Luego de pasar un rato planeando en silencio, dejó de asomarse por la ventana y se alejó de allí. Sabía que necesitaba materiales para realizar su plan oscuro.
En su mente, recordó los conocimientos que había adquirido en la secta en la que había estado.Con paso decidido, se volvió a su habitación y comenzó a buscar los materiales necesarios para elaborar un amarre que lo ataría a ella, y a nadie más.
Dylan pasó varios minutos buscando los materiales necesarios.
Sabía que necesitaba elementos especiales para elaborar una buena protección: un pedazo de tela usada de ella para representar su presencia, un mechón de su cabello para representar su esencia, y algún líquido o sustancia relacionado con el amor y la unión.Una vez que reuniese todo, procedió a elaborar el amarre en silencio, con movimientos precisos y cuidadosos.
A medida que realizaba el hechizo, imaginaba que iba atando a la chica a él. Se sumergía en profundidad en él. Su voz susurraba palabras antiguas y misteriosas, mientras hacía movimientos precisos con sus manos.
Finalmente, cerró el hechizo con un nudo alrededor de un paño de terciopelo rojo. Cuando había acabado, tomó el paño y lo envolvió con cuidado, asegurándose de que estuviese adecuadamente protegido, se lo llevó consigo y lo escondió en su habitación, fuera de la vista de todos los demás.
El sol entró en la habitación a través de la ventana, despertándolo de su agitado sueño. Abrió los ojos, aún somnoliento, y se dio cuenta de que había llegado un nuevo día.
Aunque aún sentía cierta pesadez, sabía que debía salir de la cama y enfrentar la realidad que lo esperaba.Se levantó de la cama y se preparó para asistir a la misa matutina, sintiendo el peso de sus planes oscuros escondidos bajo su cama. Con un suspiro de resignación, salió de su habitación y se unió al resto de los novicios y monjes camino a la capilla para el servicio matutino.
Aunque intentaba mantener una expresión de calma, no podía evitar sentirse ansioso por verla.
Una vez dentro de la capilla, buscó un lugar al fondo, cerca de la puerta, donde pudiera mantenerse alejado y con discreción. Al mismo tiempo, no dejaba de observar a Emily, quien había tomado asiento en la fila de adelante. Durante el servicio, mantuvo un perfil bajo y participó adecuadamente, pero no dejaba de observarla de reojo.
Después del servicio matutino, los religiosos comenzaron a salir de la capilla y a dispersarse.
Dylan miró a su alrededor, asegurándose de que nadie estuviera cerca antes de acercarse ligeramente a Emily, quien se encontraba conversando con otra monja. Esperó hasta que se separó ligeramente del grupo antes de acercarse y hablarle en un tono tranquilo.
-¿Podría hablar con usted un momento? Necesito su ayuda con algo importante.- Le dijo en voz baja.
La pelirroja lo miro, con expresión de sorpresa, pero también de cierto recelo, ante el tono bajo y serio de su voz. Tras un momento, ella alzó ligeramente una ceja y respondió.
-¿Qué es lo que necesitas, Dylan? ¿De qué se trata?- Preguntó, aún con una nota de cautela en su voz.
El mantuvo un gesto serio, asegurándose de que nadie más escuchase su conversación. Tras una breve pausa, él respondió.
-Necesito de su ayuda con algo importante y confidencial.- Contesto en un tono serio, con cierto misterio en su voz.
-Podría ser algo delicado, así que prefiero hablar a solas.- Añadió, señalando hacia el patio vacío tras ellos.
Emily percibió la urgencia y el misterio en las palabras, y aunque mantenía cierta cautela, no pudo evitar sentirse intrigada.
Sin dudar, ella accedió.
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|𝐂𝐚𝐥𝐥𝐞𝐣ó𝐧 𝐒𝐢𝐧 𝐒𝐚𝐥𝐢𝐝𝐚| [EN CURSO]
Mystery / ThrillerDos hermanas se mudan lejos de la cuidad a tener una "vida normal", tratando de olvidar y superar su pasado sin saber lo que les espera.