A partir de ese momento, sus vidas fueron perfectas. Ya de novios, comenzaron a salir. Y como en cualquier relación tuvieron sus problemas. Matt tuvo sus primeros berrinches de celos con Catherine. Johan tuvo que desmentirlo todo, por supuesto, pero digno de un uke, Matt se la pasó ignorándolo por una semana.
Hasta que Matt lo perdonó, Johan tuvo que dormir en el suelo del aula de Anatomía.
Aunque Johan no se salva, él también tuvo su escena de celos. Cuando Matt hizo amigas estaba todo bien, ya que él era lindo y amigable, pero cuando hizo amigos se pudrió la cosa. Johan se la pasaba detrás de Matt para vigilar cada uno de sus movimientos, era como un acosador, pero este dormía con su víctima.
Hasta que Matt pudo explicarle pasaron por muchos problemas... Más noches en la sala de Anatomía para Johan.
En fin, en resumen (esto es lo mágico de One Shoot) sus vidas en la facultad fueron un sueño. Sus experiencias también... La primera vez de ambos fue desastrosa, pero esa es otra historia.
Luego de su graduación, se convirtieron en adultos profesionales: Matt en Profesor de dibujo y Johan en médico cirujano. Para lograr esto, Matt tuvo que sacar a Johan del camino de los alcohólicos... Más de una vez lo encontró tirado en la sala de anatomía hablando con la pared sobre su relación. Cada vez que peleaban, Johan iba y tomaba. Para resolver esto, Matt implementó su llamada Doctrina de reducción de placer, algo que inventó él mismo. La lógica del asunto era simple, si Johan quería sexo, debía dejar el alcohol.
Toda/o fujoshi/fundashi sabe que el seme, sin sexo no es seme. Así que, ya adivinan lo que pasó, el alcohol, de la dieta de Johan, desapareció.
Luego de graduarse, consiguieron una casa fuera de la cuidad. Johan dijo que debía estar "apartada de la civilización" para que así no se escucharan los gritos de Matt.
Al final, no les quedó de otra, se ahorraron mucho al comprar esa casa. Su bolsillo no sufrió pero si el trasero de Matt.
Como los años trajeron alegría, también trajeron tristeza. La madre de Johan murió poco después de que ellos se mudaran. Asistieron ambos a su velatorio, ya que ella, luego de enterarse la sexualidad de su hijo, lo primero que preguntó fue si era el activo o el pasivo. Cuando Johan le dijo que era el activo, ella se puso a gritar de felicidad al teléfono.
Llevaron rosas a su tumba, sus favoritas. Luego de eso, pasaron por la antigua casa de Matt, y descubrieron que esta estaba en venta, al parecer a su padre le había llegado la muerte también.
En el vieja de vuelta, Johan mirando el paisaje le dijo a Matt.
-Quiero un hijo.
-E-eh...- dijo Matt sorprendido.- ¿De verdad?
-Noo, de mentira.- dijo Johan sarcástico.
-Eres doctor... ¡Sabes que no puedo procrear!- dijo Matt, riendo.
-Hazte un caballito de Mar, entonces... ¡Pero satisfáceme, hombre!- dijo Johan con humor.
-No, en serio Johan. ¿Quieres un niño?- preguntó, dejando la risa por un lado.
-Sí, quiero. – respondió él, más serio aún.
Y con eso quedó decidido todo, el mes siguiente se dirigieron al orfanato más cercano a su vivienda y adoptaron a Charlie, un pequeño bebé de cuatro meses. Era de tez blanca, con unos mechoncitos castaños claros y unos hermosos ojos verdes, como los de su padre (Matt). A este niño le colocaron una cinta roja en su muñeca.
-¿Y cómo le voy a dar la leche?- preguntó Matt, antes de adoptarlo.
-Pues, eso...Te chupa un huevo.
-¡¡Q-que!!- malpensó Matt, sonrojándose en extremo.
-Y sí, no te tiene que importar.- dijo Johan, mirando de forma pícara a Matt. - ¿Lo malpensaste?- preguntó, esbozando una sonrisa macabra.
-¡Idiota!- dijo Matt, tapándose el rostro.
-Perdón... Lo que haremos es comprarle leche especial...- dijo riendo.
-¡Johan!- gritó Matt, dándole un golpecito en el brazo.
Sus vidas se mantuvieron enlazadas durante muchos años. Sus destinos siempre estuvieron entrelazados.
Cuenta la leyenda que existe un hilo rojo invisible, que conecta a aquellos que están destinados a encontrarse. A pesar del tiempo, del lugar, a pesar de las circunstancias. El hilo puede tensarse o enredarse, pero jamás romperse.
Puede que esta solo fuera una leyenda, pero para ellos es una realidad. Ellos aún conservan ese hilo, esa pulsera roja en sus muñecas. Ese era el símbolo que unía sus vidas, que las unió desde el principio. Esa cinta roja hizo que su encuentro fuera inevitable, esas cintas eran los lazos de su destino.
Fin –
Si les gustó la historia y quieren leer más, dejen sus comentarios.
Tengo pensado hacer un especial Hard de esta historia contando la primera vez de Mathew y Johan.
En fin, ¡saluditos, ukecitos!
-MitsukiKaori-
Colaboración de: Victoria Loza Correa.
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One Shoot (Yaoi/BL)
Random##¡Atención!## Tal como lo indica la portada, este libro contiene historias de BL (Boys Love)/ Yaoi / Gay. Si no gustas o disfrutas de este tipo de lectura. No leas estas historias. Aquí encontraran historias del genero BL que escribiré a medida que...