Para aquellos
Que hemos perdido
Nuestras almas
Entre las tinieblas,
Regocijarnos ahora
Entre la profunda quietud
De la oscuridad
Y el horror,
Porque ante nosotros
Se visionan
Las peores desgracias
Y se sufre de la pérdida
De los más grandes anhelos.
Para aquellos
Que hemos tenido
El corazón entre las manos
Sangrando ante el infortunio
Ante la desdicha
Porque de nada sirve
Vivir de esperanzas
Cuando se ha muerto
Por desventura.