Tus ojos de caníbal se encienden a la primera luz de la mañana
La boca saborea los primeros retazos de carne
Todo es sangre,
Insatisfacción.
No hay cuerpo que supla las ganas
No hay más que voracidad en el alma,
Que se transforma en fuego
Y ardes como manada de salvajes hambrientos
Con ganas de desgarrar,
de morder,
de saciar.