Capítulo 35: Oscuros secretos

44.5K 2.7K 313
                                    


Dedicado a :Top Vanessa

Capítulo 35: Oscuros secretos

JANA CLARK

Se parecía muchísimo a él; Valentin Clark, la forma de sus grandes ojos esmeraldas resaltaba, su cabello ligeramente rubio, ¿pero de verdad era él? ¿Mi padre? Ver su rostro nuevamente creaba algo extraño e inexplicable dentro de mí junto con un revoltijo en el estómago porque era esa ropa que solía usar, pantalones grandes desgastados, camisa en rayas horizontales.

Mi padre era la única persona con la que yo sentía que no era un desperdicio de persona porque él era un soñador entregado a sus creencias, pero, cuando se fue, mis hermanos mayores lidiaron su pérdida yéndose de casa, Valentino; mi hermano mayor se fue a vivir a New York por un trabajo como editor principal, y Gregory se graduó de la universidad y lo contrataron en China, dejándome sola con mi madre y mi hermana menor; Sabrina, ella siempre fue muy apegada a mi madre, ambas eran iguales, no les gustaba acampar, ni aventurar, y cada vez que Sabrina se metía a tomar mis cosas en la habitación sabía que mi madre la respaldaría, porque aunque mi madre nunca lo admitiera, su hija favorita era Sabrina. Todo fue un alivio cuando me fui a la universidad y viví sola.

Nunca estuve lista para dejar a mi padre, ni siquiera cuando me despedí de él aquél día que se fue, nunca pensé que sería nuestro último adiós.

Casi una década de eso y dolía de la misma forma, porque nunca supe qué le ocurrió, definitivamente el rayo de esperanza era lo que mataba el alma, porque nunca podría cerrar ese capítulo de mi vida, no mientras aún creyera que había una mínima posibilidad de que estuviera vivo.

No estaba solo en esa foto, estaba con otras cuatro personas que nunca había visto, pero no pude seguir detallando la foto ni si era reciente porque el comandante Hofmann se movió y yo coloqué la foto otra vez ahí entre los libros cuando el comandante Hofmann abrió los ojos.

Me quedé muy quieta mirándolo. Sus ojos ligeramente hinchados demostrando que había despertado de un sueño profundo, sus ojos azules resplandecian en la tenue claridad de la habitación, su cuerpo desnudo, la sabana cubría parte de su cintura y su pierna como si fuera un cuadro sensurado, su cabello ligeramente crecido estaba despeinado en diferentes direcciones, su rostro descansado y despreocupado lo hacía ver más joven que el escalosfriante comandante del ejército.

Pasó una mano por su cabello y fijó su mirada en mí ahí de pie a un lado de la cama, la comisura de sus labios se estiró un poco en una media sonrisa y murmuró con voz profundamente ronca y profunda:

—Buen día, doctora Clark.

Me temblaron las piernas ante su sensual voz mañanera y seductora, entré en completo calor sin poder evitarlo y tuve que disimular el hecho de que me sentí enteramente caliente otra vez cuando aún mis piernas estaban acalambradas.

—Lo siento, no quería despertarte. —dije y aclaré mi garganta.

Él alzó una mano hacia mí, dudé pero finalmente me acerqué y la tomé, él me jaló hacia la cama con delicadeza mientras arrimaba las sábanas exhibiendo su cuerpo completamente desnudo, su miembro se llevó toda mi atención al ver que estaba erecto y apuntaba a su ombligo, se me hizo agua la boca.

Su otra mano acarició mi cintura por encima de mi vestido deslizándose lentamente por mi espalda baja hasta estar encima de mi trasero, su mirada fija en la mía como si pudiera ver a través de mi; era esa mirada que lograba ponerme de rodillas, esa misma mirada que apagaba mi cerebro.

—No llevas bragas. —susurró.

—Me las rompiste —alcé una ceja—, ¿no lo recuerdas?

Su sonrisa se amplió un poco más.

Perdición (+21) #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora