Hace algunos siglos ocurrió el mayor descubrimiento de la humanidad, tres valientes aventureros reunieron toda una tripulación de griegos, romanos, japoneses, para instalarse en una nueva isla que jamás se había descubierto.
En aquella isla habitaba...
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No puedo morir...... No es por la inmortalidad, solo me tengo prohibido morir sin antes vengar su muerte.... Mi querida Jane....
Años atrás...
Un pequeño Kiyoshi vivía en una hermosa casa con una hermosa chica. Jane Ren era la que rescató al joven Kiyoshi cuando éste casi perdía la vida al escapar de un siniestro Corruptor, Jane era la chica más linda del pueblo en el que vivían; tenía cabello rojizo, ojos morados como las hortensias y siempre vestía un saco blanco.
Jane, admiraba el atardecer y amaba los girasoles; cuidó a Kiyoshi desde que él tenía siete años y ella once. Kiyoshi era tratado de la mejor forma, su querida amiga le cocinaba un exquisito ramen, el favorito del chico.
—¡Señorita Jane! Me caí desde una colina y me lastimé la pierna derecha —Dijo el pequeño Kiyoshi de siete años.
—¿Pero cómo te caíste? Bueno, tranquilo.... Estoy aquí para ayudarte —Respondió Jane, ella era una chica muy dulce.
—¿Hoy iremos a ver el campo de girasoles de la señora Laura? —Añadió el chico.
—Claro, pero primero debes almorzar —Respondió.
Ambos pasaban tiempo en familia, los dos eran huérfanos y perdieron a sus familiares de la misma forma.
Al cumplir catorce años, el joven chico fue llevado al lugar más hermoso para él, el campo de girasoles; Jane le dio una gran noticia, ella llevaba años entrenando para volverse Paladín y finalmente lo logró, su maestro había decidido retirarse y entregarle su puesto a la chica, su alumna.
—Me he vuelto Paladín, ahora tengo el deber de proteger esta isla con mi vida —Mencionó Jane.
—¿Te irás?
—No, siempre estaré contigo para cuidarte, algún día serás un Paladín como yo —Respondió la dulce chica.
—Prométeme que estarás a mi lado hasta volverme un Paladín como tú —Pidió el chico—. Sabes que te quiero, ¿verdad?
La chica generó una ligera sonrisa, ella siempre notó el comportamiento del chico. Jane solo podía esperar a que Kiyoshi creciera hasta ser adulto, no era correcto desviar al joven chico desde temprana edad.
—Lo sé... y por eso estaré contigo hasta que seas grande —Respondió.
Los dos eran muy parecidos, compartían gustos y muy en el fondo, sentían atracción; nunca tuvieron una relación de madre e hijo, fueron amigos y compañeros desde que se conocieron.
Todos en el pueblo miraban a Jane con lujuria, la chica había sido bendecida con un cuerpo perfecto y muy atractivo, era capaz de asesinar Corruptores de alto nivel con la fuerza sobrehumana que poseía, ella utilizaba el Arte Elemental del fuego que aprendió gracias a su maestro, el anterior Paladín del fuego.