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En una oscura cueva, unas masas negras se movían de aquí para allá, gritando con una ferocidad aterradora. Unas especies de arañas se acercaron a alguien de cabello blanco y largo, que parecía emanar una aura de poder y misterio.
▔▔Yo soy Knull, dios del vacío. Destructor de mundos──se presentó con una voz profunda y resonante que hizo temblar la cueva──Hace mucho, la luz invadió mi reino, mis hijos simbiontes me traicionaron, y me han prisionado aquí. Por fin, un Codex ha sido creado, es la llave de mi libertad, abrirá esta prisión──Les ordenó, con una mirada intensa y una voz que parecía cortar el aire, que suprimieran todo el universo hasta que encontraran la llave, el Codex. Una luz naranja salía de su mano, llamando la atención de los monstruos y haciéndolos gritar con más ferocidad──Y cuando escape y aniquile todos esos planetas con vida y destruya a mis descendientes simbiontes, los recompensaré, dejándolos vivir──prometió Knull, con una sonrisa cruel y una mirada que parecía ver más allá de la cueva──.
Los monstruos gritaron y escupieron bolas de fuego, abriendo portales y entrando en ellos. Uno de ellos, al abrir su portal, miró detenidamente el interior antes de saltar.
Una mujer despertó asustada, miró a los lados y se levantó para tomar una foto de una niña que sonreía inocentemente.
▔▔Ya vienes, mi amor──dijo la mujer, con una sonrisa cariñosa y una voz suave── .
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