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El bullicio del salón se apagó en cuanto la profesora anunció la llegada de una nueva estudiante. Todos los ojos se dirigieron hacia la puerta, y entonces entró ella.

—Chicos, ella es Seoyeon. Viene de otra ciudad, así que espero que la hagan sentir bienvenida.

Seoyeon caminó con confianza hasta el frente del aula. Su cabello oscuro caía en cascadas perfectas, y su sonrisa era encantadora, como si ya supiera que todos estaban atentos a cada movimiento suyo.

—Hola, soy Seoyeon —dijo con voz clara—. Me gusta bailar, leer y conocer nuevas personas. Espero llevarme bien con todos ustedes.

Hyunjin, sentado junto a Minho, susurró algo que hizo que ambos se rieran. Jeongin, desde su asiento cerca de la ventana, apretó los labios al ver cómo los ojos de Hyunjin no se apartaban de ella.

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El aula vibraba con energía mientras las clases avanzaban. En la primera hora, la profesora de matemáticas repartió los horarios y revisó los nombres de los alumnos, mientras los murmullos no cesaban. Jeongin, sentado en la última fila junto a Seungmin, trataba de concentrarse, pero sus pensamientos vagaban constantemente hacia Hyunjin, quien estaba del otro lado del salón, riendo con Minho.

El día continuó con clases de literatura y ciencias, pero nada parecía captar del todo la atención de Jeongin. Su mente estaba ocupada procesando lo incómodo que se sentía desde la llegada de Seoyeon. Durante una actividad en grupo, Jeongin se vio trabajando con Chan y Felix, mientras Hyunjin y Minho formaban equipo con ella. Aunque los demás intentaban incluirlo en sus bromas, su mirada no podía evitar desviarse hacia el otro grupo, donde Hyunjin parecía más animado que nunca.

Llegó el recreo, y los estudiantes salieron del aula en tropel. Hyunjin y Minho, como si fuese una costumbre, invitaron a Seoyeon a pasar el rato con ellos, dejando a Jeongin caminando unos pasos detrás. La conversación giró rápidamente hacia los intereses de Seoyeon.

—Entonces, ¿qué más te gusta hacer? —preguntó Minho, apoyándose en una banca con la confianza que lo caracterizaba.
—Bueno, antes estaba en el equipo de baile de mi escuela. Participamos en varias competencias importantes —respondió ella con una sonrisa que parecía iluminar todo.

—Eso es increíble. Yo también bailo —comentó Hyunjin con entusiasmo—. Quizás podamos practicar juntos alguna vez.

Jeongin sintió un nudo en el estómago. La conexión entre Hyunjin y Seoyeon era evidente, y aunque él sabía que no tenía derecho a sentirse así, no podía evitarlo.

—¿Qué opinas, Jeongin? —preguntó Felix, intentando incluirlo en la conversación.
—Ah, sí, suena genial —murmuró Jeongin, sin alzar la vista.

Cuando estaban a punto de regresar al aula, Seoyeon se giró hacia él de forma inesperada.
—Por cierto, Jeongin, puedes llamarme noona —dijo, con una sonrisa aparentemente amable, pero con un tono que dejaba claro que era una orden más que una sugerencia.
Jeongin parpadeó, sorprendido.
—¿Eh? Ah... claro, noona.

La incomodidad creció como una sombra alrededor de él mientras el grupo volvía al salón. En las siguientes clases, mientras los profesores hablaban de temas nuevos, Jeongin apenas prestó atención. Su mente estaba en Hyunjin, en cómo solían hablar durante los descansos y en lo distantes que parecían ahora.

Decidió buscar un momento para hablar con Hyunjin, esperando que tal vez pudiera recuperar un poco de la cercanía que tanto valoraba. Lo encontró al final de la siguiente clase, mientras recogía sus cosas del escritorio.

—Hyung, ¿puedo hablar contigo un segundo? —preguntó con un tono suave.
—¿Ahora? —respondió Hyunjin, mirando de reojo hacia la puerta, donde Seoyeon lo esperaba junto a Minho—. Es que vamos a hablar sobre algo... ¿puede ser después?

Jeongin asintió lentamente, pero su corazón se hundió. Hyunjin salió del aula sin mirar atrás, y Jeongin se quedó allí, sosteniendo las palabras que nunca dijo.

Al final del día, Jeongin dudaba si esperar a Hyunjin como solía hacerlo. En años anteriores, era una especie de rutina no hablada; siempre se encontraban para irse juntos. Pero ahora, después de no haber intercambiado más que un par de palabras, no estaba seguro de si era buena idea.

Finalmente, decidió esperar junto a la entrada del colegio. El cielo, gris desde la tarde, comenzó a soltar gotas de lluvia. Jeongin se apuró a abrir su paraguas, deseando que Hyunjin apareciera.

Y lo hizo, pero no como esperaba. Jeongin lo vio salir por otra puerta, caminando junto a Seoyeon. Ella sostenía una sombrilla brillante, bajo la cual ambos compartían risas. Hyunjin se inclinaba hacia ella para escuchar algo que decía, y la imagen se grabó en la mente de Jeongin como una punzada.

Se quedó ahí, bajo la lluvia, sintiendo cómo el mundo parecía alejarse. El sonido de las gotas contra su paraguas era lo único que lo acompañaba mientras observaba cómo Hyunjin y Seoyeon desaparecían juntos.

"Tal vez ya no hay lugar para mí", pensó mientras empezaba a caminar hacia su casa, su sombra alargándose bajo las luces tenues de la calle.

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𝗠𝗶𝘅𝘁𝗮𝗽𝗲: 𝗢𝗻 𝘁𝗿𝗮𝗰𝗸 ⚊𝗛𝘆𝘂𝗻𝗶𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora