EL TUTOR

Episodio 3: Plan en marcha

Ya te cansaste de ser el juguete emocional de tu tutor y estas planeando algo para que él te demuestre sus verdaderos sentimientos. Para esto vas a necesitar de mucho esfuerzo y voluntad porque sabes que jugar ese juego con Bàkugo no será algo fácil pero ya no puedes más con ese sentimiento y definitivamente tu cuerpo y tu mente no van a resistir otro día sin dormir.

Caminas por el pasillo camino a tu salón, hoy decides salir más temprano de lo normal para no toparte con el rubio; así empieza tu plan de contacto cero. sabes que será difícil y que probablemente te busque con una excusa para poder molestarte pero no piensas caer de nuevo en sus trucos.

Todo normal en tus clases, sientes que tu humor está un poco más normal. La montaña rusa de emociones que te provoca el rubio te cansa mucho así que hoy estás con mucha más paz que antes.

Suena la campana para el cambio de clase y uno de tus compañeros se acerca a tu lugar. Comienzan a charlar tranquilamente sobre la asignatura y las tareas, se siente para variar poder hablar hablar con alguien diferente. No eres de tener muchos amigos pero si te esfuerzas por ser amigable, en especial porque sabes que eres el estudiante de nuevo ingreso que entró a mitad de curso, tienes que esforzarte por salir de tu cascarón. De pronto sientes como si te estuvieran observando, intentas no prestar atención a esa sensación y sigues platicando como si nada con tu compañero.

Te ofrece ir a la siguiente clase juntos y accedes. No tienes nada que perder y se ve que es un tipo agradable así que guardas tus cosas en tu portafolio y lo acompañas a la siguiente clase. Al salir del salón ves al rubio mirándote con una mirada que podría quemarte por completo. Sabes que no puedes flaquear en esto, esta es tu oportunidad de demostrarle que no volverá a jugar con tus sentimientos nunca más.

Respiras profundamente y lo miras, sonries como siempre y lo saludas con la mano a la distancia. Él, acostumbrado a que en cuanto lo veías ibas corriendo a su lado, se queda perplejo mirando cómo te alejas con tu compañero de clases hablando como si nada. No puedes evitar sentir que tuviste una pequeña victoria al hacer eso pero de igual forma te sientes un poco culpable al ver el rostro del rubio con esa expresión de confusión.

El día pasa tranquilo, más tranquilo de lo habitual, y al llegar la hora en la que generalmente entrenas con Bàkugo vas al salón donde te quedaste de ver con tus compañeros de equipo para el trabajo de tu clase. Para tu sorpresa en tu camino hacia allá ves al rubio parado esperándote justo antes de llegar al salón.

Oye pato ¿por qué me estás evitando? - intentas evitarlo, no te imaginabas que fuera tan directo tan pronto. Esperabas esta conversación al menos en unos dos o tres días más. - En serio dime ¿qué te pasa? - se le nota triste y algo confundido.

Le aseguras que todo está bien, que no te pasa nada y que tienes que cumplir con tus obligaciones escolares también. Su expresión delata que no te cree pero aún así asiente y se aleja por el pasillo. Suspiras con alivio pero a la vez tienes cargo de conciencia ya que sabes que puede que estés lastimando al rubio con tu comportamiento.

Al entrar al salón de clases te das cuenta que todos tus compañeros estaban espiándolos. Te sonrojas un poco al darte cuenta que todos notaron que algo entre ustedes no estaba del todo bien. Uno de ellos te pregunta si habían peleado, haciendo referencia de su relación como si fueran novios. Ante tal comentario te sonrojas aún más ya que sabes que su relación no es así pero no sabes cómo responder ya que, en efecto, parece que fueran pareja.

La sesión de estudio y el proyecto fluyeron después de ese pequeño incidente con el rubio. Te diriges a tu cuarto, ya es algo tarde. Te surge el deseo de ir a ver al rubio pero controlas tus impulsos, sabes que tienes que poner un límite. Si él mismo te dijo que no quería nada contigo entonces tenías que hacerte a la idea de respetar eso y alejarte lo más posible para no terminar lastimándote más.