Capitulo 7

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Jungkook gimió ante las atrevidas palabras del mayor. No había mucho que pensar; en estos momentos no se torturaba la mente, simplemente se dejaba llevar mientras la mano de Taehyung se aventuraba por todo su cuerpo. 

Dentro, el mayor lo giró con un poco de fuerza. Sus rostros quedaron tan cerca que Jungkook podía sentir el aliento a menta del contrario. Eso le prendía tanto... Los ojos verdes de Taehyung lo miraban hasta el alma, provocando un deseo voraz de querer más y más. 

Por fin, Taehyung rompió la poca distancia entre ellos y, con una mano aferrándose con fuerza a sus nalgas, usó la otra para enredar sus dedos en el cabello negro de Jungkook. Así, capturó su boca en un beso desesperado, profundo e intenso. 

Era una sensación indescriptible. Nadie lo había besado así antes: tan bien, tan intensamente. Jungkook sentía que Taehyung no solo quería besarlo, sino devorar hasta lo más profundo de su alma. El placer era tan abrumador que pensó que podría correrse solo con ese beso. 

Sin saber cuándo, sintió unos dedos mojados invadiendo su interior. No dolió; era solo un poco incómodo al principio. Sin embargo, la calidez y la tensión en su interior lo hicieron apretar alrededor de los dedos, entregándose al placer. 

Los labios de Taehyung dejaron su boca y comenzaron a descender lentamente por su cuello, dejando un rastro de besos ardientes. Cuando llegaron a sus pezones, los mordisqueó con lentitud y precisión, arrancándole escalofríos y una oleada de gusto incomparable. 

Jungkook intentaba controlar su respiración, pero era imposible. Cada movimiento de Taehyung lo desmoronaba más. Los dedos que exploraban su interior empezaron a moverse con mayor confianza, buscando un punto que lo hizo gritar de puro placer. 

—Ahí... Tae, por favor... —susurró con un tono desesperado, sus manos aferrándose a los hombros del mayor. 

Taehyung sonrió con picardía, disfrutando cada reacción del más joven. Bajó su rostro hasta la altura de su oído, chupándolos.

El cuerpo de Jungkook temblaba, dividido entre la anticipación y el placer. Nunca había estado tan vulnerable, pero con Taehyung no sentía miedo, solo una confianza ciega. Los dedos del mayor

Cuando estuvo lo suficientemente dilatado, entre besos sintió cómo el mayor lo alzaba. Aunque Taehyung no era tan musculoso como él, tenía la fuerza suficiente para sostenerlo sin esfuerzo. Para Jungkook, este hombre lo era todo. 

Taehyung le dedicó una mirada cómplice, como si ambos estuvieran haciendo algo prohibido. Y sí, era algo travieso, algo que nadie más entendería. Lo empujó contra la pared, buscando un mejor agarre. Las piernas de Jungkook estaban alzadas y sostenidas firmemente por las manos del mayor, mientras sentía cómo el miembro húmedo de Taehyung comenzaba a entrar lentamente en su interior. 

Ese momento fue todo. Lo mejor que había sentido en su vida. 

Te la comiste toda, bebé... —susurró Taehyung en su oído con una voz ronca y profunda. 

Ese comentario encendió aún más a Jungkook, quien apretó su interior alrededor del miembro del mayor, arrancándole un gruñido gutural que le resonó en el oído. 

No era un experto en este tipo de cosas, pero no necesitaba serlo. Se dejaba llevar por las manos y la experiencia de Taehyung, mientras trataba inútilmente de contener sus gemidos. Los labios del mayor volvieron a encontrar sus pezones, chupándolos y mordisqueándolos con avidez, al tiempo que las embestidas se volvían más intensas, golpeando justo en el punto que lo hacía delirar. 

En medio de ese torbellino de placer, Jungkook tuvo un pensamiento fugaz pero abrumador: Si, era hetero, claro que lo era. Tenía novia y la amaba.
Pero inmediatamente esa idea se derrumbó. No la amaba tanto como a Taehyung. Eso era obvio.

Kim Taehyung siempre había estado en primer lugar para él. Nada más importaba. Ni la novia, ni el futuro, ni las reglas que la sociedad imponía. 

¿Novia? Qué estupidez.
¿Casarse? Nunca lo aceptaría.
¿Seguir teniendo sexo con chicas que no significan nada en bares oscuros? No. Eso terminó.

Ese hombre lo era todo: sus besos, su cuerpo, su amor. Todo en Taehyung le pertenecía. Y aunque una parte de él temía que esto fuera enfermizo, otra parte no le importaba una mierda con solo tenerlo para el.

Pacify herDonde viven las historias. Descúbrelo ahora