¿Annabeth Sally Jackson es una semidiosa y una bruja?

El sacrificio esta hecho

Su espada permanecía guardada en su cinturón, lo único que tenía en la mano derecha era su varita, la sostenía fuertemente mientras se adentraba a la cueva, antes había tenido frió pero ahora estaba tan nerviosa por la vida de sus primos que este se había esfumado, no vacilo ni un solo momento mientras avanzaba, la voz de la mujer la escuchaba muy de cerca y sonaba más demente que nunca, le dio lastima, pero nunca debes engañar a un dios y ese fue el error de Casandra.

–Puedo escucharte legado –se detuvo y presto más atención, ya alguien la había visto –no te dejare marchar viva, quieren tu cabeza, eres valiosa.

–Eso me reconforta demasiado –rodo los ojos, no necesitaba que le recordaran eso –prefiero mantener mi cabeza fija sobre mi cuello.

–Usas la magia y tienes dones de dos grandes dioses –la vio de frente por primera vez en persona.

Tenía el cabello negro hasta la cintura y completamente lacio, tenía una túnica vieja de color blanco, sus ojos estaban llenos de odio y vagamente le recordó a las ardillas molestas del parque cercano a su anterior escuela muggle. El pensamiento la hizo sonreír, aunque rápidamente tuvo que volver a poner la mente en la mujer, Casandra no daba miedo, pero era poderosa y nunca tenía que perder la cabeza mientras combatía con alguien así.

–No lo veo como un gran logro –encogió los hombros despreocupada –eres más fuerte que yo y tienes experiencia.

–Eso lo sé, pero he aprendido que tengo que tener cuidado con cualquier persona.

– ¿Apolo te enseño eso?

–Cállate, odio a todos los dioses, ellos me han quitado todo lo que quise –Casandra apretó los puños –estoy luchando para que sean destruidos, nos merecemos a unos mejores gobernantes.

– ¿Tú crees que tus señores lo serán? –Enarco una ceja –estas completamente loca, ¡por hades! Eso es lo más loco que he escuchado, ellos solo quieren venganza y poder.

–Yo también quiero lo mismo –le gruño, Casandra levanto la mano y supo lo que estaba a punto de pasar.

Esquivo un hechizo que le iba a lanzar, frunció el ceño, nunca pensó que Casandra pudiera hacer ese tipo de magia y menos con la mano, alguien le había otorgado más poder del que en realidad tenia. Ella también tenía que atacar así que alzo su varita.

–Desmaius –el hechizo salió de su varita, Casandra murmuro unas palabras y el hechizo revoto, sabía que se trata de un protego, al menos Albus y Scorp le había explicado de que traba, no lo sabía utilizar muy bien, además de que apenas estaba aprendiendo lo básico cuando se tuvieron que marchar por las vacaciones de invierno.

–Everte statum –no pudo esquivar el hechizo, cayó de espaldas contra el suelo, se golpeó la cabeza y estaba segura que sangraba, saco su espada y la alzo justo a tiempo para que el hechizo diera contra ella en lugar de su cuerpo, el brillo era de un color verdad y sabía lo que era, Casandra no estaba jugando, la quería matar y por eso le había lanzado un avada kedrava.

Hoy había aprendido que las armas con bronce celestial podían esquivar hechizos o maldiciones, eso podría decírselo a sus amigos de Hogwarts y a sus primas.

–Flipendo –esta vez su hechizo si la golpeo, Beth se levantó y corrió alejándose de Casandra lo más lejos posible, lanzo un grito enorme llamado a sus primas, no tenía tiempo para inventarse otra señal, era ahora lo del relevo, sabía que su hechizo no le seria eterno a Casandra.

–Eres una buena bruja Beth, entiendo porque te quieren muerta, representas un gran peligro –se giró justo a tiempo para mirarla alzar la varita y apuntarla –Avada kedavra.