ENA A través del árbol del tiempo

CAPITULO 3

El collar bajo el árbol

  Phoebe y Arthur, intrigantes, pero con una energía extraña. Últimamente cuando estoy con ellos siento algo diferente en su presencia.

  No sé cómo explicarlo, pero se siente como aquella vez cuando vi el gato y el lobo. Aunque es mejor presencia que mis demás compañeros que viven insultándome por todo y por nada.

  No eh vuelto a escuchar la voz de Arthur en mi cabeza diciéndome cosas extrañas, la última vez que lo escuche fue hace un par de días atrás, unos momentos antes de despertar, soñaba algo raro e ininteligible como siempre y lo único que fui capaz de entender fue:

“sé que puedes oírme Ena… por favor, ayúdanos”.

  Y desperté diciendo su nombre, lo que se sintió raro y muy incómodo porque fue como un suspiro o gemido y justo mi hermano había entrado a mi habitación buscando el cargador que me prestó el día anterior y me preguntó quién era ese tal Arthur, burlándose.

  Tuve que decirle que era el nombre de un nuevo personaje que se me ocurrió para una historia, es muy raro decir (o gemir) el nombre de un amigo entre sueños y que luego te pregunten sobre él porque no quiero que piense que es mi novio o algo parecido, aunque no estaría mal porque me gusta, es lindo, me trata bien, pero, no voy a intentar nada…además, me gusta otro chico.

✧ ✧ ✧

  − …Ena, ¿otra vez se te olvido poner el despertador? Ya son más de las nueve.

  − ¡Ay, no puede ser! – levante las sabanas muy rápidamente y me apure para lavarme la cara, peinarme y vestirme deportiva pues recordé que tenía gimnasia a las nueve y media.

  Ya en la cocina me encontré con mi hermano que estaba por irse.

  Andrés de 18 años estaba por cumplir 19. Es muy sobreprotector y a veces se pone insoportable, pero lo amo con todo mi corazón. Él sabe del “Bullying” y de todo lo que pasa por mi cabeza, nos contamos todo.

  −Buen día. – dije mientras me preparaba un pan con dulce y lo comía con desesperación.

  −Buen día. −dijo al minuto que empezaba a comer el tercer pan con dulce −. Despacio nena, te vas a ahogar −Andy se acercó a la mesada para agarrar su mochila que estaba junto a mí, por un momento lo mire a los ojos, verdes casi opacos, había un brillo turbio en ellos. Recordé algo, esa imagen paso por mi mente como si lo estuviera viviendo justo ahora…. “el” siempre me miraba igual, como si le importara, de repente todo se terminó, pero ¿cómo?, mierda, ¿Qué fue lo que paso? –. Si vas a la escuela apurate que vamos juntos. Yo tengo que tomar el cole así que te acompaño y lo agarro en la parada de la esquina.

  Me le quedo mirando unos segundos para luego despertar de mi trance.

  − ¿Estás bien? Ena…

  − ¿Eh? Sí, sí, aguántame un segundo −Me asomé a la escalera y dije – ¡Ma, me voy!

  − Bueno, ¿te vas con Andrés? – se escuchó de lejos.

  − Sí, chau.

  − Bueno, cuídense. – cerré la puerta y empezamos a caminar.

✧ ✧ ✧

  −¿Te parece que acostarse temprano para estar hasta las tres o cuatro de la madrugada usando el celular mirando idioteces es dormir bien?

  −Basta Andy, ¿y qué es lo que estás haciendo vos para saber que hago a la madrugada?

  Mi hermano y yo caminábamos por las cuadras del camino que mamá nos había sugerido que siguiéramos cuando íbamos a estudiar, yo a la escuela y Andrés a la parada del cole que estaba en la esquina, ida y vuelta por el mismo lugar, sin excepciones.