capitulo 5 primer día de nuestras vidas juntas.

195 18 4
                                    

Al día siguiente Madara entró a la pequeña oficina, sus pasos resonando en el suelo de madera. Tori apenas alzó la mirada mientras tomaba un sorbo de café, concentrada en los documentos frente a ella.

"¿Qué haces?" preguntó Madara, su tono curioso pero cargado de esa autoridad que siempre llevaba consigo. 

"Ordenando estas cartas de cese al fuego para Hashirama," respondió Tori sin apartar la vista de los papeles. "Va a enviarlas a las otras aldeas." 

Madara frunció el ceño, sus ojos oscuros escaneando la pila de documentos. "¿Cese al fuego? Eso es una pérdida de tiempo. Las demás aldeas no sirven de nada si no están bajo el control de Konoha." 

Tori soltó un suspiro, dejando los papeles sobre el escritorio y mirándolo directamente. "¿Control? Eso suena a esclavitud, Madara." 

"Es liderazgo," corrigió él, con ese tono que no admitía debate. "Es asegurar la paz a través de la fuerza." 

"Sí, liderazgo," respondió Tori, con una mezcla de burla y resignación. "Aunque supongo que deberíamos llamarlo terquedad disfrazada de confianza." 

Madara la miró fijamente, sus ojos profundos estudiándola como si intentara encontrar algún matiz oculto en sus palabras. "Prefiero llamarlo determinación. Es lo que nos mantiene vivos." 

"Claro," dijo Tori, rodando los ojos. "Porque todo en la vida es una batalla que ganar, ¿verdad?" 

"Así es como funciona el mundo," respondió él con seriedad, dando un paso hacia el escritorio. "Hashirama puede creer en sus sueños ingenuos, pero esas aldeas no son nuestras aliadas. Son amenazas latentes." 

Tori se cruzó de brazos, inclinándose ligeramente hacia él. "No digo que Hashirama tenga razón en todo, pero al menos entiende que aplastar a todos bajo el pie de Konoha no es paz, Madara. Es miedo." 

"Y el miedo mantiene el orden," replicó él, tomando uno de los papeles y examinándolo rápidamente. "No entiendo por qué pierdes tiempo con estas tonterías diplomáticas." 

"Porque, a diferencia de ti, entiendo que no todos piensan como tú," dijo Tori, levantándose de la silla. "Aunque claro, admitir eso sería un golpe a tu ego, ¿verdad?" 

Madara sonrió ligeramente, más como un gesto de desafío que de diversión. "Si alguien tiene que encargarse de asegurar que estas cartas no sean una invitación a nuestra debilidad, lo haré yo. Te acompañaré." 

Tori parpadeó, sorprendida por un instante, pero rápidamente recuperó la compostura. "¿Madara Uchiha escoltándome? Esto será interesante." 

"No es una escolta," aclaró él, dejando los documentos en su lugar y cruzándose de brazos. "Es asegurar que no cometas errores que perjudiquen a Konoha." 

"Claro, lo que digas, señor dictador," dijo Tori con una sonrisa burlona. 

Madara no respondió, simplemente se giró hacia la puerta. 

"Supongo que esto será divertido," murmuró Tori mientras tomaba su café y seguía a Madara. "Solo trata de no asustar demasiado a la gente, ¿de acuerdo?" 

"Eso dependerá de ellos," respondió él sin mirar atrás, su voz teñida de un leve toque de sarcasmo.

El camino estaba lleno de actividad. Tori no podía evitar escuchar los murmullos a su alrededor, provenientes de diferentes clanes: Senju, Uchiha y otros que se habían integrado a Konoha.

"Dicen que está embarazada." 
"¿De verdad? ¿De Madara Uchiha?" 
"Eso explicaría por qué siempre están juntos últimamente." 

Tori dejó escapar un suspiro cansado, ignorando los comentarios lo mejor que pudo. Sin embargo, sus pasos se hicieron más pesados con cada murmullo que alcanzaba sus oídos. 

poseer a una Senju (Madara x fem tobirama)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora