Capítulo 1

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Danielle

- ¡Danielle! ¡Levantate de una vez! ¡No quiero que llegues tarde en tú primer día! - escucho gritar a mi querida madre.

Me levanto perezosa de la cama y me voy al baño. Casi pego un grito del susto al ver a un zombie en el espejo de mi baño.

- ¡Mama! ¡¿Desde cuándo dejas entrar a zombies a la casa?! - le grito extrañada viendo como el zombie se mueve al mismo tiempo que yo. Ahí es cuándo me doy cuenta de todo.

El zombie soy yo.

- ¡¿De qué hablas hija?!  ¡¿Un zombie?! ¡¿Qué es eso?! ¡¿Se come? - grita mi madre desde la puerta de mi cuarto, mientras yo trato de arreglar lo que parece ua melena de león en mi cabeza.

- ¡Olvídalo,mamá!.

- ¡Ok!.

Después de tratar de arreglar mi cabello,me desvisto y me doy un baño quita sueño con agua fría. Salgo del baño, me visto,  tardo como media hora-a mi parecer- tratando de peinar mi cabello hasta que consigo hacerme una trenza de pescado y salgo al comedor.

Les doy los buenos días a mis padres, a mi hermano y a mi pequeña hermosa hermana.

Comienzo a comer mientras pienso.

¿Habrá chicos nuevos este año?

Sí los hay, espero que estén buenos.

¿Me tocaran clases con Isabelle?

Espero que sí, yo no podría sobrevivir en ésa carcel de clase media  sin ella. Al menos espero que esté en una clase conmigo.

Isabelle es mi mejor amiga desde que empecé primaria. Hemos sido inseparables desde el momento en que nos conocimos.

Hasta tenemos unos collares de mejores amigas por siempre que nunca nos quitamos.

Lo sé,  muy cursi. Pero así somos.

Termino de comer, me despido de mis padres y de mi linda hermanita.

Lo sé, lo digo mucho. Pero es que es muy linda mi pequeña Charlotte.

Tiene unos preciosos ojos verdes que reflejan su inocencia, su cabello castaño claro corto hasta los hombros la hace ver demasiado tierna, y los pucheros son su arma mortal para conseguir lo que ella quiera.

Es demasiado tierna como para la maldad que lleva dentro, aunque la mayoría de la gente no lo crea.

Me subo al auto de mi hermano, Aaron. Si, el muy suertudo se compró un auto trabajando de medio tiempo en una tienda de ferretería en las vacaciones del año pasado.

Mis padres todo el tiempo me dicen : Hija, ya deberías empezar a trabajar. Debes aprender a ganarte las cosas del propio sudor de tú frente, no acosta de el de los demás.

Y mi excusa es: Lo sé, pero aún no. Todavía soy muy joven. La considero la excusa más barata del mundo, pero me sirve mucho.

La verdad, es que sí pudiera trabajar. Tengo dieciséis. Pero, el problema es que soy demasiado floja como para querer hacerlo.

Puedo, más no quiero.

Cuando llegamos al instituto, abro la puerta y me bajo. Me cuelgo la mochila en el hombro y veo hacia arriba. Al parecer va a llover.

Con Aaron atrás de mí, camino hacia la entrada del instituto.

Aquí empieza el sufrimiento semanal del año.

Me despido de Aaron y camino a mi casillero. Saco la hoja con mi horario (Isabelle siempre va a buscar nuestros horarios un día antes, no sé cómo hace, pero lo hace) y reviso cual es mi primera clase.

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⏰ Última actualización: Jul 22, 2015 ⏰

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Mi amor ocultoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora