10 years later!

6- No más

Han-soo estaba por salir de la oficina del área de auditoría, apenas tomando el pomo de la puerta, hasta que el presidente irrumpe bruscamente, quedando ambos muy cerca.

Uno con expresión de asombro, pero a la vez cansado, mientras el contrario se le queda viendo serio y a su vez también sorprendido con verlo.

- Han-soo!

- Presidente Hwang Dae-woong

El ambiente se cargó de un aire lleno de incomodidad como de intriga, mientras los presentes observaban en un silencio molesto pero con cierta curiosidad.

Sin embargo, Hwang Dae-woong al no decir nada más que quedarse viendo a Han-soo fijando su mirada expresando al dejar ver sus cejas curvadas hacia abajo, era más que obvio que estaba molesto, dejando al contrario inquieto y a su vez extrañado por su presencia en el área de auditoría, abriendo paso a una marea de preguntas como: acaso se preocupaba de que llegara tarde?, le importó?, no me odiaba igual que a Shin Cha-il?.

No hasta que repentinamente suena su celular del presidente, quien retrocede molesto para luego tomar su celular sin dejar de mostrarse sulfúrico, no hasta que ve en el identificador de llamada, el nombre del hombre que años atrás lo dejó sin poder decirle que lo necesitaba, no solo como jefe del equipo de auditoría, sino que fueran socios, cómplices, pareja.

Notorio fue su sorpresa, que no se percató de su alrededor, como si lo demás no importara, si no hubiera nadie cerca de él, que soltó un suave y ligero susurro pronunciando el nombre de aquel hombre —Shin Cha-il...

Pero para su mala suerte, sí hubo alguien que lo oyó y era el joven Goo Han-soo.

Para el momento en el que se percató del lugar donde estaba, vio al nuevo jefe de auditoría quien no para de verlo como si hubiera visto un fantasma.

—¿Quién dijo que lo está llamando?— preguntó Han-soo con cierto miedo en sus palabras, mientras arrastraba sus pies para acercarse al presidente, pero este solo retrocedía sutilmente...

-número equivocado...

-MIENTE!!!- exclamó

El aire estaba tan cargado de tensión, que los presentes no podían apartar la mirada de lo que estaban presenciando. Algo estaba pasando que no lograban entender.

Los dos auditores estaban más que pasmados con lo poco que lograron oír, preguntando cosas como... ¿Qué hacía llamando Shin Cha-il al presidente?, mientras que el mensajero del presidente veía con notorio descontento que el simple hecho de que Shin Cha-il llamara a su querido presidente le quitaba la poca atención que tenía de Hwang Dae-woong.

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Horas antes, esa mañana Shin Cha-il amanecía con un fuerte dolor de cabeza.

-no vuelvo a tomar solo... —Susurraba mientras se levantaba de la cama de hotel.

El día parecía radiante, pero en el estado que estaba solo lo hacía decir que ya no tiene que hacer en esa ciudad.

Y recordar que fue en la noche de ayer, al querer volver a ver a Goo Han-soo en aquella dirección donde se encontraba el restaurante de pollo frito de su familia, ya no se encontraba. Lo devastaba como nunca antes algo lo afecta tanto, aparte de la muerte de su padre en ese derrumbe de edificio.

Shi Cha-il solo se quedó viendo en silencio el cielo por la ventana de su cuarto de hotel, mientras se preguntaba, aunque sea una vez más:

¿Qué hago ahora aquí...? —preguntaba casi como un suspiro mientras arrastraba los pies y se disponía a ir al baño a tomar un largo baño de agua fría.

Una vez ya dentro de la gran tina llena de agua helada, Cha-il no paraba de debatir con sí mismo qué más podía hacer ahora; estaba molesto consigo mismo por volver a la ciudad demasiado tarde y perder la oportunidad de expresar lo que siente por aquel chico que tanto lo cautivo, que lo hizo más humano y ahora ya no estaba...

-no lo volveré a ver... —susurraba mientras se dejaba deslizar debajo del agua de la bañera, cerrando los ojos.

Y en ese mismo instante, ya dentro de la bañera, abre sus ojos, sorprendido tanto, que lo hizo levantarse bruscamente de la bañera...

¡Hwang Dae-woong! —exclamó como si hubiera ganado la lotería.

asi , sin mas... Cha-il no perdió el tiempo de la bañera para alistarse, ponerse su mejor traje y corbata, nuevos zapatos y sobre todo, echarse esa colonia que tenía que lo hacía recordar aquellas noches que tuvo a Goo Han-soo tan cerca de él, cenando juntos, trabajando juntos.

Pero una vez ya listo, casi olvida lo más importante...

—Será mejor llamarlo —se refería al presidente de JU Construction, aprovechando que como ese señor tanto lo llama, ya tiene su número y sin perder tiempo toma su celular para así llamarlo y ante la espera imaginó que como se trataba del responsable de casi ponerlo a toda la compañía en su contra le contesta enseguida y tal parece que así no fue...

-que raro... Susurra mientras sigue esperando a que conteste a la llamada.

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Mientras tanto, en ese mismo instante, en el edificio de la compañía JU construction que se encontraba próximo al hotel donde estaba hospedado el experto en auditoría Shin Cha-il.

En la oficina del área de auditoria, se encontraba el Goo Han-soo y el presidente de la compañía gritando constantemente en la sala de interrogatorio, mientras afuera se encontraban Lim Yoo-sun y Moon Sang-ho, quienes no despegaban sus oídos de la puerta como dos viejos chismosos, mientras que el mensajero del presidente se mantenía ajeno de la situación; tanto fue así su postura que se encontraba sentado en uno de los asientos del área, esperando con desgana a su querido presidente que terminará con esto para proseguir trabajando y por qué estaba muriendo de los celos.

—¡Señor! el trabajo no espera!— gritaba Bang Ki-ho, quien estaba notoriamente cansado y de brazos cruzados, sin embargo, del otro lado de la puerta se oye un fuerte grito cargado de enojo del presidente.

¡Lárgate! —gritaba con todas sus fuerzas en dirección a la puerta. —Yo me quedo... ¡tengo cosas que hacer con este niño!

Esto no solo incomodo a los demás presentes, si no que a Han-soo no lo pudo soportar que en un rápido y ágil movimiento logra tomar el celular de Hwang Dae-woong, sorprendiéndolo tanto que no hizo más que ir por lo físico, ya que los gritos no estaban funcionando, así que se le encimaba para quitarle el celular. Cayendo ambos al suelo, provocando que se oyera la caída en toda la sala.

—¡Tomar el celular de tu superior es un acto de robo! —forcejeaba con Han-soo, quien intentaba alejarse de Hwang Dae-woong. Sin embargo, se encontraban en una posición bastante prometedora y un tanto incómoda.

Eran dos hombres de cierta edad en el suelo, uno encima del otro, forcejeando por un celular.
A vista de cualquiera era fácil de malinterpretar la situación y eso fue lo que pasó cuando Lim Yoo-sun abre la puerta tras haber introducido una llave auxiliar y terminó viendo algo realmente vergonzoso que rápidamente cierra la puerta mientras su rostro la delataba, mostrándose tan roja y ponerse contra la puerta, impidiendo a que su compañero de trabajo y el mensajero entraran o siquiera vieran lo que pasaba detrás de esas puertas...

Nadie más que ella podía ver eso, no hasta que pararan y así poder hablar con su jefe y preguntar qué fue eso...