Los Ángeles, California. 11:30 a.m
-Estamos donde me dijiste, Rick.- Dijo Dinah mientras hablaba con su primo por teléfono.
-Bien, ya entendí.- Y finalizo con eso la llamada.
-¿Entonces?- Pregunté.
-Estamos a dos calles.- Respondió.
Rick, el primo de Dinah, había sido muy considerado al darnos su casa de verano para quedarnos. Aunque me da bastantes pistas para descifrar que es todo un psicópata.
Vimos a media calle una casa que estaba de puta madre, se nota que nuestros vecinos no pasaban hambre.
-Joder, si esa es la casa de Rick le pagare las putas por un mes.- Menciono Dinah mientras señalaba la misma casa.
-¡Yo también la he visto, esta de puta madre!- exclamé.
-Según las indicaciones vamos a tener que observarla desde la ventana-
-Ya empezamos con el pie izquierdo tía-
Inmediatamente gire la vista hacia la casa de enfrente, no estaba nada mal.
Cuando entramos recorrimos el lugar, consistía en un gran living, la cocina y el baño en el primer piso, y arriba en una espaciosa habitación, de un lado del cuarto había un gran ventanal el cual era corredizo, donde podíamos salir a la terraza que daba vista al patio trasero donde pudimos ver una piscina no muy cuidada y del otro lado había una ventana que nos permitía ver hacia la hermosa casa de enfrente.
Dejamos nuestras cosas y nos acostamos a dormir, el cansancio iba de la mano con nosotras.
La odiosa canción Shake It Off de Taylor Swift me despertó al igual que a Dinah, quien respondió la llamada.
-¿Si?- Dijo somnolienta
-Tienes que cambiar esa canción cuanto antes si no quieres vivir sola.- susurre.
-Mañana estaremos ahí, gracias.- Finalizo la llamada.
-Tenemos trabajo.- Dijo Dinah tirándose de nuevamente en la cama.
-¿Cómo es eso?- Pregunte sorprendida.
-Un amigo de Rick es dueño del Koi y necesitan meseras.-
-Suena a prostíbulo.-
-Entonces encajas- Di una risita.
Coño se nos había hecho tardísimo y teníamos que buscar un lugar para alimentar a las bestias.
-¿Le preguntaste a Rick donde podíamos ir a comprar comida?-
-Tendremos que recorrer el vecindario, me dijo que iba a estar ocupado-
-Me daré un baño y salimos-
Quince minutos después nos marchamos, luego de caminar unas cuantas cuadras y cruzarnos algunos niños jugando encontramos una tienda de comida rápida, hasta que consigamos un transporte viviremos de esto.
-¿Te apetece una hamburguesa?- Pregunte
-Tía eso no se pregunta- Reí ante su comentario e hice el pedido.
El regreso a la casa fue mucho más cansador –Y con 20 kilos de más- Al llegar el único plan que teníamos era seguir durmiendo, fue un día corto.