Abre el casillero y, sin querer, esboza una pequeña sonrisa al notar el "Moon Byul Yi" escrito a un lado de la foto familiar. Aquel siempre iba a ser su nombre, su apellido, el que su padre adoró desde el primer momento en el que lo pensó una noche estrellada.
Lamentablemente el sentimiento se ve interrumpido abruptamente por un golpe histérico por parte de un tercero que terminó cerrando de forma violenta el metal. El mismo, da vuelta a propósito su cuerpo como si fuera una bolsa de papas y permite que su espalda se apriete fuertemente contra el material duro. La sostiene de los brazos intentando asustarla, pero no lo logra porque suelta una risa divertida.
- ¿Te parece gracioso? ¡¿Qué mierda le hiciste ayer!? ¡Lloró por tu maldita culpa! - alza los hombros mirándolo fijamente.
- ¿Llora? ¿Esa cosa tiene sentimientos? - el puño conecta con el casillero a un costado de su cráneo con la intención de volver a dar miedo.
- ¡¿Cómo mierda te atreves a decirle así!? ¡¿Quieres morir!? - la situación comienza a llamar rotundamente la atención por los gritos enojados del muchacho.
- ¡Mira, allá! - levanta un dedo y cuando este gira la cabeza la patada en el estómago ajeno no tarda en llegar. Así, lo ve prácticamente perder todo el aire, pero sabe que tiene que correr, y eso es lo que hace porque otra alternativa no tiene. Sus propios pasos apresurados llenan el pasillo. Se detiene al notar que se ha alejado bastante de él y su grupo enfermo. Pone una mano en una ventana de un salón que no visitó antes dándose cuenta de inmediato que adentro está la chica "diva" del lugar. De forma rápida, su mirada se encuentra con la suya y, sin desearlo, eleva las comisuras irónicamente.
Un hombre se halla marcando sus pasos. No lleva puesto el uniforme escolar, y realmente sabe que mirar de más no es apropiado, pero lo hace de todos modos, sus ojos viajan por el cuerpo delgado y, por primera vez, siente la necesidad de no huir. Yong Sun tampoco tiene ganas de ver hacia otro lado, al contrario, sus mejillas se calientan el doble ante la presencia de la chica nueva.
- Yo la vi primero. - Yoon Do murmura cerca de su oído. Traga saliva cuando escucha la voz masculina. Guarda las manos en el interior de la chaqueta del colegio apretándolas con ira.
- ¿Sí? ¿Crees que se fijaría en ti? - elabora la pregunta en su mismo tono girándose para mirarlo.
- ¿Crees que enfrentaría a su familia para acostarse contigo? - se va después de ese cuestionamiento. Acto seguido, el profesor de baile sale del aula. Cuando es el turno de Yong Sun, la detiene enrollando sus dedos en el brazo lampiño.
- Dile al inútil de tu noviecito que no vuelva a ponerme un dedo encima, si lo hace nuevamente, esta vez lo mataré delante tuyo. - Yong Sun quita la mano pálida con algunos cortes encima y frunce las cejas.
- ¿Por qué no se lo dices tú misma? Digo, como eres tan liberal, no creo que un hombre millonario sea capaz de intimidarte, ¿o sí? No respondas, tu voz me hace...
- ¿Te moja? ¿Qué pasa si te hablo al oído? ¿Lo llamarás para que venga a rescatarte por ser una...?
- Llegas a decir esa palabra y no seré amable contigo. Te arrancaré los ojos, maldita lesbiana.
- Ya quisieras que alguien como yo te diera atención, no eres más que una pobre imbécil vacía por dentro.
- A la semana no llegas, lo sabes, ¿no? Yo misma te sacaré de aquí.
- Inténtalo, no lo lograrás en tu vida.
- ¿Cómo estás tan segura de eso?
Toma la mandíbula contraria pasando con lentitud un dedo por los labios pintados. Su yema se mancha de rojo, pero no importa porque percibe el nerviosismo de Yong Sun y es lo único que pretende.
- Mereces a alguien menos violento. - se limpia el dedo como puede dejándola confundida.
Toma asiento frente a su hermanastro en la cafetería. Ninguno habla. Esta vez, tampoco se miran. Desear a la misma chica acabaría arruinando más su intento casi ingrato de hermandad.
- Quien la lleve primero a la cama, se la queda. Es lo único que diré. La apuesta ya empezó. - lo ve irse y queda finalmente sola almorzando. El chico es alguien de pocas palabras, pero también tiene oportunidades, Yong Sun está interesada en los hombres, en el fondo, la batalla está perdida.
La mesa se mueve y el tipo que abandonó y pateó es el responsable del movimiento. Rápidamente, abre el vaso de plástico y se levanta. Bebe «su» último sorbo y el líquido se funde en la camisa blanca ajena. La furia regresa a su mirada y no aguanta las risas de los demás porque el puñetazo es mucho más relevante provocando un dolor insoportable en la mejilla joven.
El silencio invade el sitio. Se acaricia la zona lastimada y no alcanza a jadear de dolor gracias a que le pega antes de que él volviera a hacerlo. Así, el barullo toma poder nuevamente.
- ¡Basta! - agradece que no es Yong Sun la que habla. Su labio está sangrando y el olor le trae recuerdos. La imagen de su padre se instala y, de esa manera, su respiración es errática. - Hey, hey... - así, su vista se convierte en algo borroso llegando a dar con el piso.
El desmayo es inminente.
Su cabeza arde y la habitación no es la suya. Visualiza a la misma chica que gritó parando la pelea. Cae en darse cuenta de que también es la que acabó ayudando con aquel proyecto de Ciencias.
- Estuviste inconsciente más de una hora. ¿Cómo te sientes? - su preocupación es notoria.
- No me morí, supongo que eso es lo que importa. - la hace reír. - ¿Me perdí de algo?
- Creo que tus días aquí están contados. El grupo de Yong Sun te quiere lejos y es habitual para ellos hacer desaparecer a la gente. Deberías... prepararte. Esto es serio.
- Puedo con cada uno, no te preocupes. Gracias... por traerme. - se baja de la camilla.
- Te debía el favor, ¿no? Lindo nombre. - con eso, la conversación se corta y ambas se alejan de la enfermería.
El director está ubicado junto a un profesor cuando abre la puerta corrediza.
- Señorita Nam, la estábamos esperando, conversé con su padre y no tarda en acercarse. Antes, ¿podría explicarnos por qué hizo lo que hizo? - todo el salón se da vuelta para acusarla. Yong Sun está sonriendo. Respira hondo. - ¿No va a responder?
- Por lo que se ve, me van a suspender a mí, ¿no? - la mano pesada del hombre da con su hombro.
- Segundo día y ya armas un escándalo. Si tu comportamiento sigue así, no dudaré en enviarte lejos de tu madre y tus hermanas, ¿de acuerdo? - el susurro tiene fuerza en sí misma y no puede evitar sentir aquel escalofrío en su espalda.
Está lloviendo, pero no se levanta de los escalones de la entrada del establecimiento. Su cara duele. El hombre se ha ido junto a su hermanastro. La ha dejado sola porque metió la pata. Lo acepta. Juega con sus manos y enseguida alza la cabeza cuando el agua no la baña. Yong Sun la mira y otra vez sonríe de la misma manera que antes: cínica y atrevida. Sostiene el paraguas y su sensualidad sigue ahí.
- Vi a tu padre en mi casa, oficialmente el suyo y el mío son socios. A pesar de eso, estoy feliz porque tu rostro es un asco y tu vida también. No hace falta ser el ser humano más brillante para darse cuenta de que no te llevas bien con él y le tienes miedo. Eres... ¿cómo decirlo? La típica oveja negra de la familia... no eres... - el objeto cae y los rostros se juntan.
- No me iré de aquí hasta que tú y tu grupo se maten, caigan... hasta que tú mueras por mí y me chupes esto. - señala a propósito su parte íntima y la empuja. - Te veo mañana, Yong Sun. Piensa en mí, ¿sí?
Yong Sun no la mira y ella es quien ríe ahora.
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Bet And Revenge [moonsun] G!P
Fanfiction➤ Yong Sun es la "niña de papi". Moon Byul necesita respuestas e idear una venganza exitosa por la muerte devastadora de su padre. [...]