera. Pensó que el albino externaría ese disgusto hacia su persona de una u otra manera, sin decir abiertamente el porque pues la situación era tan terrible que decirle en voz alta sería una penitencia en sí misma.
Bajo la cabeza, como si pudiera mirar el suelo a sus pies.
-Nosotros... Nos encontramos hace tiempo. Pero discutimos hace unos meses por... algo que hice en el pasado. Como en ese entonces él no recordaba el pasado no podía explicar el porqué-
-¡Espera, espera! -Grito Uzui mientras Obanai fruncía el ceño - ¡Ustedes 3 me están confundiendo! ¡¿Cómo que Shinazugawa no recordaba?! ¡Si desde la preparatoria lo recordó todo!
"Desde la preparatoria" resonó en su cabeza como un eco lejano. ¿Desde la preparatoria? Pero si... Sintió que el tiempo se paralizaba a su alrededor. Su cara y casi todo su cuerpo se volteó en dirección al albino, quien parecía ser el más confundido ante el mar de feromonas de curiosidad, terror e incertidumbre que los rodeaban. De repente se sintió mareado, casi enfermo ante la nueva realidad.
ESTÁS LEYENDO
Domo de lava (HimeSane) (Omegaverse)
FanfictionGyomei subió las escaleras de dos en dos, hiperconsciente de todo a su alrededor y tan pronto como abrió la puerta el delicioso olor a omega lo golpeó en la cara; potente, empalagoso, dulce y malditamente bueno, cerró la puerta detrás de él vuelto u...