Hoseok volvió a escuchar ruidos y se asomó por la puerta y lo que vió lo dejó asombrado.
Jeon estaba sentado en el suelo junto a la cama de las niñas, una de las gemelas en su regazo.
El corazón de Hoseok comenzó a latir en su pecho. Él estaba de vuelta.
Él estaba de vuelta.
—¿Dónde estabas?, dijo su hermana, frotándose los ojos adormilados con una mano mientras con la otra jugaba con la corbata de Jeon. Era Yuna.
—Yo estaba visitando a mi familia, murmuró Jeon.
Yuna se chupó el pulgar.
—Me acuerdo de tu familia. A tu papá no le gustamos mucho nosotros.
— Estás triste, también. ¿Algo malo pasó?
Una sonrisa sin sentido del humor retorció los labios de Jeon. Podrías decir eso.
—Cuando yo estoy triste, Hoseok me abraza y ya no me siento tan triste. ¿Quieres un abrazo?
Hoseok esperaba que Jeon rechazara la oferta con una sonrisa burlona.
Tomando su silencio como un sí, Yuna se puso de pie y puso sus cortos brazos alrededor del cuello de Jeon. Jeon tuvo que sostenerla.
Hoseok cerró la puerta y se acostó, después de unos minutos la puerta se volvió a abrir, Jeon se desvistió, Hoseok sintió como el colchón se sumió a su lado.
Rápidamente Hoseok se acercó para abrazar a Jeon, este lo abrazó comenzándolo a besar profundamente por varios minutos.
—Tu padre murió verdad?
—si
—que pasó? alguien dijo que salió en las noticias que estabas por casarte
—fueron las manipulaciones de mi padre, me llamó para decirme que estaba al borde de la muerte y cuando llegué a casa estaba toda una comitiva esperando a que brindáramos por mi prometida, pero yo le dije a Set que sino decía la verdad lo diría yo.
Él se puso furioso y tuvo un ataque al corazón. Estaba muerto para la siguiente mañana.
Hoseok cerró los ojos.
—¿arreglaron las cosas antes de morir?
Jeon se rió entre dientes, el sonido áspero y sin sentido del humor.
—No. Incluso en su lecho de muerte, él me llamó la mayor decepción de su vida. Él trató de manipularme incluso mientras luchaba por respirar. Amenazando con dejarle todo al marido de Lisa si yo no me casaba con esa chica. Por supuesto que no lo haría. Él es él era demasiado anticuado para eso.
—Me alegro de que hayas vuelto, Jungkook.
Sintió al cuerpo de Jeon ponerse rígido por un momento y luego relajarse en contra suyo.
Un fuerte brazo se envolvió en torno a la espalda de Hoseok y tiró de él cerca, apretado, casi hiriendo sus costillas.
Hoseok no se quejó. Se acurrucó más cerca de la calidez de Jungkook y se quedó dormido momentáneamente.
Él dormía como un bebé, por primera vez en una semana.
Cuando Hoseok abrió los ojos a la mañana siguiente, encontró a Jungkook observándolo.
—Buenos días, Hoseok murmuró, sus rostros a sólo pulgadas de distancia en la almohada. Se sentía insoportablemente íntimo. ¿Dormiste bien?
—No, no lo hice, dijo Jungkook, su pesada mano sobre la espalda de Hoseok. Tú cama es terrible. Casi me caigo fuera dos veces.
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Algo más.
RomanceHoseok conoce a Jungkook y le propone un trato, algo escandaloso, Jungkook con la seguridad de que no sentirá nada por el doncel acepta, pero puede ser que no sea tan facil como el lo cree.