Un Dia Mas

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Una sonrisa torcida apareció en su cara y puedo jurar que hubo un destello de maldad en sus ojos. Valentina Termhid, típica chica querida por todos, con padres adinerados y todos los amigos que quisiera tener, maquillada hasta el último pelo y con el pantalón colado a más no poder. Si las reglas del instituto decía que no se podía venir maquillada, ni con el pelo teñido o que había que llevar bien puesto el uniforme ¿¡Por que a ella no le decían nada!?.

-Yushi! Querida amiga, pensé que no habías venido.- Un paso y estaba dentro del baño

-Yo...bueno, entre antes de hora y est...

-Sisi, no me interesa. Solo quería recordarte que en el examen de la siguiente hora vas a ser mi compañera

-Pero la profesora Vern dijo que ella iba a elegir las parejas...

-Sí, pero ya le pedí ser tu compañera así que es mejor que cooperes conmigo o sabes cómo pueden terminar las cosas.-Dicho esto salió del baño, no sin antes retocarse ese estúpido maquillaje y mirarme de forma despectiva

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Y a esto me refería cuando dije que podía conseguir todo lo que quería sin objeción de alguien. En la próxima hora teníamos un examen trimestral de historia y no es noticia para ninguno de mis compañeros que en todas esas pruebas me sacaba 10 sin estudiar, digamos que la memoria es lo único que se me da bien. No había pensado en cuanto tiempo había estado encerrada en el baño hasta que volvió a tocar el timbre de receso y entonces me di cuenta que había estado la 1;20 de la clase llorando en el cubículo del baño.

Tercer recreo y después de la siguiente hora ya podía ser libre de esta cárcel. Baje por las escaleras aferrando al pecho mi libro de "Alguien Allá Arriba Te Odia", mi única compañía en este día. Ya era la segunda vez que lo leía pero por alguna razón seguía encontrando cosas buenas en ese libro. Para mi suerte la sombra del árbol que da al patio estaba desocupada y no había nadie, no me quería cruzar con los de último año. No sé cuantos minutos habre estado sentada leyendo pero en un momento una sombra se puso delante mío llamando mi atención haciéndome sacar la vista de las paginas. Una chica de aproximadamente 1;50 con varios collares colgando estaba parada enfrente mío sonriéndome mostrando sus dientes cercados por brackets. Si no mal me equivoco su nombre era Trinidad Parks, estaba en mi mismo año y se sentaba al fondo con otro grupo de chicos que si bien no eran los que me molestaban si se reían de las bromas.

-Lucho me mando a decirte que hay que subir, el recreo termino- Era increíble cómo ni los preceptores se me acercaban a hablarme

-Ahí subo, gracias- Dicho esto espere que se fuera con su grupo pero solo se quedo ahí parada mirando algo fio

-¿Estás leyendo AAATO?

-Yo...en realidad lo estoy releyendo

-¿Te gusta leer?

¿Desde cuando tanto esmero en conocer a la chica rara?

-Si

-¡A mí también! A las chicas también les gusta, no creo que tengan problema en que te sientes con nosotras.

"Las chicas" Era un pequeño grupo integrado por Trinidad Parks,Camila Camp, Jennifer Winston y Rocio Piuke Todas eran chicas de bajo perfil pero no pasaban desapercibida muchas veces cuando se lo proponían. Por lo que había visto varias veces parecía ser un grupo unido pero nunca me atreví a hablar con ninguna.

Me levante de donde estaba sentada y seguí a Trinidad hasta el aula, todo el trayecto fui en silencio pensando en lo que me esperaría sentada con Valentina en la prueba mientras que ella solo se empeñaba en hablarme de lo felices que iban a estar las chicas de conocerme e integrarme a su grupo.

El examen fue como ya lo esperaba, yo haciendo todos los puntos y Valentina pintándose las uñas, yo no entiendo como los profesores no hacen nada. Cuando termine y entregue la prueba con el nombre de ambas le di una mirada al curso y todos seguían concentrados en sus hojas, así que me senté en mi lugar y termine de leer mi libro. Para mi suerte teníamos historia a última hora así que cuando sonó el timbre no dude en agarrar mi mochila e irme de ahí.

El camino a mi casa era siempre el mismo, ir hasta la esquina, esperar el colectivo, subirme y bajarme a dos cuadras de mi casa. Todo era siempre monótono y eso me molestaba, odiaba la rutina de todos los días. Había algunas veces en que me tocaba viajar con dos compañeros míos pero por suerte nunca me vieron, o eso creo yo, porque suelo sentarme en el fondo de todo para viajar tranquila.

Cuando llegue a la puerta de mi casa tuve que tocar el timbre ya que no me dejaban tener las llaves, pero claro, si me dejaban andar sola por ahí. Los minutos pasaban y nadie me abría, en la casa de mi abuela al parecer tampoco había nadie así que solo me quedaba una opción: Saltar.

Tire la mochila por arriba del portón de mi casa esperando que nada de lo que este adentro se pueda romper. Mire alrededor unas cuatro veces para asegurarme que no pase ningún auto de la policía y piense que estaba robando. Subí un pie a un barrote y el otro lo pase hacia el otro lado, solo me quedaba dar un impulso y terminar de pasar el otro pie. Conté mentalmente hasta 30, y salte. Si bien solo había una altura de 2 metros la suerte como siempre de mi lado que caí de cara al suelo, golpeándome toda la parte lateral de la cabeza y sintiendo como salía sangre de mi oído.

Me levante del suelo haciendo caso omiso del pitido constante que sentía y entre a mi casa rezando porque no haya nadie que pudiera verme en estas condiciones. Para mi buena suerte en todo el día la única en mi casa era Kala, mi única verdadera amiga aunque tuviera cuatro patas

-Kalu! Hola linda, ya volví- se tiro al suelo boca arriba para que le haga mimos, definitivamente estaba feliz

-Al menos vos si te alegras de verme kala- Deje la mochila al costado de la puerta de mi pieza dejando que kala la pueda olfatear.

Entre a mi pieza y eso fue suficiente para ver el desastre que había, ropa tirada por todos lados, los zapatos encima de la cama, esta ultima deshecha y toda la ropa del armario tirada en el suelo. Un huracán había pasado por acá

Break Dreams {Liam Payne}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora