El fotógrafo les sonríe. Pero después de años y ahora siendo parte de una nueva familia, no es capaz de imitar su acción. Perdida en sus propios pensamientos, tarda en sentir el apretón histérico de su madre, quien la mira de forma asesina.
Se enoja cuando no es la mujer que pretende. Cuando simplemente reacciona y no actúa de la forma en la que menciona su reciente esposo.
En momentos como esos, su desesperación por crear una máquina del tiempo y tratar de traer devuelta a su padre biológico únicamente se agranda. Es inútil. Lo sabe. Es infantil. Aun así, acaricia el reloj que abandonó después de la tragedia.
El recuerdo de la sangre sobre la alfombra provoca en ella ganas de vomitar. El hombre se ha suicidado ante sus ojos y al pensar en la mirada triste que le brindó antes de hacerlo no deja de vagar por sus emociones.
La sesión de fotos acaba. Toma una gran bocanada de aire. Agradece que sus hermanas todavía son muy pequeñas como para asociar la gravedad del asunto.
Actualmente tienen un hermanastro de su misma edad, un reciente padre político que busca más dinero del que ya guarda. Todo es demasiado pronto para ellas. Tal parece que su madre no está al tanto de aquello. Cree que no le interesa y eso es lo que más le duele porque debe cuidar de sus hijas y no vivir al pendiente de su matrimonio inesperado.
Mira la fotografía colgada en una de las paredes de la sala de estar y su seriedad en la misma acaba por intentar descubrir cuándo fue que perdió la sonrisa.
- Mañana es su primer día de escuela, hay que levantarse temprano. - todos elevan las comisuras, menos ella. Su cena sigue servida y no trata de comer aunque sea un bocado. Está en otro mundo.
Yoon Do la mira de reojo. Siente sus ojos expresivos. No han conversado antes, ni siquiera en la ceremonia de sus padres. Solo se miran y ambos notan la tristeza del otro. Él perdió a su madre y ella a su padre. Su historia no es tan distinta, después de todo.
La mañana llega. Se sienta en el borde de la cama ejerciendo una mueca molesta ante la presencia del sol ingresando a través de las cortinas de la ventana. Acto seguido, enciende la luz de su baño propio. Pasa un dedo por su cara percibiendo el silencio de la mansión. Apenas son las seis de la mañana. Abre el grifo metiendo toda la cabeza en el lavamanos.
Está llorando. No puede parar y el sollozo no tarda en aparecer. Sus puños se aprietan y entiende que hallar respuestas en lugares que ni siquiera ha descubierto con anterioridad no es más que un plan estúpido. Aceptar la realidad es mucho más fácil, pero lo que hizo su padre no fue algo que esperaba, algo tuvo que ocurrir, algo grave lo llevó a esa decisión y ahora que está más grande debe encontrar la razón correcta de por qué simplemente tomó un revólver y se disparó a sí mismo.
El negocio familiar iba de maravilla. El dinero era exorbitante. Aun así, él no regresó a sentir aquella tranquilidad que tanto lo caracterizaba.
El desayuno es igual que siempre: la conversación típica e irrelevante sobre las acciones de una empresa nueva que hace meses viene trabajando el señor amante de los billetes. Lo observa con detención y no puede creer que ha terminado portando su apellido asqueroso.
Acaricia intencionalmente la placa frunciendo las cejas ya sentada en la limosina. El viaje es corto y lo agradece mentalmente. Al bajar, una presión en su pecho se instala de repente. Hay mucha cantidad de estudiantes y las miradas están siendo realmente notorias. A propósito, Yoon Do le hace una seña con la intención de que comience a caminar hacia la entrada.
- Qué la diversión empiece y aquellos imbéciles nos conozcan verdaderamente, Byul.
La frase finalmente la hace sonreír. Automáticamente sus cejas bailan de forma contenta. Caminando a la par, cuando dan con el largo pasillo, los murmuros se convierten en la cosa más insoportable del mundo. Ambos abren el casillero asignado y pegan la foto que se tomaron en familia el día anterior. Lo cierran y el trayecto hacia el aula es igual: intolerante. El lugar es grande y el docente todavía no ha llegado. Aun así, algunos estudiantes se encuentran adentro, algunos sentados, otros simplemente parados charlando.
- No quiero que nos presenten. - menciona con voz histérica.
- Es la parte más divertida. Somos hijos de alguien importante, hay que sacar provecho de ello, ¿no te parece? - Byul alza los hombros restándole validez a sus palabras.
El profesor pone sus pertenencias encima del escritorio y, así, lo que menos desea llega. Parados al mismo nivel, después de oír que dos nuevas incorporaciones nos visitaron este año y ver alguna que otra sonrisa interesada, su hermanastro se ha sacrificado y empezado a hablar presentándose frente a todos. Cuando su turno toca sus talones, el ruido de la puerta corrediza la distrae perdiendo completamente el hilo de la situación. La chica toma asiento ejerciendo una reverencia apenada.
- Al lado de la señorita Ahn Hye Jin. - es lo último que escucha. Esta le sonríe, pero no es la que ha llamado su atención.
Suspira.
Los próximos minutos, sus ojos se desvían sin querer queriendo hacia la muchacha de cabello largo y sedoso. Es tan solo un poco más baja que ella y habla y sonríe demasiado. Pero lastimosamente, parece que lo que hace en clase no es más que un montaje para no dejar de lado su papel de niñita buena de papá.
Parte una maqueta con toda la intención del universo al pasar sensualmente caminando. Ha provocado un accidente a propósito lastimando la rodilla de una chica nerviosa. Se agacha y la estudiante se sujeta de su brazo mirándola avergonzada. Levanta el proyecto con cuidado preguntándole rápidamente a qué salón se dirigía. La ayuda completamente y, cuando deja el volcán encima de una de las mesas, la chica le pide perdón por abusar de su generosidad para luego agradecerle por brindarle auxilio.
- Yong Sun está enojada, cuídate. - con eso, sale del salón con miles de cuestionamientos en la cabeza.
La encuentra pintándose los labios en uno de los baños y no puede evitar respirar hondo. La chica llamada Hye Jin la nota y, rápidamente, da con un cubículo para calmarse como se debe.
- La nueva es una de nosotras. Estuve averiguando y su apellido es importante. Su hermano es lindo. Creo que nos vendría bien agregar a dos más al grupo, no sé si...
- No. Se la ve varonil y lo peor sería que una lesbiana se enamore de mí este año. Él puede ser, pero no estoy segura todavía, habría que... - deja de hablar cuando abre la canilla mojando sus manos.
- ¿Qué? ¿Por qué no terminas de una maldita vez de opinar de mi hermano y yo? Tu voz es tan irritante. - su amiga se ríe y con tan solo una mirada de su parte huye de la nada.
- ¿Mi voz qué?
- Tu mascota se fue sin despedirse, la estás educando muy mal, eh. - Yong Sun está a punto de nuevamente quebrar un objeto.
- ¿Quién eres y por qué mierda me hablas así? Por si no sabes, soy hija del...
- Alcalde, sí. Mi padre también está metido en esa mierda. Reza para que no terminen siendo socios, aguantarte fuera de esta porquería de escuela sería prácticamente un calvario.
- ¿Haces todo esto por una maqueta buena para nada?
- Ah... sabes lo que haces entonces, perfectamente estás enterada de tus actos y, por lo que noto, te gusta. ¿Qué tan vacía tienes que estar para que una chica repruebe por tu culpa?
- ¡Vete al cara...!
Agarra el labial tirándolo como si fuera una pelota de baloncesto y el tacho de basura una canasta.
- ¡Wow! ¿Viste eso? Luego te enseño, ¿sí? Eso y buenos modales. Puede que tu familia esté llena de dinero, pero educando hijos es un completo desastre. ¡Te cuidas, princesa!
Princesa...
- ¡Hija de...!
[...]
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Bet And Revenge [moonsun] G!P
Fanfiction➤ Yong Sun es la "niña de papi". Moon Byul necesita respuestas e idear una venganza exitosa por la muerte devastadora de su padre. [...]