Cap 15 La historia de Ryan

448 38 5
                                    

Narra Ryan:

Recuerdo cuando me di cuenta de la presencia de Celia en la escuela.

No la comprendía, siempre estaba mirándome a lo lejos, no se acercaba nunca.

Mi vida me parecía extremadamente aburrida, en casa era raro que hubiera alguien, me sentía muy solo y lo único que a veces me parecía relevante eran las alucinaciones auditivas que tenía en ocasiones.

Cuando era más pequeño, había intentado juntarme con los otros niños, pero por las alucinaciones, a veces escuchaba cosas extrañas que me hacían sentir confundido y por lo que decía o hacía los otros niños se confundían también.

En una ocasión, estaba en el patio de juegos con mis amigos, cuando escuché ladridos de un perro acercarse.

- ¡Cuidado! - empujé a mi amigo para hacerlo a un lado y evitar que lo mordieran.

- ¡Oye¡ ¡¿Por qué hiciste eso?! - estaba molesto.

- Venía un... perro...

Era obvio que no había nada ahí.

Empezaron a verme raro, era por ese tipo de situaciones que terminé alejándome de todos, porque no fue la única vez que pasaba algo así.

Me quedé sin amigos, tal vez parezca extraño, pero el hecho de que no estuviera rodeado de personas le molestaba a mi padre, siempre me decía "Es importante que te juntes con niños de familias parecidas a la nuestra, ya sabes... de nuestro nivel"
Cuando intenté explicarle lo que me pasaba me acusó de estar mintiendo para llamar su atención porque, según él "era imposible que su hijo estuviera enfermo".

Habló con su hermano; mi tío, quien habló con su hijo; mi primo, para que me ayudara a rodearme de el tipo de personas que debería.

Mi primo, cuando era pequeño lo aceptó feliz, éramos amigos y jugábamos juntos, de esa manera volví a rodearme de más niños, pero con el tiempo, momentos como los de la historia pasada se repitieron y terminó viéndome como un tipo raro él también, se dejó persuadir por las afirmaciones de mi padre y se negaba a la existencia de un problema en mi mente.

Como mi tío y mi padre veían que mi vida social no mejoraba, empezaron a tratar mal también a mi primo con el objetivo de que nos esforzáramos mas.

En una ocasión, llegó con un brazo roto.

- Mi padre dice que soy un inútil por no poder ayudarte... los adultos son unos malditos estúpidos.

- Lo siento...- era por mi problema que le estaban haciendo esto a él.

- No entiendo por qué nos hacen esto y tampoco entiendo qué te pasa a ti- me miraba triste.

Pasaron los años y cada vez se veía más afectado por la situación, hasta que comenzó a actuar distinto.

- Mira lo que me hizo mi padre, me golpeó en el abdomen- levantó su camisa para que pudiera ver la marca morada- ¿Cuándo hablarás con alguien? Es todo culpa de tu ineptitud- bajo su camisa nuevamente y pude ver el cansancio en su manera de verme.

Comenzó con comentarios de este tipo y su frustración creció hasta convertirse en golpes hacia mi.

Pero no podía odiarlo, él había intentado ayudarme, y por culpa de mi problema; él también la estaba pasando mal, era por mi existencia que no podía tener una vida normal como el resto de niños. Como a mi me aterraba interactuar con las personas por miedo a tener alucinaciones y hacer algo raro otra vez, era incapaz de hablar ni si quiera un poco, cuando alguien me dirigía la palabra; me congelaba recordando que tal vez en realidad mi mente me estaba engañando, o en caso de que fuera real, entonces después alucinaría algo que lo arruinaría todo.

Entre sombras y lo desconocido ( En Corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora