[Capítulo 2]

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Ella me está esperando en casa

y yo muriendo por volver

—¡N, cariño, lo siento! —Vi abrió sus brazos y apretó a su mejor amigo en un gran abrazo.

Neo rodeó a Vi con sus brazos y recargó su mejilla en la cabeza de su amiga.

—Vi, no tienes que disculparte, son tus amigos y entiendo que la universidad les ha lavado el cerebro. —Neo negó, palmeando con suavidad la espalda de Vi.

—¡No! No es justo que te traten así, debí decirles más.

—¿Más? Dijiste lo necesario, creo que lo entendieron después de "idiotas sin cerebro" —El muchacho ríe por las palabrotas que Vi les dijo a sus compañeros de facultad para defenderlo.

—Aun así, si escucho otro insulto hacia ti, no me quedare solo en palabras. —Vi frunció el ceño. —Van a saber que estudie karate durante largos años.

—Ah, Vi, sabes que solo es para defensa. —N también había estudiado con ella, solo podía decir una cosa, su amiga era muy feroz y daba miedo.

—Te voy a defender, eso cuenta. —Se alzó de hombros, no queriendo cambiar de opinión.

—Bien, bien. Ahora, pequeña protectora de los débiles, adelante, Cyn y yo te hemos estado esperando. —Neo sacudió el pelo de Vi y se hizo a un lado para dejarla pasar a su casa.

Era tarde películas. Cada sábado en la tarde, Neo y Vivian se reunían para ver películas en la casa de alguno de los dos. Ese día tocaba en la casa de Neo donde por alguna razón extraña se encontraba su hermana menor, Cyn, a quien nunca se le veía en la casa nada más que para comer y dormir.

—¡Hola, Cyn! —Vi saludó sentándose a un lado de la pequeña de 13 años. —¿Y ese milagro de encontrarte acá?

Cyn hizo un puchero y se dejó caer en el respaldo del sofá. —Me cancelaron mi club de lectura de los sábados. Así que vine a interrumpir su cita.

Vi soltó una risita y se tapó la boca. —No interrumpes nada. En todo caso estaría yo interrumpiendo su tiempo de hermanos.

—¡Ni de broma! —Neo dice desde la cocina.

—¡Para nada! —de igual forma responde Cyn.

—Ya entendí, ya entendí—Vi alzó sus manos en rendición. —¡Neo, ven ya! Vamos a elegir la película. Hoy toca una de suspenso.

—Un momento. —Neo terminó de acomodar la botana en una charola, la agarró con sus dos manos y se dirigió a la sala. —Cyn, descarta los dulces por ahora, el dentista dijo que podías lastimar tus dientes por el caramelo.

Cyn se quejó y removió en el sofá como una lombriz.

—¿Oh? ¿Problemas, pequeña? —Vi dio palmadas en la cabeza de la menor.

La de ojos celestes asintió. —Tenía dolor y tuve que ir.

Neo suspiró y se sentó al lado de V. —Le dije que cuidara su higiene bucal, no me escucho.

Vi le dio un golpe en el hombro al mayor.

—No seas insensible, N. —Regañó Vi. —Cyn, pequeña, cualquiera puede ser víctima de las caries, ¿ok? Y eso no es malo, lo importantes es que de ahora en adelante te cuides.

Cyn agachó la mirada, pero asintió.

—Muy bien, ven aquí, nena—Vi abrazó a Cyn y sobó su hombro. La menor dejó que todo su cuerpo se recargar en Vi, escondió su rostro en la curvatura de su hombro y cuello y sus manos rodearon la fina cintura de la mujer.

Neo no podía dar crédito de la imagen. Sin duda Vi era la mejor en todos los aspectos.

Su corazón latió fuerte.

Sus mejillas se ruborizaron.

Esa escena era una tan cálida y hogareña. Lo que N daría por estar así todos los días que le quedan de vida.

Soltó un suspiro casi doloroso. Esta podría ser su realidad si se animara a revelar sus sentimientos, tal vez era correspondido y si no lo era podría tratar de serlo.

Si simplemente él fuera más valiente.

—Por cierto, N, ¿dónde estuviste ayer en la tarde? Antes de irme con los imbéciles de mi facultad pasé a buscarte y no estabas aquí. —Vivian giró su rostro para encontrar la mirada de su amigo sin dejar de abrazar a Cyn.

Neo salió de su ilusión con las palabras de Vi.

—Ah, yo fui a la heladería de siempre, Vi.

—Cariño, de verdad perdóname—Vi se sentía completamente mal, sabía que esa heladería era indispensable cuando alguno de los dos se sentía mal consigo mismo y quería alejarse de todo un rato. —Tuve que haber cancelado para ir contigo, te juro que para la próxima vez está situación no se vuelve a repetir.

—No, no, no, Vi—Neo negó apresuradamente. —Tu tenías tus planes, no podía interferir.

—Mis planes no son tan importantes como tú, ¿sí? Siempre voy a tener tiempo para ti. —Vi logró sacar un brazo del fuerte agarre de Cyn, quien seguía ignorando todo para dedicarse a olfatear el cuello de Vi que desprendía su fragancia natural combinada con su perfume. Dirigió su mano al rostro de N y dio una suave caricia en su mejilla. —Bien, ¿por qué tuviste que recurrir a la heladería? ¿Pasó algo?

El mayor se sonrojó hasta el cuello.

Dios, ¿por qué Vi tenía que ser tan cálida y afectiva? Era mucho para su pobre corazón.

—Ayer pelee con la pequeña demonio que estás sosteniendo. —Neo le lanzó dagas con sus ojos a Cyn quien las ignoró de manera olímpica. —Y el profesor de epidemiología me puso mala nota aun cuando sentí que di todo en ese proyecto.

Los ojos de N se aguaron al recordar el cómo su profesor descarto su trabajo por algo tan insignificante como lo fue un margen fuera de las lineaciones que dio.

Vi lo miro con pura comprensión en sus ojos. —Primero, debes de entender que esta pequeña de aquí está pasando por cambios que ni ella conoce. —Vi dio un toquecito en la nariz de Cyn, la niña se removió y arrugó la nariz, se estaba quedando dormida entre las caricias de la mayor. —Necesitas mucha paciencia y amor con ella, no va a ser fácil, pero tampoco imposible. Recuerda, tu enojo es tuyo, no lo proyectes en Cyn. Debes hablar con ella sobre lo que hizo o hicieron mal, la comunicación es indispensable. Ahora, lo de tu profesor, Neo, mírame—Neo apretó sus ojos y soltó el aire retenido. —N, cariño, no puedo hablar contigo si cierras los ojos.

N abultó su labio, por más infantil que fuera, no se sentía listo para enfrentar los ojos miel de su amiga.

Una caricia en su mejilla fue suficiente para vencerlo. Abrió los ojos lentamente, para encontrarse que los ojos contrarios ya lo estaban mirando a él.

—N, estoy orgullosa de ti. Sin ver tu proyecto sé que diste tu mayor esfuerzo y eso es lo que importa, ¿correcto? ¿Y que si ese señor no tuvo la decencia de revisarlo a detalle? Tu sabes lo que entregaste, y si te sientes satisfecho con eso, entonces qué más da. Al final del día, el conocimiento te lo llevas tú.

Neo quería llorar.

Vi siempre sabía que decir para sacarlo de su pozo de la miseria.

Sin ella en su vida se hubiera hundido desde hace muchos años.

Era su salvavidas.

Su mayor tesoro.

Algo que no podía perder por sus sentimientos egoístas.

El mayor se arrojó sobre Vivian, abrazando lo que Cyn no abarcaba con sus manos.

—Gracias, Vi, no sabes cuánto agradezco que estés aquí.

—Oh, N, no hay nada que agradecer. Cyn y tu son mi familia—Vi sonrió y acarició la cabeza de Neo. —Te quiero, siempre vas a contar conmigo cuando te sientas mal.

Neo asintió, aspirando la fragancia de fresas que solía usar Vi.

—Lo sé. Yo también te quiero, Vi.

Más de lo que pueda admitir. 

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⏰ Última actualización: Jan 03 ⏰

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Flor morada [NxUzi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora