Dar placer, recibir placer

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Narra Willy:

Nada más terminar la comida ni siquiera me preocupé de recoger los platos, me levanté de mi silla haciendo un pequeño chirrido al arrastrarla y tomé la mano de Vegetta para llevarle a su habitación, hoy quería darle todo el placer que se merecía, quería escuchar como me suplicaba por más, quería hacerlo desesperar por un orgasmo, quería que me follase duro..

En la habitación le senté en su silla gaymer de un golpe y yo me coloqué detrás de él -Sabes...- susurré detrás de su cuello. Comencé a mover mis manos por sus hombros a modo de masaje, pero no uno cualquiera, era un masaje lento, sensual, juguetón... -Tanto trabajo... Te pone tenso- terminé de decir en su oído mientras metía mis manos por su camisa y palpaba con ella sus pectorales. Fui quitando uno a uno sus botones hasta dejar su pecho al descubierto. Me puse ahora encima suya del revés, con las piernas por los lados pasando por entre los mangos de la silla haciendo que nuestros miembros se rozaran con un simple movimiento, besé sus labios con ternura y tiré de su labio inferior, podía escuchar su respiración entrecortada.
-Te propongo un juego- dije lentamente dejando de besarle y terminando de retirar los botones blanco de su camisa negra que tanto me estaba gustando. -A ver quien aguanta más la respiración- y nada más decir eso me abalancé contra sus labios y le besé apasionadamente sin dejarle respirar. Su lengua se movía al compás de la mía, y ambas se movían al son de nuestros latidos, todo parecía maravilloso solo que ya empezaba a marearme por la falta de oxígeno. Aunque finalmente fue él quien echó su cabeza para atrás para pegar una bocanada de aire. Ambos reímos
-He ganado asi que...- retiré finalmente y con su ayuda la negra camisa.
Otra vez me lancé a probar de sus labios, rocé con mi lengua la comisura de su labio inferior y volvimos a lo de antes. Estuvimos un rato dando vueltas en la cavidad del otro hasta que de nuevo él se separó. Entendió el juego y yo me levanté un poco para que él retirase su pantalón. Estaba más que erecto. El enorme bulto en sus boxers se hacia notar. Me senté encima suya y un suave gemido se escapó de sus labios
-Oye no es gusto- espetó rozando sus carnosos labios con los míos -Tú aún tienes toda tu ropa...- terminó de decir
-No es mi culpa ser tan bueno en este juego- admití dejando ver una sonrisa por mi parte
-Y si... Jugamos a mi modo?- preguntó a la vez que frotaba su entrepierna contra mis nalgas apoyadas encima de él.
Acercó su cabeza a mí clavícula y mordió esta un poco más fuerte de lo que pensaba, sacandome un inconsciente grito/gemido de mis labios.
-Que haces?- pregunté algo angustiado, pero emocionado por su labor -Te crees caníbal o qué?- Vegetta río un poco pero volvió a morder por encima de la camisa.
-Si no te quitas la camisa la mancharé de babas...- dijo con el único fin de verme sin ropa. Yo no negué su petición y retiré mi camisa blanca botón a botón, despacio, admirando la cara de mi novio. Estaba absorto con cada movimiento de mis manos, el bulto debajo mío crecía más aún por momento.
-Willy no sabes a lo que estas jugando- dijo cuando mi camisa ya se encontraba tirada en el suelo al igual que la suya y otra vez volvió a morder, pero esta vez uno de mis pectorales, yo reía sin querer, me hacía incluso cosquillas al rozar su barba con mi cuerpo.
Dejó una buena marca pero yo no me quejé en absoluto, estaba ansioso así que empecé a moverme encima de él provocándolo más si es que se podía. Él dejaba escucharse gemir y yo no me quedaba atrás. Fue él ahora quien se novio debajo mía intentando hacer penetraciones en vano, obvio, yo aun tenía los pantalones y él sus boxers. Pero parecía incluso que quería intentar penetrante a través de la ropa
-Si sigo así voy a correrme... No quieres que lo haga en otro lugar?- preguntó perverso. Sus aclaraciones cuando estamos consumidos por el sexo me encantaban, me excitaban, sacaban un lado de mí que ni yo mismo conocía
-Quieres hacerlo ya tan pronto... Aun no hemos ni calentado- susurré guarramente antes de besarle con ímpetu. Me separé de su boca tras un largo rato admirando su rostro enrojecido -Qué quieres exactamente? Puedo darte lo que me pidas- sonreí contra sus labios. El me miró lujurioso y volvió a refrotarse contra mí.
-Quiero hacerlo contigo... Ahora, aquí mismo... En la silla- yo no me opuse y me levanté de él, rápidamente me deshice de mi pantalón y de mi ropa interior dejando ver mi enorme y erecto pene. Mi cara llevaba ya un rato con su famoso color rojo. No evité fijarme en el bulto de Vegetta que estaba algo húmedo por su líquido preseminal. Él se quitó también la prenda que le quedaba e inmediatamente me puse encima suya.
Nos besamos mientras dejé caer mi cuerpo, el mantenía su miembro con la mano para dejarlo paralelo a mi entrada. Fui bajando notando como entraba lentamente en mí. No podía retener los gemidos de mi garganta. Los suyos también se habían oír. Me había acostumbrado tan bien a su invasión que ya apenas dolía.
Una vez dentro del todo ambos gemimos. No esperó mucho y agarró mis glúteos y comenzó a subir y bajar mi cuerpo a su antojo, entrando y saliendo de mi cada vez a más velocidad, me sentía en la gloria. Me levantó un par de veces hasta casi salir de mí y me dejó caer utilizando la gravedad a nuestro favor. Yo cada vez gritaba más fuerte y su nueva y morbosa petición me puso más caliente todavía
-Quiero que me cabalgues Guille... Esto cansa- por un momento no entendí lo que era, hasta que caí en que quería que subiese y bajase mi cuerpo mientras él se quedaba quieto mirando mis morbosos movimientos... Me ponía solo el imaginarlo. Y eso hice, levanté y bajé mi cuerpo incontables veces sacando gemidos por ambas partes. Samuel llevó una mano a mi miembro y me masturbó a una velocidad de la leche, no se si aguantaría más tiempo, realmente cansaba bastante hacerlo así pero el placer que nos otorgaba era compensable. Salté unas cuantas veces más encima de su dura polla y acabé por manchar su torso y él por calentar mi interior con su semen. Estábamos agotados.
Cuando relajé mi respiración me levanté para que saliese completamente de mí no sin ahogar un último gemido en sus labios los cuales besé por un rato.
Me tiré en su cama y él imitó mi acción
-Te amo- dijimos al unísono.
Me indicó que me subiese encima suya y yo obediente me coloqué de manera que todo mi peso estuviese sobre él. Pasó sus manos por detrás de mi espalda
-Quiero dormir así, abrazado junto a ti- yo no contesté, sólo apoyé mi cabeza en su pecho y me dormí agotado por el esfuerzo.

*****
Creo que cada vez me paso más con el lemmon... Nah esta bien así XD
Si votáis, comentáis, compartís se agradece.
Ya sé que esperáis los One-Shot pero es que ni tiempo tengo de hacerlos, os aseguro que cuando los suba os encantarán ^.^
Espero os guste muchísimo la historia y ya nos leemos. Chaoo♥
My Twitter: @Aletejado

Solo la parte pervertida~WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora