Cinco meses después

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Lo extraño. A veces, la falta de él se siente más pesada que la presencia de cualquiera. Es raro, ¿no? Cómo las personas se quedan con nosotros de una forma tan inexplicable. Como si hubieran formado parte de algo más grande, algo que no puedes borrar, aunque lo intentes mil veces. Esta mañana, mientras daba una vuelta por el parque por el cual siempre solíamos pasear, me sorprendí buscando su sombra por ahí, como si fuera posible que aún estuviera aquí. Cada rincón del lugar me lo recordaba: su risa que no le pertenecía a nadie más, las bromas que solo él entendía, la forma en que no podía quedarse quieto, como si su cuerpo estuviera esperando algo más.

Sé que debería haberlo olvidado. Que las relaciones, como las historias, tienen un final claro. Y el nuestro terminó hace más tiempo del que quiero admitir. Pero no puedo evitar preguntarme, aún en mis momentos más tranquilos, si él también me extraña. Si, en algún rincón de su vida, hay algo que lo haga pensar en mí, aunque sea por un segundo.

Es curioso cómo la memoria puede hacerte ver las cosas tan diferentes. Ahora, recuerdo todo lo que hicimos como si fuera una película que alguien más protagonizó. A veces parece que fuimos dos extraños jugando a ser algo más, otras veces todo fue tan real que me duele pensar en lo que fuimos y lo que no pudimos ser.

Lo extraño, pero no solo a él. Extraño la versión de mí misma que era cuando estábamos juntos. Esa persona que confiaba tanto en lo que sentía que ni siquiera me preguntaba si iba a durar, si era lo correcto. Ahora, a veces, me encuentro mirándome al espejo y preguntándome si alguna vez fui tan segura de lo que quería. Como si todo lo que creí tener se hubiera desvanecido junto con él.

Entre sombras y recuerdosWhere stories live. Discover now