Luego de varios años ambos se reencuentran durante un fuerte verano.
Ren, la herrera designada de Genya, necesita su ayuda para poder cumplir su objetivo. Y él, desesperado por volverse más fuerte, hará lo que sea necesario para ayudarla.
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"¿Él o ella?" ◞───────⊰·☼·⊱───────◟
Pasamos toda la mañana caminando hasta que cayó la tarde y nos encontramos con algo hermoso.
— ¡Es el paraíso! — Exclame con admiración. Mis ojos brillaron debajo de la máscara al ver lo que tenía frente a mí.
Una cascada, no muy grande, pero hermosa. Hay una corriente no muy fuerte y varias rocas bastante grandes, además de un poco de arena en los bordes.
— ¿Nos metemos? — Pregunte y empecé a quitarme el haori para desvestirme sin previo aviso, lo que hizo que Genya se sobresalte.
— ¡OYE! — Grito y yo empece a reírme, colocandome el haori devuelta.
— ¡No me grites, no dije nada malo! — Dije entre risas, acercándome para ver el agua. — ¡Estaba bromeando! —
— Si, claro... —
Debe sentirse increíble, más con el calor que hace ahora. El sol pega tan directamente que se siente como una cachetada.
— Será mejor que descansamos un rato. — Apunto una sombra entre los árboles a lo lejos, pero yo quiero quedarme aquí.
— Genial, voy a aprovechar para meterme al agua entonces. — Respondí con simpleza.
— Ah... — Fue lo único que salió de la boca de Genya. — Bueno. —
— ¡Solo me voy a meter para refrescarme! — Le dije, viendo como empieza a caminar en dirección a los árboles con sombra que apunto.
Están a unos metros, pero se puede ver bien directamente desde aquí.
— ¡Puedes entrar después de mi, si quieres! — Genya se giro un momento para mirarme mientras miraba y me hizo una seña con la mano, agitandola como si dijera "¡no, gracias!".
— ¡No me veas que me voy a quitar todo! — Le advertí y rápidamente se dio la vuelta, caminando más rápido hasta los árboles.
Se sentó de espaldas y yo me reí por lo bajo mientras dejaba mi ropa en la orilla para entrar.
Por alguna razón, Genya me genera demasiada confianza. Estoy segura de que no sería capaz de hacerme nada.
Además, me importa muy poco si me mira o no.
Me gire para verlo y sigue en la misma pose, que gracioso. ¡Casi parece un niño en detención!
Me pregunto que pasará por su mente.
Al final fui debajo de la cascada y estuve ahí por un rato, relajandome con el agua cayendo sobre mi. No se siente una presión muy fuerte.
Debería escribirle una carta a papá, solo para que sepa donde estoy. No creo que envie a alguien a buscarme, pero existe la posibilidad.
