Cap. 5 estoy cansado de ser tratado como una prostituta barata

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Hoseok se levantó sintiendo que tenia el cuerpo partido en dos, cada vez que caminaba era tan doloroso, pero recordaba lo sucedido y se sonrojaba.

No era un sueño, volteó a ver su cuerpo lleno de moretones en la cadera, eran de los dedos de Jeon, si habia tenido sexo con su profesor.

Hoseok nunca esperó tener sexo con un hombre, pero el sexo gay en sí mismo no le molestaba demasiado al menos no al punto de entrar en pánico y estar histérico. 

Sus padres se habían ido, y su mejor amigo era bi, por lo que no había nadie para juzgarlo nadie que le importara.

Lo que molestó a Hoseok fue el hecho de que él había tenido relaciones sexuales con Jeon. No era parte del trato. 

Por supuesto, Jeon había sido muy mandón y decidido a follarlo, pero Hoseok podría haberse negado fácilmente. Podría fácilmente haberlo detenido. Pero no lo había hecho. Eso lo enloqueció.

La puerta del cuarto del baño se abrió, Hoseok vió salir a Jeon, con el torso desnudo, poniéndose la camisa, tuvo ganas de cubrirse el cuerpo, pero no lo hizo, se volteó para que Jeon lo viera.

El profesor se acercó diciéndole:

—cuanto por lo de anoche?

Hoseok no podia creer lo que escuchaba.

—cuanto que?

—cuanto quieres por lo de anoche?

—dime tu precio

—mi precio?

—si, que tan difícil es de comprender?

—Cinco mil, dijo. Eso tenía que hacer Jeon enojarse, ¿verdad? Una pausa.

—Bien. dijo Jeon

Hoseok tomó una ducha, tenia la cabeza girando entre tanto pensamiento, no sabía como tomar lo que Jeon le habia dicho.

Cuando salió del baño no vió a Jeon por ningún lado. Entonces fue a ver a las gemelas que seguían dormidas, bajó para recorrer la casa y buscar un poco de comida para las niñas.

Hoseok caminó, entró a una habitación aparentemente era una biblioteca, en el escritorio estaba Jeon Seth

—disculpe no me di cuenta

—pasa, quiero hablar contigo

—dígame

—desde cuando estas con mi hijo?

—casi un mes señor

—cuanto quieres por dejarlo?

—perdón?

—si, dime cuanto quieres por dejarlo

Hoseok se queda inmóvil pero el padre de Jungkook le extiende un cheque.

—¿Esto es suficiente, no crees?

—vaya me siento honrado, tanto por mí?

—digamos que me quiero asegurar que lo hagas, si no lo haces te quedaras sin nada, siempre sucede así

—y si eso va a suceder porque se toma la molestia para darme ese dinero

—digamos que en ocasiones me gusta estar completamente seguro

—usted cree que Jungkook querrá quedarse conmigo?

—no lo creo joven, no pierda el tiempo, Jungkook terminará por tirarlo, asi que vamos acepte el dinero.

—mi dignidad no se vende señor Jeon si quiero o no dinero yo sabré de donde conseguirlo. 

Hoseok sale de la biblioteca. Subió las escaleras vistió a sus hermanitas, cuando estaba por terminar Jeon entro a la recamara

—me voy

—que ha pasado?

—que estoy cansado de ser tratado como una prostituta barata

—Yo no te llamaría barato, Jeon dijo, con la voz cortada.

Hoseok se rió en voz baja.

— Bueno, tal vez me lo merezco. Necesitaba dinero y no fui lo suficientemente orgulloso para decir que no, pero estoy un poco harto de eso ahora. Eso es todo, Profesor.

Se dio la vuelta para irse, pero Jeon cruzó la distancia entre ellos en unos pocos pasos y agarró su brazo.

—No puedes irte. Tenemos un trato.

Hoseok lo miró, haciendo caso omiso del agarre doloroso de Jeon en su brazo.

—Teníamos un trato. Lo estoy terminando ahora. Creo que más que me gané el dinero que me pagaste por este viaje. Puedes quedarte con el dinero del sexo de la noche pasada. Corre a cuenta de la casa.

Intentó tirar su mano libre, pero el agarre de Jeon sólo se tensó.

—No puedes solo decidir irte.

—¿Por qué no? ¿Por qué siquiera te importa? Su sonrisa brillante. ¿No dijiste que te aburres de los hombres heterosexuales después que te los follas? Suerte para ti, entonces.

Los labios de Jeon apretados en una delgada línea. Su agarre se aflojó.

Tirando su brazo libre, Hoseok se alejó.

Hoseok está al lado de Jeon, en el coche, este insistió en llevarlo en todo el camino, no cruzaron palabra, pero la expresión del profesor era seria.

Cuando llegaron a su departamento, Hoseok dudó. No quería que Jeon lo viera. No era que estuviese avergonzado de él bueno, quizás si estaba avergonzado de él.

—Gracias, por cierto.

¿Por qué?

—Por ayudarme a averiguar no soy heterosexual. 

—¿Qué?, dijo Jeon, casi sin inflexión.

—Sí. En caso de que no pudieras notarlo, me gustó tener sexo con un hombre. Hoseok sonrió débilmente. No lo esperaba, pero lo hice. Mucho. Así que... tengo más opciones ahora. Supongo que debo darte las gracias por ello.

—Opciones, dijo Jeon.

—Síp. Hoseok frotó la parte posterior de su cuello. Puedo salir con chicos también ahora.

—¿Estás tratando de ponerme celoso, Jung? Yo no me pongo celoso. Los celos son para los hombres inseguros con pequeñas pollas y baja autoestima. Y te tiene que importar para estar celoso. Yo no lo hago.

Hoseok se molestó con las implicaciones.

—¿Por qué iba yo a querer darte celos? A mí no me gustas.

—Bien. Jeon lo fulminó con la mirada.

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