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Cada día que pasa, me pongo a pensar que pasará en el siguiente, no se que más pensar en realidad.

Excepto claro, que somos idiotas.

No me refiero al hecho de haber perdido la guerra contra los visitantes, ese era el otro lado de la moneda cosa que no llegamos a aceptar, sino la idea que teníamos sobre los visitantes..o aliens.. o como sea.

Los típicos platillos voladores, las criaturas con ojos enormes y de color fluorescente queriendo que lo lleves ante tu líder. En fin, lo primero que se te viene a la cabeza con la palabra "ALIEN". Y el día que ocurrió el primer ataque todos empezamos a ilusionarnos con los platillos bajando del cielo a la velocidad de la luz.

En lugar de eso, desde la ventana del salón pudimos observar un avión comercial estrellarse.

Había pasado una semana desde el primer informe de que la nave nodriza se encontraba en órbita, y desde ese momento nuestra imaginación explotó. Honestamente, a pesar de tener 16 años, me comporté como un niño en tienda de dulces cuando me enteré.

- ¡Joder no me lo creo! Haremos el primer contacto.- Grité entusiasmado la tarde del Jueves en pleno salón. Sin embargo, debido al griterío que había en él desde hace ya unos minutos, mi grito apenas llamó la atención.- ¿Tú que opinas?

Mi amigo Luis (si, es latino) no le veía tanto el lado positivo a la "Visita".

- Sigo diciendo que tal vez no termine tan bien.- Exclama acariciándose la cabellera y segundos después observando una vez más su camiseta negra en la cual destacaba un dibujo muy bien logrado del rostro de Batman y encima las palabras "GOTHAM'S GUARDIAN". ¡Jo! Que él adoraba esa camiseta.

- En verdad Luis, los conoceremos, es todo. Estaremos bien.

Y meses después, tengo por seguro que Luis esta muerto.

Pasaron los días y llegó el primer ataque. Así es como decidí llamar a las tan malas cosas que causaron los visitantes. Muchos otros supervivientes con los que conversé lo llamaban "Olas" refiriéndose a "oleadas" pero siempre que escuchaba esa palabra se me venían rápidamente imágenes de olas de mar a la cabeza.

En fin, el día del primer ataque estábamos en clase (Enhorabuena!) cuando rápidamente las luces se apagaron, y solo era el principio.

Por alguna (tal vez estúpida) razón una chica pegó un grito, y por desgracia yo me sentaba justo delante y pude sentir como mis tímpanos se desquebrajaban por un par de segundos. La profesora pidió orden, pero fue justo cuando el avión comercial se estrelló y desde la ventana del salón pudimos verlo destruirse en el concreto. Rápidamente y sin seguirle el rollo a la profesora salimos corriendo a la ventana. No recuerdo por qué; pero bueno, era digamos, instintivo.

Todos nos abarrotamos en la venta esperando el momento en que las miles de naves nodrizas hicieran su aparición triunfal desde el cielo. Porque bueno, que tremenda explosión haya sido solo a causa de un fallo técnico nos hubiera decepcionado de verdad.

Pero no, no apareció ninguna nave nodriza, y minutos después tratando de ocultar la decepción fuimos enviados a esperar a nuestros padres para que nos recogieran.

- Pero profesora, algunos tienen auto aquí.- Exclamó Luis acercándose a la profesora.

- Tampoco funcionan.- Dijo sin más.

Según los profesores, todo vehículo y aparato electrónico dejó de funcionar desde el apagón, el cual muchos dijeron que se trataba de un pulso electromagnético.

- Eh! Jimmy! Menudo lío no!?.- Dijo el tan simpático Ben Parish, tal vez el más mujeriego, pero a la vez buena onda del curso.

No sé que habrá sido de él desde el primer ataque, probablemente por su poco conocimiento en armas debió morir en cualquiera de los tres primeros ataques.

Cerca de La Quinta OlaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora