Capitulo 2: Blood Problem

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'¡Crowley!' dijo el Rey con ánimo.

Se levantó de su trono sin borrar su perversa sonrisa de su cara mientras caminaba en su dirección.
'Tranquilo no vamos a matarte, ...'
Se apoyó en el hombro de Crowley con su codo mientras miraba a los otros dos.
'...por lo menos no hoy, ¿verdad? '
Miró a Dean que seguía sosteniendo la Primera Arma.
'¡Dean quieres guardar la maldita arma!' Le dijo a su hermano con un resoplido.

'Lo que tu digas Sammy.' Soltó Dean mientras se metía la Primera Arma en el bolsillo interior de la chaqueta.

Sam le clavó una mirada de odio *vas a pagar por esa broma muy caro Dean*.
Respiró hondo con rabia.
'Te he dicho mil veces que el "Sammy" que conocías murió hace años en aquella iglesia. Como vuelvas a llamarme "Sammy", no sales vivo de aquí.'

Dean bajo los pocos peldaños que había y soltó una carcajada
'Tu sabes bien que no puedes matarme, ni yo a ti, hermano. O por lo menos esta magia demoníaca no nos dejaría escaparnos.'

Sam se rió como si no hubiera pasado nada.
'¡Touché!'
Se acercó unos pasos hacia el ángel.
'¿Cas, oyes algo interesante por Radio Angel?'

'Nada.'
Castiel salió del trance y miró a los tres.

Dean se giró hacia él.
'¿Nada nada o nada interesante?'

'Nada interesante' respondió el ángel.

Crowley volvió a contemplar los cuerpos de los dos demonios.
'Alce creó que deberías limpiar un poco la oficina.'

Sam oteó en la dirección a la que apuntaba Crowley.
'Lo haré después' dijo el Rey con desgana.

De repente dos golpes sonaron en la puerta.

Sam nervioso, con un movimiento de mano, hizo desaparecer los cuerpos antes de que entrara el demonio.

'¿Se...señor?' articuló el demonio asustado y abrió la puerta muy despacio.

'¡¿No ves que estoy ocupado?!' dijo cabreado y con una mirada de pocos amigos fijada en el demonio.

'Lo...lo siento, señor pero es que tiene un paquete' anunció con más miedo que vergüenza.

'¿Un paquete? ¿De quién?' preguntó Sam desconcertado.

'No...no lo sé señor. No tiene remitente' Hizo un gesto para que viniera el demonio que cargaba con el paquete. Estaba cubierto por una manta pero por la forma era un cuadro o algo parecido por la forma rectangular. No era muy grande pero se notaba que al demonio que lo llevaba le costaba sujetarlo. Un destello dorado desgastado salió de debajo de la manta pero Sam no le dio importancia.

'Dejádmelo allí' dijo mientras señalaba a la parte derecha de la sala. El demonio que llevaba el cuadro se dirigió a la parte oscura de la zona y lo dejó apoyado en la pared. El demonio estaba exhausto pero eso no le impidió salir por patas de la habitación.

'Sam, ¿qué hacemos aquí?' dijo Dean con tono serio una vez que los demonios se habían ido. 'Tengo cosas más importantes que hacer que estar aquí perdiendo el tiempo.'

'Claro, porque no hay nada más importante que tirarse a una camarera de un bar de carretera.' le soltó Sam con tono sarcástico.

'Pues no, no es una camarera.' respondió Dean una octava más aguda con su cara de idiota que se le quedaba cuando intentaba inventar una excusa. 'Es una recepcionista de motel que está como un tren.'

'Sam, tu hermano tiene razón. ¿Por qué nos has llamado?' preguntó Castiel mientras salía de la sombra y bajaba los escalones.

'Porque necesito vuestra ayuda.' expuso Sam con tono de preocupación

'Nuestra ayuda...' repitió su hermano.

'¿Por qué el Rey del Infierno iba a necesitar ayuda?' soltó Crowley desde la distancia.

'Porque ya he probado todo y las únicas opciones que me quedan no puedo realizarlas solo' dijo Sam dirigiendo al trono y volviéndose a sentar en el trono en la misma posición que estaba al entrar Crowley solo que, en vez de una sonrisa pérfida, tenía un gesto de preocupación en su cara.

'¿Y exactamente cuál es el problema?' preguntó Castiel.

'No tener que depender de matar a mis súbditos para que siga siendo Rey del Infierno' respondió Sam con pocas ganas de hablar sobre el tema.
'Y no puedo depender de ellos porque no pueden saberlo. Si lo supieran dejarían de respetarme como su Rey y en el Infierno habría anarquía total. Si esto pasara, los primeros que caerían seríamos nosotros cuatro. Creedme si tuviera más opciones no os hubiera llamado.'

'¿No podemos discutir en un bar con unas cervezas como antes?' interrumpió Dean.

' mejor, hay oídos en todas partes... Pero primero quiero hacer una parada en un sitio.' respondió Sam y los cuatro desaparecieron de la sala dejándola vacía.

Darkest Shadows Inside The Good OnesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora