Gran Extranjero [ overlord x Fate ]

capitulo 41

Renuncia de derechos, los personajes o imágenes que aparezcan no son de mi pertenencia, derechos a sus respectivos creadores.

Autor: Russian Reversal.

Medusa pasó otra página.

"La Compañía del Anillo permaneció en silencio junto a la tumba de Balin. Frodo pensó en Bilbo y su larga amistad con el enano, y en la visita de Balin a la Comarca hacía mucho tiempo. En aquella cámara polvorienta en las montañas parecía que había pasado mil años y en el otro lado del mundo..."

Este era el pasatiempo habitual de Medusa. La niña pasó la página, después de lo cual movió su venda para estar más cómoda, que ahora descansa pacíficamente sobre su pecho, removida debido a la necesidad de que estuviera ausente de sus ojos mientras leía. Por supuesto, Medusa podría navegar fácilmente por el mundo sin la ayuda de la visión, en un entorno mágico o no. De lo contrario, se habría enfrentado a muchos obstáculos en la vida, desde paredes hasta personas normales, la cantidad de maná en la que era demasiado insignificante para que el Servant determinara su presencia a su lado. Medusa podía navegar perfectamente por el mundo que la rodeaba, pero ni siquiera ella podía leer sin usar sus ojos. Teóricamente, por supuesto, podría aprender Braille y aprender a leer de esta manera, pero no quería molestarse en hacerlo.

—Bueno, no puedo leer más durante mucho tiempo —dijo Gandalf—, excepto la palabra oro, y el Hacha de Durin y algo parecido a un yelmo.

Medusa pasó la página siguiente.

A ella le gustaba leer. Disfrutaba mucho de la lectura. Pero, por desgracia, no le resultaba tan fácil. Para poder leer, necesitaba quitarse la venda de los ojos. Pero, una vez que se la quitó, se vio obligada a mirar el mundo con su mirada maldita.

No se puede vivir cómodamente con ojos malditos. Sus ojos estaban realmente malditos, cualquiera que la mirara a los ojos moriría. No inmediatamente, pero inevitablemente lo haría. Incluso si el que la miraba era fuerte, incluso si era un sirviente, su mirada maldita tarde o temprano mataría al que la miraba. La mirada inquebrantable de los ojos eternamente desfigurados y malditos de Medusa.

Al principio podía sentir una pequeña incomodidad, luego miedo y frío, y luego solo quedaba de su víctima una piedra fría.

No siempre era un proceso rápido, pero era inevitable. Una persona sencilla sólo necesitaba mirar por un momento y se habría petrificado al instante. Era más seguro para los sirvientes, y sin embargo era inevitable. Incluso si su oponente era fuerte, no podían escapar de su maldita mirada. Ni siquiera sus hermanas podían.

Medusa se detuvo por un segundo al darse cuenta que al estar perdida en sus pensamientos, perdió por completo el contenido del párrafo anterior y comenzó a releer nuevamente.

Sus malditos ojos eran en realidad una maldición. Por supuesto, tal vez en batalla no se podía subestimar su utilidad, pero fuera de una batalla no había ni una sola cosa positiva asociada con ellos. Se vio obligada a usar una venda en los ojos no porque quisiera, sino solo porque no tenía otra forma de vivir. Es difícil vivir sabiendo que una mirada casual puede matar, y matará, a personas al azar. No tenía control sobre esta habilidad, solo poder, que no podía controlar.

Por eso a Medusa le encantaba leer.

En algún lugar a lo lejos, en el otro extremo de la biblioteca, se abrió de repente una puerta y Medusa escuchó atentamente. No mucha gente quería visitar la biblioteca a una hora tan tardía. Excepciones existían, por supuesto, pero eran muy pocas.

Si se trataba de un simple visitante, se sentaría en el salón central y se dedicaría simplemente a sus asuntos. Medusa estaba en el rincón más alejado de la biblioteca, donde nadie podía molestarla.