04

142 17 42
                                    

"Incómodo"◞───────⊰·☼·⊱───────◟

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"Incómodo"
◞───────⊰·☼·⊱───────◟

— ¡Nunca antes viaje sola! — Dije felizmente mientras camino por la oscuridad del bosque.

A decir verdad, no estoy sola. ¡Genya me acompaña! Hace tantos años que quiero viajar y hoy por fin se me está dando.

Apenas me dijo que si, me volví loca. Me grito que lo esperara abajo de los aguas terminales y lo hice, cuando volvió empezamos nuestro camino.

— ¿Eso es bueno..? — Pregunto en voz baja.

— ¡Pues claro! — Dije con una sonrisa.

Genya propuso que viajemos mañana por la mañana y eso hubiera sido lo más inteligente, ¡pero no tenemos tiempo!

Especialmente yo, que básicamente estoy escapando de casa...

— ¡Estoy muy emocionada! ¡Ya tengo ganas de conocer al autor del diario! — Mientras hablaba felizmente, él me miro algo extrañado.

— Emocionada, si, claro... — Me siguió la corriente a pesar de todo.

Ni siquiera le preste atención mientras caminábamos.

Bajamos la montaña con facilidad y pronto encontramos un sendero.

A pesar de que este oscuro, la luz de la luna nos ilumina.

¡No está tan oscuro! Puedo ver con claridad muchas cosas, como el pasto crecido que me hace cosquillas a través de mis medias o la dura corteza de los árboles.

— ¿Cuanto hay de aquí a Tokio? — Pregunte viendo el suelo. La tierra está seca y hay algunas rocas molestando el pisar.

— Un par de días, no estoy seguro cuanto. — Murmuro en respuesta viendo al frente, pero desviando la vista a mi de vez en cuando.

Noto su mirada sobre mi, pero no me importa.

— ¡Entonces vamos a llegar rápido! ¡Yo camino muy rápido! — Asegure.

Estoy más emocionada de lo que debería mostrar, pero no puedo evitarlo.

Me la pase hablando todo el camino mientras bajábamos por completo de la montaña. Seguimos caminando hasta que amaneció y en ningún momento deje de hablar.

Le conté sobre Koketsu, un niño pequeño que a veces viene a tocarme la puerta del taller y sale corriendo, jugando a molestarme. También le hable de lo rica que es la mayonesa que prepara el cocinero de Tecchin y como hay una gata que tuvo crías recientemente.

Genya no dijo nada, solo asentía a lo que yo decía. Parecía un loro hablando con una pared.

— ¡Wow, ya amaneció! — Dije viendo como el sol creciente empezaba a filtrarse entre los árboles.

Días de verano | Genya ShinazugawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora