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dix.

Entonces Minjeong despertó de su sueño y observó a su alrededor. Estaba acostada en su cama y cubierta por sus sábanas.

¿Había soñado incluso que Karina fue a su casa a hacer sus tareas?

Una ola de decepción llegó e hizo suspirar a la rubia.

No Minjeong, no vas a gustarle a Jimin.

Se levantó, se cepilló los dientes y se dio un baño para ir a la escuela. Cuando se arregló bajó dispuesta a desayunar se encontró con una sorpresa.

La azabache estaba dormida sobre varios libros y cuadernos abiertos.

Entonces la pelinegra se había quedado, sin embargo la más baja no recordaba haberse ido a su habitación la noche anterior.

¿Entonces Jimin me llevó? —pensó

Se acercó y con cuidado comenzó a mover a la más alta para despertarla.

―Jimin....

―Mmm...

―¿Por qué no te fuiste a casa anoche?

―Porque no quería dejarte sola... ―respondió aún con los ojos cerrados

Entonces Minjeong recordó la charla.

Flashback:

―

¿Y tú mamá?

―Ella trabaja toda la noche, y por lo regular casi no nos vemos.

―¿Y tú te quedas sola toda la noche?

―Sí.

―Eso es peligroso ¿que tal si alguien se mete a robar y te hace algo?

―Me he quedado sola durante dos años, no creo que pase nada.

―Aún así, es peligroso.

Ella se preocupó por mí.

―¿Al menos terminaste las tareas?

Jimin se despertó y observó a Minjeong, se veía tan linda, así como cuando la cargó dormida hasta su cama y le dio un beso.

Minjeong es tan linda.

―Aún me falta química y cálculo. ―dijo sin dejar de observarla.

―Bueno, ¿quieres desayunar algo?

―No, tengo que ir a mi casa y arreglarme para la escuela.

―De acuerdo...

Un aura triste se notaba en los ojos de la rubia, así que la más alta sólo pudo hacer algo que seguramente le alegraría el día.

La tomó de sus mejillas y le dio un beso, un beso que tomó por sorpresa a la más baja.

―Te ves linda.

Karina sonrió, tomó sus cosas y salió de la casa.

Winter ni siquiera se despidió, aún estaba sorprendida por el beso.