La Excepción┃Sasuke x Giyuu

13.

La brisa tenue y calmada movía apenas las hojas de los árboles que yacían en paz.

El sol estaba en su punto más alto cuando Sasuke y Tomioka cruzaron la entrada del pueblo destinado, deteniéndose un instante en esta para apreciar el panorama.

El Uchiha miró todo con detenimiento, aprovechando el momento para estirar sus brazos en forma de preparación.

Mientras tanto, Tomioka examinaba la zona con cuidado, notando que las calles estaban un poco desoladas, con excepción de unas poquitas personas que caminaban por ahí, las pocas casas que habían tenían tablones en las ventanas y puertas.

Parece demasiado desolada, pero aún personas habitan este lugar
─mencionó Giyuu, desviando la mirada a un tranquilo azabache que continuaba su estiramiento.

El observado dejó caer sus brazos con un leve suspiro.

Definitivamente no parece un lugar donde alguien quiera quedarse por mucho tiempo ─indicó el azabache con su habitual tono calmado─además, sí todavía aún se conservan personas aquí, deberían saber algo útil.─

Tomioka asintió, comenzando a adentrarse más a fondo en el pueblito, siendo seguido de cerca por su pareja.

Unos cuantos minutos pasaron para que se encontraran con una mujer de aspecto cansado y asustado.

Tomioka avanzó primero, parándose frente de la fémina para que detuviera su andar.

Señora, estamos aquí para investigar los eventos recientes en este lugar¿Podría darnos algo de información sobre lo que sepa?─Tomioka, directo y sin rodeos, le preguntó a la mujer.

Unos cuantos segundos pasaron de manera breve, la señora parecía dudar, por lo que el ex renegado quiso marcharse a preguntarle a alguien más , pero antes de hacerlo fue sostenido firmemente por uno de los brazos del pelinegro, el cual lo miró levemente con indiferencia. El portador de Rinnegan se terminó por rendir y quedarse allí.

Bueno...─Aquel murmullo de parte de la mujer mayor se escuchó, llamando la atención de ambos.

Al parecer, finalmente les iba a dar información. Y así fue, después de un rato, les terminó por dar la información sobre las constantes desapariciones, información que a pesar de no ser muy útil les servía para acabar con ese demonio de una vez por todas en esa misma noche, no pensaban perder el tiempo en esa aldea ni un instante más.

Soltó un leve suspiro.

El panorama nocturno pero iluminado acompañaba y la brisa ligera acariciaba su rostro pálido mientras las estrellas apenas lograban atravesar las nubes. Estaba de pie, con los brazos cruzados, observando cómo su chico daba el golpe final al demonio, la verdad es que había querido ayudarlo pero este se negó, por lo que simplemente lo dejó hacer lo que quisiera, después de todo no habría problema.

Bostezo sútilmente, observando meticulosamente la pelea. De hecho, esta era la primera vez que veía a Giyuu cumpliendo una misión real por lo que ver detenidamente le hacía, por así decirlo, feliz.

Pronto el demonio dejó escapar un gruñido desgarrador mientras la nichirin de Giyuu atravesaba su cuello con una precisión mortal. Dejó salir un pequeño sonido de desconcierto, apreciando como no hubo vacilación de parte del pelinegro por ni un segundo, ni siquiera un titubeo en el movimiento tan rápido y certero, justo como en el entrenamiento que habían tenido semanas atrás atrás. Torció una sonrisa entre sus labios, le parecía encantador la elegancia tan brutal que portaba su amado.

La sangre pronto salpicó en el suelo, pero Tomioka apenas se inmutó. Con una calma casi sobrenatural, se mantuvo erguido, observando cómo el cuerpo de la criatura comenzaba a desintegrarse en cenizas.

El azabache no podía apartar los ojos de él por los siguientes minutos. Había algo magnético en la forma en que el contrario enfrentaba el caos con esa calma inquebrantable, como si estuviera en perfecta armonía con el acto de matar. Era fascinante y, al mismo tiempo, inquietante.

¿Estás bien?─preguntó, rompiendo el silencio mientras avanzaba hacia el mayor.

El otro le dirigió una mirada mientras limpiaba la hoja de su katana con un trapo que sacó de su cinturón. Sus ojos, azules y penetrantes, se fijaron en los suyos.

Completamente, no hay de qué preocuparse─contestó éste, quitándose el haori que se había manchado del líquido rojizo.

Sonrió muy levemente, acercándose más hasta quedar a unos tres pasos de él. Miró las cenizas que el viento comenzaba a dispersar, y luego al suelo, donde el combate había dejado marcas.

Podría haberte ayudado, pero parecía que tenías todo bajo control─afirmó desviando más la mirada al lugar

Lo tenía. Pero tu presencia se siente... útil por alguna razón─contestó el pilar guardando su arma con un movimiento fluido.

Sasuke le devolvió la mirada y arqueó una ceja ante el comentario, su sonrisa ensanchándose un poco más.

Últimamente te estás acostumbrando demasiado a hacerme cumplidos─mencionó con un poco de gracia y con un movimiento deliberante, extendió lentamente su mano y tomó el mentón de Tomioka entre sus dedos con un movimiento firme. Su índice trazó apenas una línea invisible sobre la piel, deteniéndose justo debajo del labio inferior.

La tensión comenzó a abrumar y el cazador de demonios se empezó a sentir un poco extrañado, no porque no supiera lo que iba a ser, sino porque se estaba tanto tiempo en hacerlo, finalmente, después de unos cuantos segundos se atrevió a preguntar:

¿Qué hace-

Sus palabras fueron calladas súbitamente cuando la distancia entre ambos se acortó. Pudo sentir el choque de sus labios, sintiéndose un poco sorprendido pero de igual manera no tardó en corresponder el gesto. Sus manos comenzaron a sujetar con fuerza los hombros del menor. El primer contacto de sus labios fue lento, casi experimental, pero bastaron solo unos segundos para que el gesto fuera profundizado por el Uchiha, haciendo que se volviera más intenso, ninguno de los dos no podía negar que querían pasar de solo simples besos desde hace algunos días, pero esta noche no sería.

Cuando finalmente se separaron, respiraron agitados. Sasuke no retiró su mano del mentón de Tomioka, su pulgar aún trazaba pequeños círculos en la piel cálida.

Tenemos que ir a ver a Oyakata-sama ¿recuerdas?─mencionó el pelinegro con un tono intranquilo, intentando distanciarse del contrario, pero para su mala suerte, fue apresado por unos de los brazos del Uchiha en su cintura.

Lo recuerdo, pero... ¿alguien nos está apurando?─afirmó el azabache , abrazándolo tranquilamente.

Tomioka quiso refutar, pero solo era un sencillo abrazo, así que no se podía.

Después de un rato, por fin el ex renegado lo soltó, y por fin esa misma noche tomaron rumbo a la Sede, por parte de Sasuke, en busca de información, lo antes posible.

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Aquí cap 13, debo decir q tengo una pregunta un poco vergonzosa xd

La pregunta si les gustaría algún +18 xd, tomaré demasiado en cuenta su opinión :)

La verdad es que tenía muchas ganas de escribir +18 en esta historia pero ciertamente no me gustaría que les incomodara eso :v

En fin no tengo mucho más que decir que, bueno, no se.

Chaito.