Ella es la reina sin corona de la Bratva, una mujer que se mueve entre sombras y peligro, dispuesta a todo para proteger a su familia. Él es un hombre que desconoce su herencia oscura: un linaje de sangre que alguna vez gobernó Italia antes de ser r...
«La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda, y como la recuerda para contarla» —Gabriel García Márquez.
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★—Roxanne
Sigo sin procesar a la perfección como pase de estar horas ayudando a Vanessa (mi mamá) para la perfección del vino, o algún reloj viejo que deseaba arreglar, a estar en un viejo y peligroso bosque buscando a Zeus. Mi madre decía que las cosas antiguas tenían una gran historia por detrás, que no merecían ser tiradas sin antes intentar repararlo.
Tal vez por eso su matrimonio era el mejor, no era perfecto, pero había algo que en muchas de las demás familias líder no había… Comunicación.
O una pizca de lealtad.
Podían tener millones e incluso armamento alterado mejor que el nuestro, pero papá y mamá solo buscaban la felicidad de toda la familia, sin importar lo que tuvieran que hacer.
Solo hubo una situación que no pudieron pasar por alto, situación que nos llevó a perderlo todo.
Yo lo perdí todo, quedando a la deriva. Sin nadie que me ayudara. Por suerte unos amigos de papá me llevaron a Moscú, donde conocí a Tatiana, al principio creía que ella no me quería en las cuatro paredes de su casa, todo el día escuchaba sus gritos y exigencias en su oficina.
Las muertes que estaba experimentando la mafia no eran nada favorables a los herederos, todos querían morir, incluso yo, al ser retirada de mi cargo por la mafia líder. No lo solía soltar a diario o gritarlo en publico, todos estaban tensos, malhumorados, e incluso jodidos.
Preferí guardar todos mis problemas y explotar en privado.
Entre todos se estaban declarando la guerra, la casa roja sufrió muchos atentados en su contra en el pasado, y estaba siendo la más atacada, junto a la alemana. Todos los demás clanes o organizaciones menores a la líder querían subir al poder, aprovechando la debilidad de los líderes.
Los líderes habían ascendido sin piedad, solo se tenían a ellos mismos.
A pesar de todas las guerrillas que se levantaron en contra de Tatiana, ella nunca se rindió. En parte por eso la admiraba demasiado, había sido la más fuerte de todos. La única que levantó sin ayuda la Mafia roja, posicionándola nuevamente entre las más peligrosas.
Aún así seguían habiendo pirañas en el asecho esperando que se derrumbara.
—¡Maldición!—exclamo en un susurro inaudible.—no logro encontrar a la bola de pelo, niña.