Capítulo 1

18 1 0
                                    

Me siento en la mesa del desayunador, y escucho a lo lejos como mi mamá está discutiendo con mi papá sobre algo sin importancia, pero realmente mi mente está muy lejos de ahí, los escucho a través de una densa bruma que no deja llegar sus palabras a mis oídos.

Mi mente está en otro lugar, tratando de descifrar que es lo que siento realmente, me encuentro constantemente en un debate moral entre lo que debería hacer y lo que quiero hacer, no sé qué es lo correcto, y ya no me importa mucho, o tal vez me importa demasiado y ese sea el problema...

Hace un tiempo, la vida está cambiando para mí, no sé si hay un momento que define el cambio, o si solo desperté un día y decidí que era diferente. Siento que la vida no puede ser solo sentarse y escuchar lo que quieres que hagas, y hacerlo sin chistar, yo quiero experimentar, vivir mi vida, hacer lo que me gusta sin miedo a ser criticada, sin buscar la aprobación de los demás, sin tener que depender de un hombre o de el asentimiento de alguien con mayor poder al mío, quiero saber que si muero, hice todo lo que quise en la vida y abandoné el miedo.

Pero esos son solo sueños, porque en la vida real, sigo siendo la chica que hace todo lo que le dicen, y que no tiene chance a equivocarse. Me miro en el espejo y no veo nada, no veo a nadie, no siento nada, y suena triste, probablemente porque lo es.

Termino de desayunar y me dirijo a mi habitación para alistarme para el colegio, no tardo demasiado, solo peino mi largo cabello en una trenza, aplico un poco de labial y máscara de pestañas y me miro al espejo. Soy bonita, eso lo sé, y no de una manera impresionante en el sentido de que todo mundo voltee a verme, sino del tipo de belleza que notas y aceptas, no es especial, solo bonita.

Cuando llego al colegio paso mi día poniendo atención en clase, charlando con mis amigos y fingiendo que les presto atención cuando realmente siento que ya no tengo energía para eso. Estoy cansada, cansada de fingir, porque realmente en mi vida no hay nada verdadero, no hay nada mío, mi vida le pertenece a alguien más desde hace mucho tiempo.

En cuanto salgo del colegio me dirijo a un lindo parque que encontré hace unas pocas semanas.

Estaba caminando hacia mi casa, pero comenzó a llover torrencialmente, y ese día había olvidado mi paraguas en mi casa, así que tuve que correr para resguardarme de la lluvia, al poco tiempo vi ese lindo y pequeño parque, que tenía un pequeño quiosco a un lado, donde pude resguardarme de la lluvia perfectamente.

Desde ese día venía todos los días, en mi casa pensaban que estaba de voluntaria en algún hogar de ancianos, pero yo solo venía aquí y me acostaba en el verde pasto, respirando el aire fresco y el aroma de las flores. Me gustaba porque era un lugar alejado, y rara vez se veía a otra persona por aquí, podía estar sola conmigo misma, sin presiones, sin etiquetas, solo yo.

Ahora o nuncaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora